[Cine] (Críticas) The Invitation

Perdidos por el dolor

Un matrimonio joven y próspero, bien avenido y hermoso, que comparten una casa en la parte alta de los Ángeles con unas vistas únicas, junto a su hijo. Un día, un terrible accidente terminará con la vida del pequeño, destrozando a la pareja. Dos años después, Will (un correcto Logan Marshall-Green, Prometheus) es invitado por su ex esposa Eden (Tammy Blanchard) a una reunión con sus antiguos amigos en lo que fuera su casa. Cada uno ha rehecho (o intentado, al menos) su vida después de la tragedia. Allí, después del reencuentro, conocerán a la nueva pareja de Eden, David (estupendo Michiel Huisman, Treme, Juego de tronos).

 

Éste es el punto de partida ( no son spoilers ) de The Invitation, pequeña cinta casi de cámara (un único escenario, escasos personajes) dirigida pro Karyn Kusama  (Aeon Flux) y que fue la justa ganadora del pasado Festival Internacional de Cinema de Catalunya – Sitges’15.  A través de una pretendida reunión de antiguos amigos, que fue rota por un terrible suceso, nos adentraremos en caminos inciertos, donde la directora y sus guionistas jugarán con la premisa para saber de que trata en realidad esa “invitación”.

 

Y esa “revelación” es a la vez lo mejor y lo peor de la cinta, si bien sus creadores saben jugar con esa idea para darle una vuelta de tuerca: sí,  ha entrado en un culto y todo parece que esa reunión es una invitación a unirse a dicha ¿secta?; una sorpresa, o no, que se desvela pronto, si bien la puesta en escena y la idea de que puede que no sea realidad esa acción sino que pequeños detalles que, aparentemente, van enturbiando la velada, sean obra de la mente desequilibrada del protagonista, el cual no ha podido aún superar el dolor por perder a su retoño y puede que esté viendo símbolos equivocados…o no.

 

Habrá escenas que incomodan, como ya ese inicio con el atropello de un coyote y como el protagonista debe, de manera misericordiosa, matarlo; la visión de esa extraña joven ( Lindsay Burdge) , que acompaña al también desconocido ( John Carroll Lynch ), amigos ambos de , desnuda; las pastillas que descubre que toma su ex esposa , ciertos cambios arquitectónicos en la casa ( nada anormal a priori : nueva pareja, cambios con lo antiguo) o como enciende un farol rojo en el solitario patio: eso sí, siempre vistos desde el punto de vista del personaje de Green, lo que hace que nos lleguemos a plantear si no hay dilema alguno y todo es una concatenación de escenas triviales que la mente herida y perdida por una pérdida irreparable está uniendo de una forma equivocada; ahí radica lo mejor de la cinta, esa posible doble lectura.

 

Cuando un póster se convierte en un terrible Spoiler.....

Destacar el trabajo de puesta en escena, donde escenas cotidianas tienen un peso nervioso y van enrareciendo la situación, incluso en su tercer acto cuando se descubre el pastel, sabe llevar una tensión creciente hasta su desasosegante final, y sobretodo me quedo con dos cosas llegados a ese punto: la conversación entre el anterior matrimonio, y como se demuestra que el dolor sigue vigente, a pesar de que cada uno haya buscado una manera de superarlo ( y esto se une a esa temática de la invasión familiar, y de cómo un accidente puede provocar la ruptura de dicha familia, el elemento primordial de esta sociedad ) y el plano final, tan cargado de desosiego y terrible en su concepción; dicho plano, por cierto, me recuerda a un plano muy similar, en el cierre de la genial el club de la lucha ( Fight Club, David Fincher ,1999 ) y también veo elementos de puesta en escena ( sobretodo en su tercer acto final ) con la recomendable Secuestrados de Miguel Ángel Vivas ( 2010)

 

El trabajo de los actores, y más en este tipo de cintas, está muy equilibrado, incluso en sus momentos de mayor tensión no hay salidas de tono ( acompañando de manera armoniosa a su puesta en escena ), destacando a su protagonista, la presencia física apabullante de John Carroll Lynch y, sobretodo, a Michiel Huisman, amable y cercano pero con un punto oscuro.

 

En un momento donde elementos externos como el terrorismo o los accidentes con armas ( en USA ) provocan una situación nerviosa en la sociedad, The Invitation es otra pequeño film sobre la descomposición de nuestra sociedad, como el dolor a veces no puede ser superado de ninguna manera y la búsqueda de caminos alternativos provoca más dolor aún; un mensaje pesimista pero por desgracia más actual de lo que pensamos.