A priori el proyecto de llevar al cine esta
historia era muy interesante por múltiples motivos: una historia dentro del cine para ver como se
gestó un clásico infantil como es Mary Poppins, conocer la personalidad y el
choque de egos de sus creadores, P.L. Travers y Walt Disney o el lado oculto
tras esa dulce historia, todo un clásico de la literatura. Pero la huella
hollywodiense se ha impuesto y lo que podría haber sido un film con varias
capas se queda en una pretendida humanista historia sobre el amor de una hija
por su padre.
Salvando a Mr. Banks nos cuenta la odisea que
vivió Walt Disney ( Tom Hanks) quien estuvo 20 años persiguiendo a la autora
P.L. Travers ( Emma Thompson ) para conseguir los derechos de su libro Mary
Poppins para poder adaptarlo a la gran pantalla
y la dificultad de sacar adelante el proyecto debido a las exigencias y
negaciones de la autora australiana . A su vez conocemos la infancia de la
escritora, marcada por el alcoholismo y la personalidad de su padre, ( Colin Farrell ).
El film tiene varios problemas, comenzando
por el recurso narrativo usado, intercalar momentos del presente donde están
intentando adaptar el libro junto a flashbacks de escenas de la infancia de la
escritora que remitan a ese pasaje o ese personaje de la obra escrita, el cual
encaja en alguna ocasión ( el significado del odio por las peras, o el momento
en que la autora recrea un lago en el jardín de los estudios ) pero en otras
no, y provoca un ritmo muy desigual en la película. A su vez se deja de lado la
descripción de estos “míticos” protagonistas, con una descripción muy
superficial de Travers ( homosexual declarada, por ejemplo, detalle no
mencionado ) y Disney, del cual lo dibujan como un padre preocupado por
cumplir una promesa a sus hijas ( el
adaptar el libro de Travers ) y no declaran nada negativo ( el film está
producido por Disney: que podíamos esperar ) como su personalidad o su adicción
al tabaco (sugerida en cierta escena donde declara que no quiere que nadie le
vea fumando para “ no contagiar malos hábitos “ ) y otros temas como ese
pretendido lado oscuro de la historia, donde los cuentos siempre se le pueden
buscar un lado psicológico en su concepción y aquí apenas se apunta nada de
ello, solo pretende ser una cinta que recree la preparación de esta historia
sin profundizar más en ello, buscando la referencia cinéfila sencilla, la
creación del guión con Don DaGradi (Bradley
Whitford, El ala oeste de laca casa blanca ) y las canciones a cargo del
tándem Robert Sherman ( B. J. Novak, malditos
bastardos ) y Richard Sherman ( Jason Schartzman, habitual del cine de Wes Anderson ),
escenas que se quedan en apuntes para el fan de la película y poco más. Pero el
film, en su búsqueda de un relato dulce sobre el amor incondicional de una hija
por su padre también falla debido a la construcción moral del progenitor, un
alcohólico irresponsable que, sí, es capaz de inventar historias para evitar
pensar en el doloroso presente ( haciendo que la chispa de la invención surja
en su hija ) pero que prefiere beber ante que mantener un trabajo; pero en la
película parece que quiera decirnos que esos problemas quedan de lado a pesar
del dolor y penurias que provocan, solo porque ama a su hija….Una moralidad mal
entendida y muy debatible. Pocas escenas
funcionan en esa fusión de tiempos narrativos, destacaré el momento de la
creación de la canción sobre los banqueros y el salto al pasado con el padre de
Travers tocando fondo en la entrega de premios de una feria ( muy bien unidas
gracias a la canción en ciernes ).
Por el contrario esta pretendida humanidad en
este relato sí funciona en la relación entre Travers y su chofer, encarnado por
un genial Paul Giamatti: ver las escenas que comparten, con comicidad cuando él
se dirige a ella con acento extraño al conocerse o realmente emocionantes como
la comentada del jardín de los estudios ( donde el apunte emocional/lacrimógeno
sí funciona gracias a la química de los actores, así como el montaje en
paralelo en el flashback del intento de suicidio de la madre de Travers ). Por
el contrario falla todo lo referente a el tira y afloja entre Travers y Disney,
el cual es un personaje secundario y donde la labor de Hanks es muy discreta (
el parecido físico con el verdadero Walt Disney y poco más ). En cuanto a las actuaciones
destacar a Emma Thompson ( con un acento muy marcado ) y Paul Giamatti, como ya
comenté, así como Colin Farrell y Ruth Wilson ( Luther ) como los padres de
Travers y esa corta aparición de la tía
( Rachel ) quien inspiró a la futura Mary Poppins. El trabajo actoral es
muy discreto en una cinta que podía dar para lucimientos pero que, debido al
guión sobretodo, queda en un segundo plano ( Disney y sus colaboradores son el
mejor ejemplo).
Salvando a Mr. Banks queda muy por debajo de
sus posibilidades, en un relato lleno de posibles caminos y que no decide a
entrar en profundidad en ninguno de ellos, buscando la lágrima fácil de manera
errónea debido a un mal punto de vista por parte de su director John Lee
Hancock, y que acaba siendo más ñoña que esos dibujos animados de Disney que
parece ser odiaba P.L. Travers; quiere ser profunda y con múltiples capas pero
acaba siendo inconsistente. Quedémonos
cantando supercalifragilisticoespialidoso y recordando el libro y dejemos de lado esta
pretendida búsqueda del amor paternal.
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