El 11
de septiembre de 2001 un ataque terrorista en medio de Nueva York
cambió el pensamiento de la sociedad norteamericana, en un duro
golpe donde murieron miles de personas y se instauró un miedo en la
sociedad, en una de las mayores tragedias de la historia. Aún con el
dolor impregnado en la sociedad de Estados Unidos, es interesante
saber las ramificaciones de ese golpe, como el dolor cambió a la
gente, provocando situaciones intolerantes pero también la
solidaridad (cuerpos de bomberos y policía a la cabeza). Desde
luego fue un momento que para bien o para mal ha marcado el
pensamiento USA de este siglo, el dolor persiste en el alma de muchas
personas.
Había
curiosidad por ver cual sería el siguiente trabajo de la primera
mujer galardonada con el oscar a la mejor dirección, y aquí tenemos
el nuevo y ¿polémico? nuevo trabajo de Kathryn Bigelow tras su
oscarizada En tierra hostil ( The hurt locker, 2008 ), la película que
menos ha recaudado en taquilla siendo merecedora del máximo galardón
de la academia del cine norteamericana. En esta ocasión la directora,
junto al también oscarizado guionista Mark Boal (antes periodista de
profesión, detalle importante), nos traen un relato veraz ( o con
afán de ello: podemos ver rastros del mejor cine periodístico de
los años 70 durante gran parte del metraje, así como la pareja de
cineastas han recibido información y apoyo de la CIA y otros
organismos de poder, hasta el punto de que han sido requeridos para
testificar ante el congreso de Estados Unidos por posibles
filtraciones de materiales secretos ) sobre la búsqueda y captura de
Osama Bin Laden. este proyecto era la idea de un relato sobre la
búsqueda del terrorista pero durante su desarrollo tuvo lugar su
asesinato, por lo que la historia cambió a la cinta presente.
2004.
Estamos en una base en Pakistán donde se está sometiendo a un
interrogatorio con tortura a un presunto miembro de la célula de Bin
Laden. Dicha tortura es llevada a cabo por Dan (un estupendo Jason Clarke, Sin ley) bajo la mirada entre asustada y
de incomprensión de Maya (una fantástica Jessica Chastain), nueva
agente enviada por la CIA. Dicho comando de inteligencia, coordinado
por (Kyle Chandler, siempre el coach de Friday Night Lights), está
en un territorio sin camino en sus posibles investigaciones. Pero
Maya rápidamente cree encontrar un camino para llegar al terrorista
más buscado: durante varios interrogatorios aparece un misterioso
nombre de un posible mensajero de confianza de Bin Laden y ella
intentará seguir esa pista durante años, perdiendo su vida
personal, su salud física y mental y amigos por el camino. Muchos no
creerán en sus suposiciones, como sus superiores ( Mark Strong) pero
tras años, esfuerzos y discusiones , hallarán una extraña
fortaleza en medio de Pakistán donde posiblemente puede estar
escondido Bin Laden. ¿Conseguirán capturarlo?
Bigelow
vuelve con fuerza con un proyecto con numerosos atractivos, como ese
afán por describirnos una trama con un realismo extremo recuperando
el cine periodístico tan en boga en los años 70 ( donde no puedo
más que invocar a Alan J. Pakula y su obra maestra Todos los hombres
del presidente; una trama tan americana pero narrada de manera tan
excepcional y atrayente ) con una narración electrizante, muy amena
y para nada liosa a pesar de la aparatosidad de la misma y que se
extiende durante prácticamente 120 minutos; excelentes actuaciones
como la de una de las mejores actrices de la actualidad, Jessica
Chastain (su plano final bien vale todos los premios por haber),
acompañada de un número de secundarios destacables como Jason
Clarke ( quizás el personaje más humano del relato: el encargado de
las torturas a los presos y que debe dejar esa faena para no perder
su cordura y recuperar su vida, a la diferencia de la protagonista
que lo perderá todo ), Kile Chandler, Mark Strong ( el mejor
secundario de los últimos años ) o un breve pero soberbio James
Galdonfini ( como el director de la CIA ); una banda sonora muy
correcta de Alexandre Desplat y una set piece final de prácticamente
30 minutos ( el asalto a la fortaleza donde puede estar Bin Laden )
filmada con mano maestra y demostrando el gran pulso de su directora
en ese tipo de escenas.
