Cuando la
política manda en el contenido de los noticiarios
En el
anterior artículo de opinión sobre la nueva serie de Sorkin titulé
la crítica con el titular “ Will McAvoy es la mayor puta de las
audiencias” debido al peso de éstas sobre el contenido de su
programa de noticias. Pues bien en el nuevo episodio se debate como
los programas noticiarios están dentro de un conglomerado de
empresas de negocios, como el contenido no lo rige las audiencias
sino los superiores en base a sus acuerdos/pactos políticos,
económicos, etc.
En una
narración realizada en dos tiempos narrativos, con una reunión de Charlie Skinner (Sam Waterson ) y los superiores de la empresa dueño del canal
donde vemos por primera vez a la jefa, una imponente Jane Fonda (
quien permanece silenciosa durante gran parte del episodio hasta
llegar a un monólogo final que comienza con un chiste sobre Jesús y
Moisés jugando al golf….y que dejará en una situación precaria
a Will ) y mediante flashbacks el ataque incesante y diario de Will
usando el noticiario sobre el Tea Party, partido norteamericano, en
las elecciones del 2010.
En
este episodio además veremos como el “plan” de Waterson se
cumple, convirtiendo a Will McAvoy ( recordemos, un presentador
apolítico o más bien neutral ) en un arma contra las injusticias
y/o los partidos políticos con los que no cumple sus ideales; el
mismo Waterson lo define a la perfección diciendo que trajo a una
productora ejecutiva que lo transformó ( con aquel “macguffin”
del primer episodio del público y la sombra de Mackencie entre él ;
sin ir más lejos este tercer episodio también está dirigido por
Greg Mottola, director del piloto ) y que “antes Will era un
abogado y ahora es el fiscal de las audiencias”.
También
meten unas subtramas románticas, divertidas y resultonas en el caso
de Will y Mackencie; lastrantes y/o innecesarias en el caso del
triángulo formado por los jóvenes. Eso sí, citar que Alisson Pill
es una digna heredera del mejor humor Woody Allen en la escena de su
ataque de pánico; sin ir más lejos, ella forma parte del cast de A Roma con amor. Veremos si esa trama romántica no le cuesta interés al
show, por otro lado tan bien escrito como los anteriores episodios
aunque algo más lioso al ser política americana pura, algo que nos
queda algo lejos para los no norteamericanos ( si bien se pueden
reconocer varios nombres propios gracias a las SENSACIONALES parodias
del superviviente y necesario programa Saturday Night Live o SNL ).
Sin duda el mensaje que deja el episodio, donde una gran empresa puede gobernar en el contenido de lo que se supone una necesidad y derecho de los ciudadanos, las noticias, y como pueden regir el contenido de los noticiarios en base a sus acuerdos y/o favores políticos y económicos.
En una trama
tan abiertamente política, que enlaza la serie con la mítica
creación del mismo Sorkin el ala oeste de la casa blanca, seguro que
los enemigos del show se estarán ensañando con ella; La especialista de New Yorker afirma que los diálogos son artificiales y para nada propios del autor televisivo que se supone que es Sorkin, el cual crea ficciones " que quieren parecer inteligentes pero en realidad toman a los espectadores por estúpidos ". Yo creo que dicha afirmación está equivocada....
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