Coja usted los requisitos que toda secuela requiere -bigger, stronger, faster- y cambie a su talentoso director, ocupado en quedarse con ganas de dirigir sagas galácticas, por otro más baratito -Jeff Wadlow, director de Cry Wolf (2005) y Rompiendo las reglas (2008), un remake cutrón e inconfeso de Karate Kid Kimura que, pese a todo, me llegó al corazón porque los dramas de superación deportiva con guiones previsibles me pierden- y tendrás algo parecido a esto:
En el avance, cortersía de MTV, podemos ver que repiten los protagonistas principales de la anterior entrega, Aaron Taylor-Johnson, Chlöe Moretz, la culpable de que muchos pedófilos hayan salido a la luz, y Christopher Mintz-Plasse, que pasa de ser Red Mist a The Mother Fucker, una de las pocas cosas divertidas que tenía la segunda parte del cómic, junto al Coronel Barras y Estrellas, interpretado por Jim Carrey on fire, una excusa más que apetecible para decidirse a ver esta película.
El film, cuyo guión adaptado es también obra de Jeff Wadlow (al final será cine de autor), se basa en la secuela de Kick-Ass, escrita al igual que el tomo original por Mark Millar, ese tipo que escribe cómics pensando en la pasta que le pagaran por su adaptación cinematográfica. ¿Qué te ha pasado Mark? Tú antes molabas. Eras un Garth Ennis para consumidores del Happy Meal, pero divertías. Últimamente sólo encadenas escenas de acción y violencia con guiones cuya originalidad rivaliza con la filmografia de la Cannon (echad un vistazo a Superior, Némesis o The Secret Service, que en principió adaptará Matthew Vaughn). Con lo bueno que era Wanted... el cómic, claro.
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