Tres episodios, 156 minutos, es lo que queda
para que una de las pocas series que quedan vivas de aquella excelente ornada
del 2005 ( junto a la cansina Anatomía de Grey ) llegue a su fin; otra serie
más protagonizada por un antihéroe, que puso en el mapa al canal Showtime y
donde tenemos como protagonista a un asesino en serie con el cual hemos llegado
a empatizar y seguir sus desventuras durante 96 capítulos. Llega el momento de poner punto y final, y más
después de tener unas últimas temporadas muy irregulares, y dentro de esta
octava hemos asistido a una serie de últimos capítulos donde las tramas
empiezan a dar vueltas entre sí, introduciendo nuevos personajes y sacándolos y
a su vez con tramas secundarias ligeras e incluso inconexas, o quizás no tanto.
Ahora después de que Dexter haya recuperado a
su amor pero perdido a su “hijo espiritual” y posible sucesor, veremos como
múltiples amenazas se crean entorno a su figura, pues se debe de buscar una tensión
de cara al season finale: no solo deberá hacer frente a ese asesino en serie
que abrió la temporada y que parecía fuera de juego pero no sino que además la
reaparición de Hannah provocará que el jefe ( o ex jefe, pues todo debe volver
a su cauce y Debra parece querer volver al cuerpo de policía: esto parece un
cómic, donde hay una ley no escrita de “ haz muchos cambios para luego volver
al punto de origen” ) de Debra se ponga a buscar a Hannah ( motivado por la
recompensa económica, pero también resentido por la marcha de su agente Debra
), aparecerá un Marshall de los Estados Unidos investigado ( el siempre genial
Kenny Johnson, The Shield, Sons of Anarchy ) e incluso Quinn sigue dudando de
la inocencia de Zack Hamilton. Mientras Dexter parece formar planes de futuro
con su amada Hannah pero antes deberá poner punto y final a este juego del gato
y el ratón múltiple; ¿Conseguirá la pareja de enamorados huir y formar una
nueva vida o caerán en las redes de la justicia ?
También apuntar el cambio de rumbo que ha
sufrido el personaje de la doctora Vogel, quien después de aparecer como un
brillante personaje interesante y brillantemente encarnado por Charlote
Rampling en los últimos capítulos parecía una versión difuminada de ella misma,
aunque el giro dramático que acontece en este episodio le veo cierta lógica, al
estar hablando de madres e hijos y hace que el show adquiera quizás de manera
inconsciente o premeditada una cierta estructura circular, pues esta
persecución entre Dexter y el “ neurocirujano”· me recuerdan a la del asesino
de la camioneta de la primera temporada; todo queda en familia al final.
-“Una vez dijiste
que eras mi madre espiritual, ¿ eso no nos convierte en familia? ( Dexter a la
doctora Vogel )
Veremos como evoluciona la serie y si ésta
adquiere una tensión y llegamos a un final digno, las cartas están sobre la
mesa y toca jugar.
P.D. : Sé que en las ficciones hay recursos para conseguir un efecto dramático y que muchas veces hay que dar un salto de fe, una suspensión de la realidad pero ¿¿ de verdad que el sitio más seguro para esconder a Hannah era en casa de Debra, a la que intentó matar??
LA PROMO: Episodio 8x10 Goodbye Miami
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