En el inicio de esa carta de amor al cine de los 80, y de Steven Spielberg y el cine Amblin en particular, que fue Super 8 ( 2011 ) de J.J. Abrams el grupo de niños enamorados del cine realizaban un corto de terror con muertos vivientes de por medio, un corto que se podía ver al final del film y resultaba uno de los mejores elementos de la película. En ParaNorman ( o el alucinante mundo de Norman en su título español, aunque no sé cuando se estrena en nuestro país ) también se inicia con un film de zombies en un homenaje y/o recreación atrayentes.
Norman ( voz de Kodi Smit-McPhee, el niño revelación de la Carretera ) tiene el poder, o el castigo, de poder ver fantasmas,como a su difunta abuela, lo que provoca ser despreciado por sus compañeros de colegio, como el matón Alvin ( voz de Christopher Mintz-Plasse ) o no ser entendido por su familia con sus padres (voces de Leslie Mann y Jeff Garlin ) y su hermana Courtney ( Anna Kendrick ). Pero un día acudirá a ver a su tio, el señor Prenderghast ( John Goodman ) el cual le pide ayuda para evitar una maldición que lanzará una bruja, Aggie ( Jodelle Ferland ) la cual hará que los muertos de las personas que la enjuiciaron vuelvan a la vida como muertos vivientes. El tímido y solitario Norman será la última esperanza para la ciudad.
El
film, nuevo trabajo en stop motion de Laika Entertainment, compañía
que nos regaló la hipnótica los mundos de Coraline de Henry Selick,
está dirigido por Chris Butler ( quien debuta en esta cinta
como director, además de ser su guionista )y Sam Fell ( co- director
de Ratónpolis o el valiente Desperaux ).
Bajo una apariencia de un relato infantil nos encontramos con una pequeña joya ( otra más ) de la animación moderna en un relato muy adulto ( ver sus constantes homenajes al cine de género ) con predominio de los colores oscuros en su fabulosa y llamativa animación y su humor negro, en una historia que nos habla de la soledad, el ser diferente y que no te acepten, ser un incomprendido y/o ser maltratado ( citando el bullying ) por ello, sobre la tolerancia En este aspecto el uso de los muertos vivientes es una inesperada y perfecta metáfora para estos temas.
“You
don't become a hero by being normal” (algo así como “No te
conviertes en héroe siendo normal”). Eso podemos pensar de nuestro
pequeño y especial protagonista, en una cinta muy entretenida, con
actores escogidos para actuar con sus voces ( más allá de ser
actores famosos o no ) y que se acoplan perfectamente a
sus caracteres los cuales son básicos en cualquier relato
de terror ( el cachas, la chica ingenua y maciza, el matón, el chico
solitario...).
Con
un gran acabado técnico y un constante
ritmo, encontramos un relato adulto y profundo
además de una estupenda cinta de animación aderezada con una banda
sonora interesante - ojo al uso del sintetizador - y llamativa obra de Jon Brion ( compositor en las
primeras cintas de Paul Thomas Anderson ).
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