lunes, 12 de agosto de 2013

(Crítica) Breaking Bad 5x09 Blood Money

Caminando por los infiernos individuales
 
 
 
Dos bolsas deportivas cargadas de dinero, cinco millones de dólares, dinero de la droga, blood money; el goteo de una quimio, la vuelta de los fantasmas de esa terrible enfermedad; un descubrimiento, un  ataque de ansiedad ante la terrible e inesperada verdad. Éstas son las puertas de los infiernos personales que asistimos en este retorno de Breaking Bad, el cual no es el primer episodio de la sexta temporada sino el noveno de la quinta, el inicio del fin.
 
 
 
Mucho se ha especulado en los últimos meses con el posible final de la serie que ha encumbrado a Vince Gilligan como excelente guionista, a Bryan Cranston como un actor dramático de primer orden,. a Aaron Paul como una joven promesa capaz de mantener el cara a cara con su co-protagonista; hipótesis para todos los gustos, aunque me hace sonreír esa muy comentada en Twitter sobre que Walter White acabará en el programa de protección de testigos y será el padre de Malcolm.... La serie vuelve igual que el inicio de la temporada comenzando con otro flashforward o salto al futuro, viendo como la casa de Walter ha sido abandonada, con pintadas de HEISENBERG en las paredes y jóvenes patinando en la vacía piscina y como Walter, con pelo y un estado físico lamentable buscando algo en la pared y como su vecina reacciona de manera violenta al verlo ( aunque en una escena posterior, y actual, veremos como dicha vecina le obsequia con una amable sonrisa ); ¿ Walter acabará con todo y todos? Ya podemos empezar a especular.
 
 
La siguiente escena ya continua donde nos dejó el octavo episodio, que supuso el corte de la temporada en dos para mantener en el tiempo el éxito, así como crear la tensión entre los fans que ninguna droga puede evitar, con esa casualidad ( elemento clave de la serie ) donde Hank descubrirá la verdadera identidad de Heisenberg, y como esto le provoca un choque irreparable a la vez que se decide a cazarlo atando cabos. Por su parte Jesse sigue carcomiéndose por dentro ( increíble la interpretación de Aaron Paul, sin apenas decir palabra el dolor y sufrimiento que transmite ) y decide dar su dinero a los padres del niño que se cruzó con ellos en el asalto al tren así como a la nieta de MIke así como también ha llegado a la conclusión del fallecimiento de éste, como Walter puede haber sido el causante y decide deshacerse de ese dinero sucio que le recuerda sus acciones. Walter por su parte ha decidido dejar el negocio, pero el cáncer vuelve a hacer mella a la vez que la presión de Hank por un lado y el descarrilamiento emocional de Jesse por otro no le dejan tranquilo, y como su antigua socia le presiona para que vuelva a cocinar debido a la caída de calidad del cristal. Así tenemos a los protagonistas sufriendo su particular calvario, su caída a los infiernos.
 
 
 
Pedro el episodio, dirigido con mano maestra por el propio Bryan Cranston ( el cual potencia con sus elegantes a la par que significativos movimientos de cámara como ese travelling en retroceso que encuadra a Walter en calzoncillos cuando descubre que el libro de Walt Whitman ha desaparecido y como han colocado un localizador en su vehículo  o el viaje de Jesse repartiendo el dinero cual repartidor de los periódicos ) nos deja una secuencia maestra, un cara a cara escrito de una manera soberbia con excelentes interpretaciones de Cranston y Dean Norris, lleno de significados y doble sentidos: Walter decide que la mejor defensa es un buen ataque y decide preguntar a Hank, el cual se ha encerrado en su casa para investigar a su cuñado, pro el localizador, y éste directamente confiesa que sabe que es Heisenberg, le golpea y le promete que acabará con él.
 
 
 
- El cáncer ha vuelto ( Walter )
 
- Púdrete, hijo de perra ( Hank )
 
La secuencia es una de las mejores del año tanto en su puesta en escena como en todo lo que cuenta a varios niveles y la labor de sus actores es realmente extraordinaria. Breaking Bad ha vuelto de una manera excelente, demostrando su calidad y lo bien que trabaja sus personajes, en una de las mejores labores de desarrollo de caracteres de la historia de la televisión. Es la mejor droga posible para el seriéfilo y como y como mantenga este nivel su final será realmente histórico.
 
 

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