Falsas
apariencias
Después
del anterior episodio donde vimos a un Pete desfallecido y totalmente
infeliz ante su presunta felicidad con su recién formada familia y
su nuevo status. Ahora, en uno de los mejores episodios de la
temporada ( y me atrevería a decir,de la serie) vemos como se
encuentran anímicamente tres de los protagonistas, Peggy, Don y
Roger.
Mediante
flashbacks dentro del episodio y viviendo una situación desde tres
puntos de vista veremos como la presunta felicidad laboral,
emocional, marital de los protagonistas del show no es tal como
parece.
Peggy
tiene de nuevo una entrevista con Heintz, la cual le ha rechazado su
propuesta de publicidad para la compañía, para desespero de la
(antes) exitosa publicista. En dicha reunión espera contar con el
apoyo de Don ( el cual anteriormente se puso de favor de la empresa,
para sorpresa de todos ) pero éste decide hacer una escapada de fin
de semana con su esposa Megan a un restaurante cerca de la frontera
con Canadá, con el pretexto de realizar una campaña publicitaria
para dicho establecimiento; a cambio reciben un tratamiento VIP. Pero
dicho viaje estaba propuesto a Don por Roger como vehículo de
escape y diversión para los dos maridos para viajar solos, aunque se
le tuercen los planes a Slaterry y debe asistir a una
cena-experimento con amigos, psiquiatras y demás, de su esposa. En
dicha reunión experimentarán tomando LSD, el cual les proporcionará
un viaje alucinógeno…y Roger abrirá los ojos ante su
(verdadera) vida.
Si en
esta temporada tenemos el problema racial de telón de fondo, en este
sexto episodio se trata directamente el consumo de drogas
alucinógenas, tan de moda en los 60: Peggy, tras su fracaso laboral
y su explosión tras dicha infructuosa reunión, acudirá sola al
cine donde fumará un porro con un desconocido y luego le
masturbará….A su vez Slaterry verá como
una cena con un grupo de intelectuales se transforma en un viaje
sensorial tras tomar LSD. La puesta en escena de dichos momentos no
tiene tics visuales exagerados ( pongamos por caso, el cine de Ken
Rusell) sino que experimentaremos esas sensaciones mediante las
interpretaciones de los actores ( las miradas perdidas, los gestos
extraños…)y el juego con la pista de sonido ( cada vez que Roger abre una botella cree escuchar trompetas, un concierto, etc
Además
veremos como la escapada romántica de Don y Megan se transforma en
una discusión marital en un momento de pavor para Don: tras pelearse
con Megan ( pues ella como bien apunta, no sabe “ cuando se acaba
frontera entre su marido y su jefe “ ), Don abandona el hotel de
carretera y al volver su mujer no está. Tras buscarla, numerosas
llamadas, etc volverá a casa donde tendrá una terrible pelea con su
esposa ( rozando la violencia física ) : “ cada vez que nos
peleamos, nos empequeñecemos”, dice Megan
Hay varias
escenas que las veremos desde diferentes puntos de vista, hilvanando
de manera perfecta las tres historias tratadas. A su vez se puede
percibir una sensación de malestar en el fondo de las escenas, una
especie de aroma lynchiano tras lugares comunes de la sociedad
americana como una sala de cine, una cena ( que se trasformará en un
experimento social ) o un hotel de carretera colorido y brillante.
Un
gran trabajo de puesta en escena ayuda a unir el gran trabajo de
guión y las excelentes interpretaciones, huelga decirlo.
Mad Men
apunta muy alto, ¿ganará su quinto Emmy –consecutivo- al mejor drama?
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