Engañando a tutiplén ( incluida la audiencia
)
La gran estafa americana, o American Hustle
en sus título original, es tan falsa como los peluquines y los peinados
imposibles de sus protagonistas, pero gracias al buen trabajo de su elenco y
las maniobras de los hermanos Wenstein, la película se puede considerar la pequeña
sorpresa del año, en cuanto a premios, además del definitivo salto del
guionista y director David O. Russell de su ostracismo, quien años atrás estuvo
“apartado” de Hollywood debido a su carácter y ahora es el director estrella,
capaz de conseguir que TODOS sus actores ( DATO: es la primera vez en la
historia que dos films en dos años consecutivos son nominados a los principales
seis Oscars: película, director, y todos sus actores, tras el lado bueno de las
cosas del 2013 y esta American Hustle ) y que sus proyectos salgan sin
problemas: ahora tiene entre manos una serie para FOX, sin haber pasado por el
piloto de rigor.
La historia de su última cinta es un caso
real pero tan increíble que no lo parece, de la misma manera que Fargo o dolor
y dinero, por poner dos ejemplos ( diametralmente opuestos ) con una trama de
engaños y estafas que afectó a ciertos individuos, el FBI y varios políticos
durante los años 70. Así la cinta se puede considerar una mezcla de thriller
cómico y una historia de amor, un Ocean’s Eleven de “época” ( sin lugar a
dudas, la caracterización de los actores, con sus estrafalarios vestidos e
imposible peinados, es de lo mejor y más recordado de la historia ), pasado por
el filtro visual de un Scorsese, al cual David O. Russell, también autor del
guión junto a , intenta emular, sin conseguirlo.
Porque Russell intenta copiar a Scorsese,
imprimir su energía en el montaje y el uso de la música, pero sin llegar a su
nivel; el intento se queda en copia barata, salvada por los actores. Sin ir más
lejos, mirar el momento en que el ambicioso ( y poco inteligente ) agente el
FBI encarnado por Bradley Cooper casi traspasa el plano chocando contra la
cámara al igual que el Max Cady (Robert de Niro, quien tiene un pequeño cameo
en la cinta tras su anterior trabajo el lado bueno de las cosas, uno de los
pocos papeles decentes del antes sensacional actor italoamericano, y de paso
cerrando la unión con Scorsese ) en el remake de el cabo del miedo (1990 ).
Además el director no consigue encontrar un ritmo acertado para una cinta que
peca de larga ( 135 minutos ) y donde ciertas tramas fallan debido a ello ( la
relación romántica entre los personajes de un sorprendente Christian Bale y Amy
Adams ). En el año en que el maestro ha vuelto ( ver su fabuloso trabajo en la
dirección de el lobo de Wall Street ), O. Rusell demuestra que está
influenciado por su trabajo pero no sabe homenajearlo/copiarlo, algo que otros
directores mucho más interesantes como Paul Thomas Anderson ( con su obra
maestra, OBRA MAESTRA Boogie Nights, sí lo saben hacer ), por lo que su trabajo
de dirección aún se resiente más.
Pero donde el director sigue mostrando su
buena mano es en la dirección de actores, con un grupo de artistas que realizan
grandes trabajos y salvan la película. Desde un Christian Bale con un aspecto
físico ( esa enorme barriga y calvo ) y una comicidad no esperada pasando por
Amy Adams y su fogosa Sidney Prosser o los secundarios Jennifer Lawrence y Bradley Cooper ( los
mejores de la cinta, sin lugar a dudas ). Así es todo un acontecimiento ver a
Bale con muchos quilos de más ( recordar que el actor perdió mucho peso para
encarnar al enfermo de la recomendable el maquinista de Brad Anderson ) y con
cierto tono cómico, si bien la descripción de su relación con el personaje de
Adams y el triángulo amoroso montado con Cooper peca de pesada y reiterativa,
algo que afecta al ritmo del film y a la labor de los actores. Por el contrario
la labor de los secundarios es digna de alabanza, con una Lawrence que hace de
una especie de quilla (algo así como la Sharon Stone de casino, pero mal
hablada ) y que nadie como ella suelta esos insultos con tanto arte como la
protagonista de la saga de los juegos del hambre y Bradley Cooper, realmente
sorprendente como el agente Richie DiMaso habido de poder, el cual se aprovecha de esos
pobres estafadores para montar ese “plan maestro” y subir en el FBI; sus
escenas cuando está negociando con sus ayudantes mientras discute con su madre
( y lleva puestos rizos ) o las constantes burlas con su superior, encarnado
por el siempre genial cómico Louie C.K. Su personaje es la viva personificación
de la locura que quiere promover el film, sin llegar nunca hasta el final; destacar
escenas como la del árabe que en realidad es un agente del FBI y como no sabe
hablar su idioma de origen y sí lo hace el mafioso encarnado por De Niro son un
ejemplo excelente.
American Hustle es una buena película, un
entretenido thriller con toques cómicos y excelentes actores, pero no es la
gran película americana del año, como nos quieren vender; al igual que muchas
otras películas, la carrera por los premios afecta a la veracidad del film,
donde su director coge como esquema la labor de un grande del cine, sin llegar
a emularlo bien, y donde el alargado metraje solo se salva por, otra vez, su
excelente cast. No os dejéis engatusar por el entretenido guión y las trampas del mismo, dejad la mente abierta y disfrutad de las actuaciones, así American Hustle es más disfrutable.
American Hustle es una buenisima comedia, pues jamas habia visto una estafa tan graciosa.Me gustó mucho com mezcla el drama con la comedia!
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