(Crítica) Stoker

La formación del YO

 

¿ Un drama sobre la desestructuración de una familia modélica en apariencia ¿ Un thriller hitchcokiano sobre el falso culpable? ¿ la desintegración de una familia disfuncional metida en un thriller noventero?¿La descripción y formación de una psique enferma? ¿ Una historia de amor enfermiza? ¿ Un relato de tendencias vampíricas, o más bien, un homenaje al mismo? ¿ Un film recargado a nivel estético pero vacio de contenido? Esto y mucho ( o no ) más suponen breves pinceladas del debut norteamericano de uno de los directores más interesantes de la actualidad, el coreano Park Chan-wook.

 

Chan-wook, autor de una filmografía unificada en torno a unos temas concretos y un estilo visual y sonoro llamativo ( por lo que casi que podríamos entrar en la eterna discusión sobre autoría o simple artesano dedicado ), salta a Hollywood con un curioso guión escrito por alguien totalmente inesperado, Wentworth Miller, sí, el protagonista de la serie de TV Prison Break. Un guión que el protagonista televisivo firmó de manera anónima bajo el seudónimo de y que se coló en la Black List ( lista de guiones altamente interesantes pero no producidos/comprados ) de 2010 que fue comprado por Scott Free Productions ( compañía de los hermanos Scott ) y que iba a dirigir Jodie Foster con el protagonismo de la propia Foster ( en el papel de Nicole Kidman ), Carey Mulligan ( en el rol de Mia Wasikowska ) y Colin Firth ( en detrimento de Matthew Goode ). El escrito no es sino un, podríamos catalogar, como refrito de esos thrillers tan habituales en los años 90 sobre la entrada del mal en el núcleo familiar ( con cintas como durmiendo con su enemigo ( 1991 ), el padrastro ( 1987 ) y tantas otras ) con una interesante por eso evolución de un rol femenino protagonista violento.

 

Desde luego el film se beneficia, y mucho, de la labor del director coreano tras las cámaras, en una cinta que importa más el “como” que el “que”; la narración visual y sonora, recargada y muy elaborada a un nivel extremadamente llamativo e hipnótico y con unas interpretaciones elaboradas y destacables de su elenco, incluyendo al polémico Ozymandias de Watchmen, en un todo donde la labor como narrador de Chan-wook se impone al argumento. También ayuda que nos encontramos ante una de las películas más cortas de su director, apenas 90 minutos, por lo que la tensión y ritmo de la historia está bien controlada en su aspecto general.
 

 

Porque la idea del film no es la de crear tensión en la irrupción de un falso culpable en un entorno apacible, en un guiño hitchckokiano ( hay planos donde se homenajea al Hitckock de Psicosis o de la sombra de una duda ) sino la de describir la peculiar psique de su protagonista, una enorme a mi parecer Mia Wasikowska en una  interpretación muy controlada donde los silencios o las miradas dicen mucho. Cualquiera con un poco de bagaje cinematográfico sabe que hay algo escondido tras el misterioso tío Charlie, por lo que lo que más interesa es ver como está mostrado este drama familiar y psicótico, en un envoltorio visual y sonoro construido a su alrededor.

 

Chan-wook junto a su equipo habitual, como el fotógrafo Chun-hoon Chung ,cubren la historia con una paleta visual muy contrastada donde destaca el uso de los colores, con una especial fijación en el rojo, la creación de planos atmosféricos ( la escena de la cabina telefónica o la persecución por el bosque ) y esas transiciones bellas a la par que atractivas en el gran montaje; un recurso estilístico que me ha recordado a ciertas cintas del otro gran cineasta asiático Ang Lee ( ayer mismo revisé la Vida de Pi: una obra maestra del arte de narrar, la ceración de una fábula y de una película  a la vez ). Desde luego esta cinta en otras manos hubiera sido intrascendente o caído en tópicos ( que, ojo , la película los tiene ) pero que gracias a la labor del director, que sabe llevar el guión a su territorio temático, consigue una atractiva película.

 

 

Así la historia de la joven India Stoker se convierte en un despertar sexual de una joven inocente que descubre las sensaciones placenteras que tiene para ella la muerte así como la venganza - tema central de la obra de Chan-wook : trilogía sympathy u Old Boy - a partir de la muerte de su padre, que era el único eje emocional en si vida. Podemos ver rastros de sympathy for Lady Vengenace (2005 ) tanto en la descripción de una psique femenina fuerte así como en la descripción visual de los estallidos de violencia ( en planos generales fijos : la escena del bosque, el clímax final ) y donde el sentido de la narración, incluso el ritmo, de las cintas asiáticas ( la manera de incluir los flash-backs, como todo lo sucedido con el fallecido padre de India, que recuerda muy poderosamente al incidente del instituto  de Old Boy )  de Chan-wook se impone en este su debut americano. Incluso esa ( leve e intranscendente, si la hay ) referencia al vampirismo a través del apellido de la protagonista que la une a la obra maestra de Bram Stoker Drácula, con la fijación por la sangre, ciertos planos nocturnos la podemos unir al anterior film del director, Thirst ( Bakjwi, 2009 ) donde trató el tema del vampirismo unido a la religión y ¡ a partir de un relato de Emile Zolá!.

La atmósfera se enrarece en pequeños momentos cotidianos, como el pinchar una ampolla de pus o esa araña que camina por la casa vacía, de aire victoriano ( el film está ambientado en Tennesse, por lo que podemos unir la cinta al American Gothic americano )  y como se introduce en las faldas de la joven ( perfecta metáfora de su perverso despertar sexual, como veremos más adelante con la más gráfica escena de la ducha ). Además de una cámara en perpetuo movimiento, en gran parte de la cinta desde el punto de vista de la joven ( en una descripción visual de su mente inquieta de India ) el director hace uso de una recargada ( y excelente ) banda sonora compuesta por Clint Mansell y el uso de ciertas canciones para narrar visualmente el  viaje emocional de India; incluso los mejores momentos de esa tensión sexual entre India y su tío ( ¿reales? ) se ven descritos de manera maravillosa en las escenas del dúo a piano, con dos temas compuestos expresamente por Phillip Glass.

 

 

 

 

A su vez el gran control ejercido sobre los actores da pie a excelentes composiciones de los mismos, con esa protagonista femenina ya destacada pero además contamos con una composición muy destacable de Nicole Kidman como dama sureña despechada o la sorprendente carisma del rol masculino protagonista, con un inadecuado en principio Matthew Goode pero que destaca de una manera muy destacable con ese tío Charlie simpático, educado y cabrón en el fondo, con unas poses muy meditada o esa sonrisa llena de secretos; la sorpresa del film, sin duda. Los actores para Chan-wook se convierten en piezas de este enfermizo decorado, como podemos ver en las tensas y geniales escenas de las cenas en familia, pero a su vez sabe sacar lo mejor de ellos, y eso que el director coreano declaró que en su debut en el cine estadounidense tuvo poco tiempo para dedicar a los actores.

 

 

 

 

Una cinta destacable, con una descripción de un personaje femenino polémica para algunos seguro, pero llamativa y que evita caer en un relato tópico como estaba destinado a ocurrir y que sin embargo se puede conocer la labor de un grandioso director, uno de los más destacados a nivel visual de la actualidad, el cual creo que un mejor guión puede dar grandes sorpresas.