Ya tenemos resuelto el primer caso ( doble,
en este caso ) por nuestro amoral y especial policía perfecto, John Luther,
pero la caza de brujas contra él justo acaba de comenzar y parece que ha
abierto la caja de Pandora y su persecución va a ir a más. Por otro lado Alice
sigue sin aparecer ( aunque hay una referencia verbal hacia ella ).
La serie, en esta construcción de dos casos
narrados en un episodio doble de una hora de duración cada uno que ya comenzó durante
su segunda temporada, sigue mostrando una negritud humana y social bastante
llamativa, si bien la realidad supera la ficción como podemos ver cada día (
casos como los tiroteos en USA o el caso Bretón en nuestro país, por poner dos
ejemplos rápidos ). Sigue siendo un procedimental si bien lo más interesante de
ese neo-noir es la descripción de su protagonista, un ser complejo, violento y
atormentado, con una moral discutible ( algo que sale a colación esta
temporada, reflejada en su compañero Justin, y como en el caso de Ken Barnaby
que resuelve él ); Luther es Idris Elba y Elba es Luther, más allá de sus
tramas o de su atractivo acabado visual lo mejor del conjunto es ese
protagonista tan característico.
Pero lo mejor del episodio, tras esa trama criminal
que no es de las mejores descritas en el show hasta ahora, muy sórdida sí, pero
su resolución es algo cogida por los pelos ( aún no sé como Luther descubre
cual será la victima final del criminal ) es ese cara a cara con George Stark
(David O’Hara ), un teniente obsesionado con dar caza a Luther y que no duda en
usar métodos al margen de la ley de la misma manera que acusa a John de
hacerlo, otro policía ¿atormentado? ( comentar el momento en que Erin se lo
encuentra tirado en el suelo de su destartalado despacho – igual que la casa de
Luther…. – aparentemente borracho ), una versión igual de oscura condenada a
chocar con Luther: ver las maneras de andar de ambos personajes así como su
decisión en los actos que llevan a cabo. A su vez Luther se ve más solo que
nunca, al ver como Justin está declarando en su contra ( si bien la escena
final del episodio nos da un gran momento al escuchar Luther la opinión de su
compañero ), ojo con la mirada que cruzan ambos, mucho más eficiente que
cualquier diálogo.
La psique humana es gris, tan gris como ese
Londres anti-turístico que nos muestra la serie, no hay blancos ni malos, sino
dilemas morales a la orden del día. Ni siquiera la incursión de un personaje
tan bello y que puede traer luz a la vida oscura de Luther como es el de Mary
Day es capaz de ello y a la postre
parece ser se puede convertir en un punto débil para Luther en esta persecución
que continua contra él. ¿ Qué es peor, los actos de Ken Barnaby o el ataque que
sufrió su devastada familia? Dilemas morales que atenazan a Justin y que lo
unen más y más, aunque no lo crea, con su mentor.
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