domingo, 21 de octubre de 2012

( Crítica - Sitges 2012 ) A fantastic fear of everything

Mezclando registros



El problema de una cinta como a fantastic fear of everything, debut en la dirección de Crispian Mills y Chris Hopewell, es la multitud de géneros o temáticas que quiere tocar en sus cien minutos de duración: es una comedia negra, una cinta con toques terroríficos con homenajes a clásicos del thriller con psicópata, un relato sobre la dificultad de un escritor por cambiar de género y a la vez una obsesión por una temática que absorbe al artista, la descripción de una mente ( o dos ) perturbada por un trauma infantil,humor negro/absurdo/irónico, toca el cine de animación en varias de sus vertientes ( cine a de animación clásico, como su bello y a la vez tétrico títulos de crédito; animación stop-motion en la recreación del cuento de Harold el puercoespín…).



Tenemos como protagonista a Jack ( un inmenso Simon Pegg, protagonista absoluto del relato,a sí como productor de la cinta ), un escritor que ha tenido éxito con cuentos infantiles y busca cambiar de registro escribiendo guiones para una serie de televisión basada en asesinos en serie inspirados en la época dorada de tales individuos, como fue la Inglaterra del siglo XIX. Pero en su búsqueda de información Jack comenzará a ser altamente paranoico evitando salir de su piso, donde siempre está en ropa interior y armado con un cuchillo, sin apenas dormir. A demás conoceremos un trauma infantil, el cual le impide visitar a una lavandería, a la cual debe de ir pues por una serie de infortunios se ha quedado sin ropa y solo hay un extraño editor americano que está interesado en su nuevo guión; allí será capturado por un extraño maniaco que vive en el sótano de dicho establecimiento….


Con un protagonismo absoluto de un gran Simon Pegg, el cual creo que nunca cae en la sobreactuación aunque momentos para ello tiene, el cual está en prácticamente en todos los planos de la película. También productor ejecutivo de la cinta, a su mayor gloria como hemos dicho, nos puede recordar en ciertos momentos como esas escenas entre oníricas y perversas a algunos momentos de la sensacional sit-com generacional y geek Spaced. También citar que Pegg encarnó a un popular asesino de la Inglaterra del siglo XIX, William Burke, en la entretenida pero fallida Burke & Hare ( 2010) de John Landis.



Con un estilo visual interesante aunque igualmente desigual como el desarrollo de la historia, sus directores optan por una cámara muy movida, con una primera parte muy interesante ( ojo al predominio de los colores oscuros, como manda en una tétrica Londres ) donde un ejemplo perfecto es el uso de ese largo pasillo del piso donde vive el protagonista. Hay planos que remiten a una reminiscencia videoclipera como ciertas pesadillas del protagonista y hay, al menos, tres momentos donde se usa el cine de animación en sus varias vertientes como ya comenté. Visualmente también puede recordar a la cinta una serie de catastrórficas desdichas de Lemony Snicket ( 2004 )  la cual también tenía como protagonista a un “excesivo” personaje como era el encarnado por Jim Carrey.



Hay ciertas citas y apuntes visuales historia del cine protagonizados por asesinos en serie, como la ( imprescindible ) escena de la ducha o un leit motiv sonoro que parece una reformulación del tema creado por Bernard Hermann para el cabo del terror ( J. lee Thompson, 1962)

Pero tras descubrir la verdadera fobia del protagonista (que se nos había avanzado en una serie de extraños planos donde el bombo de una lavadora pasaba a simular un gran ojo humano ) la cinta decae a pesar de tener detalles visuales interesantes como el personaje de Simon Pegg convertido, visualmente, en un presunto asesino con media cabeza quemada, sin ropa y con ese cuchillo adherido a su mano el cual no puede quitarse. Además la presentación de un segundo personaje traumatizado no ayuda y hay ciertas escenas finales que rozan el ridículo, no funcionan en su extraña comicidad.

Una cinta excesiva como puede serlo a ratos su personaje protagonista, irregular en su desarrollo pero con momentos interesantes y con un gran protagonista, cinta obligada para los fans de Pegg ( que no somos pocos ).

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