Además
el relato, a pesar de que por lo tratado podíamos pensar que estamos
ante una “americanada” o glorificación de la CIA y sus métodos,
es muy ambiguo y en ningún momento toma partido; en su narración de
forma objetiva y repito muy realista, narra lo acontecido para que
nosotros los espectadores saquemos nuestras conclusiones. Como se ha
dicho, no estoy de acuerdo con que el film, por ejemplo, esté a
favor de las acciones de los miembros de la CIA para extraer
información a sus presos ( las torturas mediante asfixia de agua y
demás, llevadas a cabo durante la administración Bush ), viendo la
historia se puede creer que esas torturas, totalmente inhumanas ( ver
la cara de Chastain en la primera escena ), ayudaron en la recepción
de información aunque también se puede pensar en que frenaron el
ritmo de las mismas investigaciones. Otro
ejemplo de imparcialidad es ese breve inicio donde se relatan los
acontecimientos del 11-S con la pantalla en negro y transcripciones
de llamadas de socorro de ese mismo día. Es más, creo que el film
crítica a los mismo miembros de la CIA, al ver como los superiores,
encerrados en sus tranquilos despachos en Washington, no creen en las
teorías de Mayan y torpedean sus investigaciones; al respecto, citar
la escena donde ella, al borde del colapso nervioso,
discute con su superior y como en una conversación con el personaje
de Jason Clarke declara que ella no puede capturar a Bin Laden desde
Estados Unidos.
Aquí
Bigelow usa el mismo arma que Steven Spielberg, quien este año
también nos ha traído otro relato histórico importante de la
historia de Estados Unidos como es Lincoln, la radiografía de Abraham Lincoln
(en uno de los mejores films del año, y que compite abiertamente
con esta cinta en todas las carreras de premios ) a través de la
votación de la 13ª enmienda, y éste es el de humanizar a su
carácter principal. Si en el film de Spielberg se usa la vida
privada y sus problemas para retratar al presidente Lincoln, aquí
sus guionistas describen a Maya, una joven analista fichada en la
universidad, primero como un ser frío y que no demuestra sus
emociones ( se ha descrito la interpretación de Chastain en ese
punto como robótica ) pero que poco a poco se va obsesionando ( cual
Gene Hackman en la obra maestra de Coppola La conversación) por
encontrara a su objetivo dejando de un lado su vida personal y demás.
Pero una escena clave hará explotar su personalidad, la muerte de su
(única) amiga Jessica ( Jennifer Ehle ) en un atentado en una base
americana. Entonces la búsqueda y captura de Bin Laden se torna algo
personal e íntimo; “vosotros
matareis a OBL ( Osama Bin Laden ) por mí”,
les llega a decir a decir al pelotón montado para la incursión en
la fortaleza. Pero después del ¿éxito? ( en ningún momento se
llega a ver claramente el cadáver, ejecutado a sangre fría, por lo
que las posibles teorías de que Laden no fue muerto y sigue vivo y
preso siguen abiertas ) ¿qué le queda a Maya, que ha dedicado 12
años de su vida a esa misión? ¿La muerte del terrorista árabe
devolverá a la vida a las victimas de sus atentados, sanará el
dolor de las perdidas de las familias? Algo que sugiere esa mirada
final tan llena de significados ( Chastain nunca ha estado mejor ) en
ese plano tan sugerente y acertado que cierra una obra extremadamente
interesante, sugestiva y ambigua a la vez.
'La noche más oscura' me ha dejado desconcertado. La peli se ve bien pero tras todo lo escuchado resulta decepcionante, dubitativa, irreal? Bigelow nos pretende convencer de un acontecimiento, basado en una gran mentira, de primera con una historia de tercer orden. Van a intentar borrar 'la gran mentira americana', con una mera demostración de fe sobre una cuestión de suerte, de meras estadísticas? Un saludo!
ResponderEliminarEl mejor halago al film vibrante y tenso servido por Bigelow es que no se trata de la típica " americanada" que podríamos esperar sino que se convierte en una descripción de una obsesión para paliar un dolor mental instaurado en el subconsciente de la población americana, una sensación que no se puede borrar como demuestra el sensacional plano que cierra la película.
ResponderEliminarNO es tanto el QUÉ sino el COMO y su sensación final. Como bien apuntas el film no desvela si esto fue real o solo una tapadera de los organismos americanos; aún así nos queda un relato muy bien llevado con una estupenda protagonista y un tercio final rodado de manera genial.
Gracias por tus comentarios, un abrazo
Pobre final para tan grande objetivo
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