sábado, 4 de mayo de 2013

(Crítica) La trama ( Broken City )

Política corrupta, sociedad rota



Broken City supone  un nuevo thriller político negativo en la línea de la sombra del poder (Kevin Macdonald , 2009 ) , donde también contaba con el co-protagonismo de  Russell Crowe, las series de TV Boss ( 2011-2012 ) del canal Starz – a la cual este film le debe mucho – o la española Crematorio (2011;  sí, una serie española remarcable que supo analizar con agudeza y un apasionante crescendo dramático la burbuja inmobiliaria española, además del testamento del grandioso Pepe Sancho ), así como otros relatos donde podemos ver la corrupción en otros estamentos de poder como Michael Clayton ( Tony Gilroy, 2007 ) o los idus de Marzo ( George Clooney, 2012 ), por poner unos ejemplos actuales. Films más clásicos podríamos destacar el candidato ( Michael Ritchie, 1972) , protagonizada por Robert Redford y cuya sentencia final era toda una declaración e intenciones.

 


La cinta también es el debut en solitario de Allen Hughes, quien hasta ahora había firmado todos sus trabajos junto a su hermano Albert, desde los dramas policiacos independientes Menace II Society ( 1993) o dinero para quemar ( 1995 )  pasando por la polémica y atmosférica adaptación de Desde el infierno ( clásico del noveno arte firmado por Alan Moore ) o ese film apocalíptico, el libro de Eli (2010 ),  al cual le tengo aprecio pero fue un fracaso tanto de crítica como de público.

 


En su primera cinta firmada en solitario nos trae un relato político donde conocemos al detective  ( Mark Walhberg, al cual sus tics interpretativos empiezan a resultar repetitivos ) el cual acaba con la vida de un joven en un tiroteo en off, en una secuencia aún más dura cuando observamos el entorno en el cual se ha producido: una calle de un barrio residencial pobre donde podemos observar enfrente un mural con las imágenes de Martin Luther King y la Madre Teresa de Calcuta…. A continuación asistiremos al juicio donde se intenta averiguar si ese tiroteo fue un asesinato o fue en defensa propia y como, gracias a los tejemanejes del alcalde de Nueva York ( un inmenso y provocador Russell Crowe ) el cual esconde a un testigo clave de última hora, el policía será puesto en libertad…Siete años después dicho detective se dedica a la investigación privada fotografiando adulterios “ yo hago fotos y cobro por el trabajo, nunca pregunto “, arrastrando deudas y con una relación amorosa con una aspirante a actriz. Entonces recibirá la llamada del alcalde, el cual quiere cobrase favores pasados y le contrata para que investigue el posible adulterio de su esposa ( una escasa Catherine Zeta-Jones, en plan femme fatale ), que puede estar ocurriendo con el líder de la campaña ( Kyle Chandler ) de su rival a las elecciones a la alcaldía, Jack Valiant ( Barry Pepper ).

 


Un relato de codicia, corrupción y culpabilidad, que funciona muy bien en su primera parte pero que en su clímax abraza lugares comunes en un final no fallido pero demasiado visto, y donde se quiere ver la evolución del protagonista el cual en cierto momento sabremos que tiene un problema con las drogas y el alcohol a la vez que, gracias a cierto video que aparece, la verdad sobre ese tiroteo, resultando un film lleno de personajes grises, donde todos tienen secretos, en un mundo violento y pesimista: el alcalde es corrupto y mentiroso, su mujer y él se odian mutuamente y ella intenta confabular en contra suya, el detective tiene un pasado escabroso, su novia se baja las bragas por una oportunidad en una cinta indie, el capitán de policía está en contra del alcalde pero usa métodos expeditivos ( ver como manda a Wahlberg que “espabile al candidato Pepper tras la muerte de Chandler)….

 

 
Vemos como Hughes se desenvuelve bien en una primera hora con un acertado ritmo y construcción dramática: esa primera y violenta escena a la cual volveremos después y donde se consume el asesinato de un joven; la reunión con el alcalde, donde vemos como la cámara está en constante movimiento y como gira entorno a los personajes siempre con el alcalde como figura central y que nos viene a demostrar su presencia y poder así como el resto de los personajes “ se moverán” entorno a su figura y órdenes. En esta misma escena ya vemos las buenas maneras de un recuperado Russell Crowe el cual vuelve a brindarnos una interpretación muy destacable, tanto en su mala leche ( un personaje con carisma pero avaricioso y corrupto ) como en presencia física. A su lado Wahlberg está correcto y el más destacable son las intervenciones secundarias de Pepper, Chandler ( carrera ascendente del protagonista de la televisiva Friday Night Lights : Super 8, Argo, la noche más oscura, etc ) y Jeffrey Wright.  El personaje de Zeta Jones ( con perpetua pose de femme fatale: sus poses, cigarro en mano, por ejemplo ) es demasiado secundario y parece que solo sirva para desencadenar la trama policiaca; digamos que es un personaje-bisagra.



Pero en su segunda parte la cinta deviene aburrida, no por lo correcto en su manera formal sino por abrazar lugares comunes: la trama policiaca se ve venir y el caso de corrupción recuerda en exceso al de la segunda temporada de Boss ( si bien es triste por real: la corrupción y la explotación del tocho han hecho mucho mal humano y económico ). Además la trama romántica estorba en el sentido de que no aporta nada a la cinta más que ver como el detective vuelve a caer en sus demonios ( alcohol ) aunque nunca sepamos como entró en ellos: el personaje de la novia y su historia sobre como ser actriz es cansina e innecesaria, además de que nos regala una secuencia de vergüenza ajena: la del estreno del film “el beso de la vida ( que parece un refrito de las cintas íntimas de Terrence Malick roto por una secuencia sexual bastante explícita ) y la posterior discusión de la familia. Por suerte la (pretendida ) historia de amor con su ayudante no se llega a consumar.

 
El cierre del film tampoco es satisfactorio, siempre en el sentido de que se ve venir, con esa purga de los pecados del personaje de Walberg ( visualizado con una horrible cámara lenta ). Aunque en líneas generales asistimos a otro relato negro muy bien rodado y donde las artes como artesano del hermano Hughes salen a la vista.

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