Los guionistas de Homeland parece que han
decidido ir por el lado contrario y, después de la sorprendente primera
temporada que presentó a los personajes y una trama político-terrorista
salpicada de dramas personales ( en la cual se podía pensar que la historia no
daría para una serie extremadamente larga ) en su segunda temporada, para
sorpresa de muchos, comenzaron a quemar trama y cada episodio era la puesta en
escena de sub-historias que otras ficciones hubiesen utilizado para temporadas
completas. Consiguieron así una sesión trepidante si bien el factor sorpresa y
la atención de la crítica especializada ( esta segunda temporada no ha ganado
tantos premios como la primera, siendo derrocada en los Emmys por la primera
parte de la quinta temporada de Breaking Bad – si bien decir que la serie de
Vince Gilligan, justa vencedora, ha ganado por la gran mella que ha dejado su
temporada 5.2 o sexta, según como se quiera contar - ). Ahora en esta tercera
temporada han decidido empezar con una trama mucho más tranquila, poniendo
sobre la mesa las consecuencias del ataque a Langley, el peligro que corre la
CIA de desaparecer – está en un punto muy discutido, debido a su fracaso
entorno al caso Brody ( el cual sigue sin aparecer y de eso la serie se está
resintiendo, y mucho)– y lo que acontece a un nivel más íntimo con la familia
del militar rebelde – centrándose en su hija Dana, para bien o para mal; ya
sabemos la opinión general entorno a este personaje – y el ataque a Carrie, la
cual está sirviendo como escudo protector para Saul y sus compañeros en la
agencia de inteligencia.
Así que la mejor forma que tienen de exponer
el dolor, las posibles represalias y consecuencias de ese “ segundo 11-S “ como
se bautiza al terrible atentado que cerró la segunda temporada se refleja a un
nivel más general ( la CIA y sus tretas para evitar ser cerrada ) e íntimo ( la
rebeldía de Dana o el brote de Carrie provocado por Saul y los superiores de la
CIA, de manera directa, aunque las decisiones de la inestable agente tampoco
ayudan ). El sentimiento general es que, por un lado veo apuntes interesantes
en estos desvíos de la trama pero por otra parte se está reiterando en ciertos
aspectos reiterativos de la misma ( la enfermedad de Carrie, sin ir más lejos ).
La trama de Dana puede ser caldo de críticas hacia la importancia que se le
está dando, pero es un ejemplo del dolor y la fractura familiar provocada por
las mentiras de Brody; el despertar sexual de la joven y su relación con Leo
( Sam Underwood, de lo poco salvable de la octava y
última temporada de Dexter ) son sub-tramas poco interesantes si bien esto
desembocada en una escena dramática muy bien medida, e interpretada, como es el monólogo de Dana hacia su madre
donde explica las causas de su intento de suicidio.
Por el lado contrario ya dije que el uso de
la enfermedad de Carrie como escudo para proteger a la agencia de sus ataques
públicos y su descrédito de cara a la opinión pública me parece un recurso
sencillo, da pie a una consideración
mayor como es la del uso de información como el arma más peligrosa en la
sociedad actual: como Saul ( quien está teniendo una presencia mayor en el
show, después de su estupendo desarrollo en la segunda temporada y que da pie a
conjeturas varias, si bien lo veo como un ser capaz de romper sus promesas y
sus ideales con tal de proteger y hacer que la CIA siga existiendo, aunque eso
suponga atacar a su pupila, a su “hija” ) descredita a Carrie en la declaración
ante el comité que investiga el atentado a Langley y ese artículo periodístico
divulgado y como Carrie contraataca con la amenaza de divulgar secretos de la
agencia en una entrevista. También citar el aumento en importancia del
personaje de Peter Quinn, gracias sobretodo a al estupenda interpretación de
Rupert Friend, quien está tocado por su error en la misión en Caracas pero a la
vez repudia las acciones de su superior Saul: su mirada ( silenciosa ) en la
auditoria psicológica de Carrie o la entrevista con los abogados que movían el
dinero para el atentado en la sede de la CIA ( subtrama que permite la entrada
de Fara, interpretada con gran convicción por Nazanin Boniadi
y que da pie a una estupenda escena donde Saul le echa en cara que use
Burkad, y como ese objeto puede ser causa de dolor entre sus compañeros ) y su
cara a cara tanto con ese banquero como con Saul son dignas escenas de elogio.
En la puesta en escena destacar el uso de
lugares físicos como detonante o exposición del dolor y sufrimiento, como es
ese agujero donde antes estaba el edificio de Langley ( y que no se reconstruye
debido a un ¿castigo? hacia la CIA ) o el baño donde Dana intentó suicidarse y
que es donde la joven explota y le hace ver a su madre cual fue la verdadera
razón de su acto. Lugares que simbolizan un dolor igual o mayor que ese “fuck
you, Saul “ que cierra el capitulo.
LA PROMO: Episodio 3x03 The Tower of David
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