Woody Allen ha vuelto de su periplo europeo:
después de trabajar en varias capitales europeas con la excusa de rodar varios
y diferentes films, muy desiguales entre ellos, el genio neoyorquino ha vuelto
a Estados Unidos y con una historia dramática que recupera al Allen más
hiriente, el de Hannah y sus hermanas, delitos y faltas o Recuerdos, situada en
la preciosa San Francisco ( una ciudad cosmopolita y preciosa: siempre
recordaré personalmente el haber estado allí y ojalá pueda volver algún día ).
El guionista y director ha tenido unos años
muy irregulares donde ha demostrado ( en escasas ocasiones ) su talento y así
dejó su Nueva York en busca de productores europeos para poder seguir rodando
un film anual: trabajó en Inglaterra ( con la profunda y doytoyeska Match Point, 2005
y la floja Scoop, 2006 ), España ( la horrible Vicky Cristina Barcelona, 2008 ), Italia (
A Roma con amor, 2012, intrascendente ) o París ( la encantadora Midnight in Paris,2011,
Oscar al mejor guión original ) con algún escarceo a su país de origen (con si la cosa funciona, unión con Larry
David ). Pero con esta Blue Jasmine tenemos de vuelta el mejor Allen, con un
guión muy bien estructurado y un grupo de actores soberbio. Además deja su
característico humor ( si bien hay algo de su personalidad en esa Jasmine )
para encontrarnos con una cinta durísima, una experiencia cruel y despiadada.
Porque esta odisea de una atractiva mujer (
soberbia Cate Blanchett, quien mantiene el film sobre sus espaldas de manera
ejemplar y capaz de transmitir el dolor y la agonía de tan paradójico y
andrógino carácter: ver ese doloroso plano final, el cual le da una estructura
circular a la cinta además ) antes rica y que se ve sola ( su marido le ha sido
infiel durante años ) y pobre debido a alas actividades ilegales de él ( Alec
Baldwin, en su tercer trabajo con Allen, en un personaje que evoca a recientes escándalos financieros y
sexuales de ciertos nombres de la bolsa y las finanzas) que se ve obligada a vivir
con su hermana, ambas son adoptadas (
una genial Sally Hawkins , Happy un cuento sobre la felicidad) a la cual siempre
la critica a ella y a sus novios a los
que tilda de “ fracasados”, es un viaje por una personalidad herida, rota y
enferma, una historia donde Allen dibuja y mira de manera descarnada y
desprecia a todos sus personajes, no podemos sentir cariño ni afinidad por
ninguno ( quizás por la hermana y sus novios, de clase baja pero sinceros a la
postre ), en un dibujo de personajes sorprendente, no recuerdo a un Woody Allen
tan despiadado y cruel. Los hombres son misóginos y egoístas, como el personaje
encarnado por Alec Baldwin el cual no duda en robar a la gente con tal de
llevar una vida de lujo y cegar a su esposa, a la cual es infiel continuamente
o el aspirante a político encarnado por Peter Sarsgaard el cual se enamora de
Jasmine hasta que conoce su pasado y la rehúye porque puede ser un problema
para sus planes futuros; ¿ Y qué decir de las mujeres? Mirar su protagonista,
la cual cree llevar una vida plena y feliz y todo es una máscara ante las
mentiras en las que vive y que casi destruye la vida de su hermana, una persona
sencilla y honesta pero que se deja influenciar por las críticas continuas de
Jasmine a pesar de que la vida de ésta sea mucho peor en el fondo; la felicidad
está en unas cervezas y una pizza y la sinceridad y comprensión, y no en ostentosos
regalos y viajes y almuerzos vacios de contenidos con personajes huecas y
falsas.
Un drama sin concesiones donde Allen parece
invocar el espíritu de Tenesse Williams y sus dramas descarnados llenos de
dolor, mentiras y donde el sexo tiene una fuerte presencia: Jasmine no es más
que un trasunto de Blanche DuBois, protagonista de un tren llamado deseo, donde sus
infelicidad la llevará a un estado enfermizo y quebrado, o el nuevo novio
de Ginger , ese rudo y violento pero en el
fondo enamorado Chili ( estupendo Bobby Cannavale ) y que tanto recuerda a
Stanley Kowalski
Allen vuelve a demostrar su pericia
narrativa, más en el plano argumental donde demuestra su habilidad a la hora de
conjugar la historia con los sucesivos flashbacks, introducidos de manera que
provoquen aún más dolor ante las consecuencias futuras de lo que vemos, que en
el visual si bien se apoya en la fotografía de nuestro Javier Aguirresarobe. Se
deja de periplos por otros países y nos trae una cinta profunda y dolorosa como
la vida misma, que toca temas actuales como la crisis económica y moral
imperante en estos días y a una soberbia Cate Blanchett, digna aspirante a
cualquier premio que se tercie. Además por último destacar la colaboración,
aunque sea escasa, entre dos genios neoyorquinos, pues el agudo cómico
neoyorquino Louis C.K. está presente en el reparto. Una cinta obligada de ver,
a pesar de lo doloroso de la propuesta.
Perfecto. Al verla en un momento me recordó a un tranvía llamado deseo.
ResponderEliminarMe pareció Maravillosa!!! Actuaciones para Aplaudir de Pie!!! Pero.. El Final..... Me Faltó...
ResponderEliminarLa vi hace años y quise volver a hacerlo, esta crítica es perfecta y me ayudó mucho ,mi director preferido Woody, volvió a hacer de las suyas y me quedé desalentada en su final
ResponderEliminarSupongo él prefirió q quedáramos conmovidos .