El Vigilante ( pronunciado en castellano por los norteamericanos ) proviene de la expresión latina " vigiles urbani" que designaba al peculiar cuerpo de policía nocturna romana creada por el emperador Augusto, para que se encargaran de encender los fuegos que alumbraban las calles de la ciudad, dar la alarma en caso de incendio, y prender y/o matar a esclavos fugitivos, ladrones y sicarios. Y precisamente una figura que encaja en esta definición, la del
viudo Tom Marwood ( un estupendo Elliot Cowan
) se convierte en el enemigo más directo, mortífero y peligroso para
John Luther en esta tanda de dos episodios que cierra la tercera temporada del
drama policiaco de BBC. La fórmula y
estructura del show ya comentamos que estaba supeditada a la disponibilidad de
su ascendente actor y desde luego la serie se ha resentido en sus temporadas
sucesivas después de una primera sesión excelente por lo que, aunque
presentando casos interesantes y con una visión del ser humano muy negativa
(algo similar a la de otra especie de “procedimental” como ha sido Hannibal de
la NBC, la mejor serie de este 2013 ) la serie ha decaído en su calidad si bien
el buen hacer de sus actores, con Idris Elba a la cabeza y su puesta en escena
( muy característica : colores grisáceos mostrando el otro Londres, un gran
trabajo de fotografía y ambiente sonoro – ojo a la selección de canciones para
cerrar ciertos episodios - ) hacen de ella una serie totalmente recomendable
dentro del manido género policial.
Así la aparición de Tom pondrá las cosas más
difíciles para Luther, el cual recordemos está siendo perseguido por otros
compañeros policías debido a sus particulares métodos de trabajo. es un marido que perdió a su esposa,
brutalmente violada y asesinada, a manos de un peligroso individuo que había
sido dejado libre por la justicia y así decide convertirse en un particular
verdugo, un juez que usará a la población ( mediante videos en internet: el uso
de las redes sociales como arma peligrosa, en acertado comentario siguiente las
directrices de Charlie Brooker y su seminal Black Mirror ) como jurado para
ajusticiar a individuos que lo merecen, debido a la nulidad operativa del sistema
judicial de nuestra sociedad; peligroso comentario que sin embargo sirve para
darnos al antagonista ( si se le puede calificar así a éste en una serie llena
de personajes grises y llenos de recovecos morales ) más humano y a la vez
peligroso al cual hay tenido que hacer frente Luther. El joven viudo contará
con la simpatía del populacho (ver sino como triunfan los reality o los
programas que, por desgracia, hacen de los accidentes y hechos desgraciados su
moneda para atraer a la audiencia en nuestra sociedad ) y si no se le paran los
pies puede llegar a ser el detonante de una bomba actual como es la situación
de gran parte de la sociedad a nivel mundial debido a la crisis económica,
social y humana actual. Así el joven justiciero llevará al policía al límite,
haciéndole perder a su mejor amigo y poniendo en peligro a su nueva amiga Mary
Day ( Sienna Gillory ) en una situación que recuerda al destino aciago de Zoe (
Indira Varma ).
Así después del primer caso que cubrió los
dos primeros episodios donde lo más interesante era esa persecución iniciada
hacia John Luther para acabar con él y como el caso que investigaba éste era un
reflejo de esa investigación interna ( como nuestras acciones del pasado
influyen en nuestras acciones presentes y futuras ) ahora asistimos a un dúo de
capítulos realmente muy bien dirigidos, a manos de Farren Blackburn ( director
de otra recomendable serie: The Fades ) donde tanto las escenas de tensión ( el
asalto a una pareja joven y como el justiciero los ayuda en el inicio del tercer
capitulo ), la larga escena en casa de Luther o en el apartamento abandonado al
final del cuarto ) así como la evolución del caso en la vida personal de John,
como errores del pasado se repiten y “ todo lo que amas haces que muera”
empezando por su compañero Justin ( de manera que la escena final del segundo
episodio cale de una mayor manera ); siempre es una buena manera de recuperar
la fuerza dramática matando a personajes secundarios con cierto empaque ( y si
no que se lo pregunten a George R.R. Martin y su saga de Canción de Hielo y
Fuego ). A su vez es muy aplaudido el retorno ( ¡¡POR FIN ¡! ) de cierto
personaje secundario que había prácticamente desaparecido del show y que vuelve
en el momento más propicio para Luther, cuando está prácticamente derrotado (
no solo ha perdido a su compañero y amigo, sino que es acusado de dicho crimen
y puesto bajo arresto). Sí, amigos nuestra querida Alice Morgan está de vuelta,
y más desenvuelta que nunca. Cross sabe de la expectación del retorno ante este
excepcional personaje y le regala los mejores diálogos, sus escenas en compañía
de Luther elevan el interés de la serie, parece de otra serie; a ver, el show
tal cual es muy recomendable pero la interacción de estos dos personajes tan
bien escritos y sobretodo puestos en escena por sus dos inspirados actores
elevan considerablemente el interés del show.
Por lo tanto Alice será la llave que libere a
Luther de su agonía, demostrando lo bien que se avienen ambos trabajando
juntos, y es que esa pelirroja con su inteligencia demuestra ser letal, un
Sherlock Holmes en femenino, mejor aún, una Irene Adler para Luther, su pareja
perfecta ( al menos en lo profesional, aunque ojo con esa tensión sexual no
resuelta ), apuesto desde YA por una hipotética cuarta temporada con Luther en
el trabajo de campo y Alice resolviendo en la sombra. Desde luego ese abierto
final, muy parecido al extraño “ happy end” de la segunda temporada aunque
mucho más adecuado a una futurible ( y muy apetecible ) nueva temporada con la
pareja que todos queremos ver juntos.
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