Peter Berg, que se dio a conocer con esa pequeña joya de la comedia negra llamada Very Bad Things, va perdiendo personalidad de forma inversamente proporcional a cuanto mayor es el cheque cobrado. Tras mutarse en un clon desangelado de Michael Mann en La sombra del reino (2009), sube a un nuevo nivel. O lo baja. En definitiva, a otro Michael, el que nos gusta a todos, no lo neguéis.
Lo que sigue a continuación es pornografía. Sin genitales ni flujos, pero pornografía al fin y al cabo.
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