Continuamos con nuestro repaso a las nuevas
series que se presentan estos días buscando los shows que consigan el aprobado
del público y la crítica de cara a la nueva jornada televisiva 2013-14 y lo
hacemos con una de las nuevas series de NBC, canal que cada año presenta
multitud de nuevos proyectos ( de ahí que, por estadística pura, alguno de
ellos acabe funcionando bien…) y que está especializada en procedimentales,
género en el que podemos encasillar este The Black List, serie que llama la
atención tanto por ser el retorno a la Tv de James Spader tras su afortunada
Boston Legal y por Joe Carnahan ( Narc, Ases calientes, El Equipo A, Infierno blanco ),
productor y director de este trepidante piloto y donde podemos ver su huella en
las escenas de acción y el tratamiento de su personaje protagonista.
El criminal más buscado del mundo Raymond 'Red' Reddington (James
Spader), denominado el " Conserje del Crimen" se entrega misteriosamente y se ofrece a delatar a todos los que alguna
vez han colaborado con él. Su única condición: sólo colaborará con un nuevo
agente del FBI (Megan Boone), con quien parece tener alguna conexión.
Si una cosa funciona y llama la atención el
público, pues cambiemos el envoltorio y mezclemos todo aquello que tiene éxito,
esa es la mentalidad de Hollywood y este piloto es una muestra de ello, pues la
trama que presenta es una mezcla de varias series de éxito: desde luego se
puede reconocer la impronta de Homeland con la presencia de un protagonista
carismático que logra la atención de la audiencia pero que a su vez es un
antagonista para el pueblo estadounidense, podemos ver a una protagonista
femenina que será pareja del protagonista a su pesar y que esconde problemas
familiares y personales, mujer que a su vez es una aguerrida agente de campo
inteligente como la protagonista de
Alias. no hace falta rizar el rizo pues uno de los actores de Homeland, Diego Klattenhoff ( Mike Faber, el amigo de Brody y amante de su mujer ) está
presente en este procedimental. Además el primer caso presenta una historia de
venganza que atañe a un terrorista, una bomba y la pérdida de unos niño, ¿ a
que os recuerda? La temática política
que envuelve a las agencias secretas está muy de moda tanto por el show
triunfal de Showtime como por Rubicón ( primera piedra para la existencia de
Homeland ) como la posterior The Americans ( la respuesta de FX a la trama de
Carrie y Brody ) y esta The Black List se quiere sumar a esa corriente, si bien
por el camino de ser un procedimental con un ritmo muy elevado y altas cuotas
de acción, unas set pieces muy rudas y secas que recuerdan y mucho a serie de JJ Abrams y Jonathan Nolan Person of Interest. Y no hace falta comparar la trama con el silencio de los corderos.....
Por suerte ésta no es la ocasión en que esa
mezcla es indigesta y mal removida sino que aquí tenemos un actor protagonista
que, en su vuelta a la televisión tras ciertos papeles en cine ( destacando su
labor secundaria, donde apenas se le reconocía por la caracterización en
Lincoln de Steven Spielberg ) consigue su propósito de conseguir la atención
del público con su misterioso , ver su
entrada en escena. Luego asistiremos al enésimo juego del gato y el ratón y ese
quid pro quo con esas charlas tras la cárcel de cristal ( el guiño ya es
demasiado evidente, y cansino ) y la descripción de este protagonista es algo
demasiado exagerada, pues parece ser él más inteligente y con más recursos que
todos los estamentos de seguridad nacional de estados Unidos. Spader está
pletórico tanto a nivel visual, su figura y su forma de vestir impone respeto y
a su vez ciertas líneas de diálogo muy bien escritas y ejecutadas con su
atrayente voz ( cada vez veo más porque Joss Whedoon le ha escogido para poner
voz a Ultrón en The Avengers : Age of Ultrón ). También ayuda la química con la
actriz Megan Boone, que está correcta superando por momentos todo lo “dramático” de su
personaje: como es una mujer fuerte y atada por su trabajo mientras intenta
formar una familia con su marido ( el cual esconde un secreto…) y como su
primer caso trata sobre la salvación de una niña pequeña cuando ella misma no
puede concebir y su nuevo puesto laboral le impide asistir a su reunión para
adoptar y el maniqueo recurso del símbolo de esa pulsera infantil….). Todo
problemas de guión, más que la labor de actores, en un escrito que quizás con
la idea de ser trepidante no se para en atar bien los cabos: vamos del punto A
al B y sin solución de continuidad ya estamos en el punto C y D, todo va
demasiado deprisa sin que el tempo narrativo esté controlado, a la vez que las
coincidencias no son bienvenidas : por ejemplo, como la sangre de la herida de
su marido es la llave para descubrir cierto misterio que esconde su pareja.
Muchas veces se confunde falta de información con misterio y es algo de lo que
acusa este guión: el protagonistas es más llamativo por la actuación de Spader
que por lo que se nos dice de él.
Carnahan, cineasta curtido con cintas
llamativas como o, ve el libreto que tiene ante sí y ve como la mejor manera de
atraer y a la vez evitar que veamos esos defectos narrativos es imprimiendo
velocidad a la acción, de ahí una
dirección directa y que te atrapa, con sucesiones de escenas que no te dan
tiempo a pararte a pensar en la trama, a la vez que acompaña a éstas con set
pieces de acción bien rodadas, una acción física acompañada de esa cámara al
hombro (el ataque en el puente ) que a muchos cabrea pero es la respuesta al
éxito de la saga Bourne, entre otras cintas. Desde luego se puede acusar al
show de incoherente o tramposo pero nunca de aburrido.
Un buen piloto con una pareja protagonista
carismática, sobretodo James Spader, en una trama que usa la política y el
miedo al ataque a tu propia casa ( hablando en general de USA ) como excusa
para un procedimental que puede resultar una experiencia muy entretenida,
veremos por donde tiran los guionistas entorno a los misterios presentados ( ¿
quien es en realidad el marido de , porque ese villano está obsesionado con ¿
habrá flashbacks que expliquen el origen de tal protagonista o dejarán el
misterio en las sombras ¿ ) y, a tenor de la respuesta del público ( los
procedimentales suelen funcionar )
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