Un relato de época sobre la superación
personal y con un marcado carácter metafórico y social entorno al problema del
racismo en este caso y ambientado en el mundo del beisbol, no hay producto más
americano que éste y además basado en hechos reales ( ahí tenemos el
montaje-resumen en sus créditos finales con imágenes de la época ) en la figura
de James Robinson, primer jugador de color en entrar a formar parte de la
plantilla de los Dodgers en los años 40.
Así, la cinta dirigida por Brian Helgeland ,
prestigioso guionista ( ganó un Oscar por su labor en la fabulosa L.A. Confidencial
) pasado a director ( Payback, destino de caballero ) basado en un guión
de a pesar de sus tópicos inertes a este
tipo de relatos y con una narración poco sutil, más bien demasiado
sobreexpositiva o directa aunque sin llegar a ser maniquea ( del todo ) acaba
resultando un buen film, un relato enérgico, positivo y por momentos vitalista,
más por la labor de sus intérpretes ( muchos salidos de la televisión, aunque
con un papel especial para un mito moderno de Hollywood ) que por su puesta en
escena e ideas de guión.
La acción comienza de una manera directa, sin
preámbulos: Branch Rickey ( un
fantástico Harrison Ford, muy caracterizado y buscando un premio YA ), dueño de
los Dodgers y hombre religioso quiere integrar a un jugador negro ( los cuales
tienen su propia liga ) en su equipo y la serie mundial (formada por jugadores
blancos ) en los años 40 sin saber las razones para ello (luego más avanzada la
acción sabremos cual es el propósito de Rickey
en uno de los monólogos que tiene Ford para lucirse ) fijándose en James
Robinson ( un atrayente y cuasi
debutante Chadwick Boseman ) . A pesar de los ataques por parte de
compañeros ( dentro del mismo equipo ),
de la audiencia y de la sociedad en general, Robinson se esforzará por triunfar
gracias a sus méritos y conseguir el respeto de sus “ iguales “, siendo su
trabajo la metáfora de la lucha por los derechos sociales que explotaría años
después.
El film, muy bien ambientado y nada aburrido
a pesar de irse a los 130 minutos de duración, cuenta con excelentes
interpretaciones, como las de su protagonista
o en papeles más secundarios contamos con Christopher Meloni ( visto
hace poco en Man of steel ), Lucas Black,
T.R. Knight y James Pickens Jr. (
ambos salidos de Anatomía de Grey ),
pero quien se lleva la palma es Harrison Ford. La estrella de títulos
históricos como la saga de Indiana Jones o la Guerra de las galaxias ve como su
status actual es el de special Guest star buscando papeles secundarios donde
brillar y, quien sabe ganar un premio ( más por el conjunto de su carrera ).
Así aquí lo vemos como el anciano , muy
caracterizado con sus espesas cejas, barriga prominente y una voz muy ronca (
recomiendo ver, aunque siempre debería hacerse así, el film en V.O. ) con una
interpretación directa, sensata y rica en matices: destacar los momentos que
usa la Biblia como recurso para defenderse de las opiniones encontradas de sus
compañeros o la química con ( ojo al
momento en que le comenta: “ no busco a
alguien con agallas de pelear, sino a alguien las agallas de no hacerlo “ ).
Ford debe olvidarse de Indiana Jones o papeles protagonistas nada adecuados y
limitarse a apariciones secundarias cortas pero con un calado dramático y
presencial destacable como en esta cinta o su previsible labor en cintas como
el Juego de Ender o la futura Star Wars VII .
El desarrollo de la cinta es muy ameno debido
a que va directa al grano si bien esto también es su mayor problema pues la
presentación del problema racial es algo deficiente en cuanto se presenta de
una manera nada sutil, muy directa. Tiene el mismo problema que cintas como
criadas y señoras donde todo resulta claro pero expuesto de una manera
sencilla: así veremos como Robinson debe hacer frente a los insultos del
público o a los ataques directos y algo exagerados de personajes como el
manager Ben Chapman ( un breve pero genial Alan Tudyk: Firefly, Tucker &
Evil versus the dead ), la secuencia en la gasolinera o el peacher que lanza
directamente contra su rostro… Más elocuentes y expresivas son las escenas en
las que Robinson está solo en el túnel camino del campo que es a la vez su
sueño y su infierno ( como el momento en que explota tras los insultos de
Chapman ) o la escena al inicio donde en su peculiar manera de jugar roba bases
mientras todo el equipo rival lo persigue intentándolo eliminar en una
secuencia que demuestra la fortaleza de Robinson y como se gana su sitio sin
que nadie pueda echarlo de ahí.
La cinta de Helgeland, clásica en su
narración y puesta en escena, bebe mucho de Clint Eastwood ( para quien
Helgeland escribió el guión de la magnífica Mystic River ) y su Invictus, donde el clásico director usaba
un deporte ( el futbol ) para hablar sobre la figura de Mandela a pequeña
escala y el Apartheid a gran escala. Aquí tenemos un simpático y directo relato
sobre como luchando y esforzándose puedes hacer cambiar a la gente, en una
cinta que te limpia el alma, en sus buenas intenciones.
NOTA: A pesar de su éxito comercial y su buena acogida crítica en Estados Unidos, la cinta llega a nuestro país directamente en el servicio de Video Bajo Demanda o VOD.
No hay comentarios:
Publicar un comentario