miércoles, 16 de octubre de 2013

(Sitges 2013 ) The Congress


La incómoda realidad

 





The Congress es la nueva maravilla del director de origen israelí Ari Folman, de nuevo enmarcado en el campo de la animación tras su curiosa  documental animado Vals con Bashir (2008 ) y que ahora nos trae una cinta de ciencia ficción mezclada con otras múltiples lecturas basadas en un relato de Stanislav Lem, Congreso de futurología ( 1 ) el autor de Solaris u otras obras maestras de la literatura sci-fi.



 

La cinta, mezcla 50% de imagen real y 50% de animación nos cuenta la historia de la actriz Robin Wrigth ( interpretándose a sí misma, en una sublime actuación ) la cual debido a su edad y a las malas decisiones escogidas en sus papeles no tiene trabajo. Tiene dos hijos, la rebelde Sarah y el tímido   ( Koddi Smit-McPhee, el protagonista de la carretera o el remake de Déjame entrar ) el cual tiene una enfermedad que lo está dejando ciego. Robin recibirá una oferta, con una duración de 20 años, del jefe de Miramount Studios,   ( Danny Huston ) de escanear su cuerpo y emociones para poder hacer actuaciones digitales, lo que supone su último trabajo, pues deberá abandonar la actuación. Pero también veremos, 20 años después, como la sociedad del futuro obtiene unas drogas que sustituyen a los problemas de la sociedad entrando en un mundo animado donde los problemas se olvidan a base de imaginaciones y visiones. Robin acabará atrapada en ese mundo pero luchará por volver a ver a su hijo.

 
 
 


The congress resulta un film armonioso, de ritmo algo lento ( y con una duración de dos horas, las cuales pesan algo sobre la narración ) pero decididamente emocional, con una mezcla de cine en imagen real y animación, que cohesionan y dan una forma atrayente al relato, el cual además supone una sorprendente mezcla de cine de ciencia ficción con un toque apocalíptico (hay una referencia a la crisis social y económica actual y sus posibles consecuencias en el futuro ), metalingüística en sus referencias cinematográficas ( el papel del actor/actriz en este mundo digital, la importancia del cine animado como cine adulto como creador de emociones, el rol de Robin Wright encarnándose a sí misma ) y por encima de todo un drama sobre el amor de una madre por su hijo.  Folman consigue un relato pausado, hipnótico ( su parte animada, con referencias a actores y pintores con cierto aire surrealista y entre multitud de detalles ) y humano, La primera parte supone una crítica sangrante a la industria de Hollywood actual, donde vemos como los actores pueden ser sustituidos por animaciones digitales ( en una parte argumental similar al film Simone de Andrew Niccol ) con ese demoniaco jefe de estudios encarnado por Danny Huston en un rol a su medida. Pero Folman, además de demostrar su pericia en la narración consigue unas actuaciones sobresalientes en todo su elenco : Robin Wright está inmensa en su rol triste, solitaria,melancólica, decidida a aguantar todo lo que le venga encima ( ojo a ese travelling inicial donde vemos su rostro roto en primer plano ), un recuperado Harvey Keitel nos demuestra lo buen actor que es ( el monólogo donde explica como empezó su carrera de actor, escena humana y a la vez muy triste, pues sirve para que Robin se descomponga en una multitud de emociones y pueda ser escaneada ) y tenemos a ese niño llamado Kodin Smith-McPhee un prodigio y a Paul  Giamatti en el rol del médico del niño. Folman demuestra ser un gran director de actores, sacando resultados asombrosos de su reparto.


 

Pero la parte animada no está a un nivel menor, pues después de ver como la sociedad futura usa una droga para evadirse a otro mundo ( otro comentario mordaz ), un mundo animado donde cada individuo pone en imágenes sus sentimientos, lleno de referencias al mundo del cine y del arte pictórico ( ese paseo por el centro de la ciudad ) y donde hay que destacar el personaje del técnico de la versión digital de Robin ( voz de John Hamm, Mad Men ), el cual ha sido el dueño de las emociones y los movimientos de la actriz, acabando enamorada de ella (esa escena de amor perturbadora y bella a la vez, con el fuego de unas explosiones de fondo ). Las dos partes argumentales se unirán en ese clímax donde la cinta llega a un final armonioso que cohesiona las dos partes del relato de manera magnífica y nos deja con una emoción sostenida (cogiendo como base el mismo clímax de Monstruos S.A. de Pete Docter, David Silverman y Lee Unkrich: ese plano final ).

 


Folman deviene virtuoso en su narración, dándonos un relato de múltiples lecturas, triste y pesimista pero con un punto emocional en la historia de esa madre y su hijo, el cual se está quedando sin vista y no podrá ver a su madre ( la cual es, intenta, ser actriz ) todo ello en un relato con toques agradecidos de ciencia ficción y donde la animación por momentos surrealistas, por momentos psicodélica acompañan al relato, con notas de humor ( el cameo animado de cierto protagonista de Top Gun )  y se fusionan con el mismo en un clímax maravilloso, todo ello acompañado por la majestuosa banda sonora de  Max Ritcher . Una pequeña joya.




( 1 ) Publicada en 1971, CONGRESO DE FUTUROLOGÍA pertenece al ciclo de relatos protagonizados por Ijon Tichy. En ella Stanislaw Lem hace un magistral retrato de la aspiración al bienestar del hombre contemporáneo a través de la ironía y el humor. Tras un período de hibernación, Tichy es reanimado en el año 2039 y encuentra un mundo en el que impera la paz y reina un bienestar general; en esa sociedad controlada por la “psiquímica”, se aprende y se ama por medio de productos químicos, los sentimientos son manipulados y toda espontaneidad ha dejado de existir. Bajo una apariencia exterior de abundancia y de confort, Tichy descubre, sin embargo, una realidad sobrecogedora que supera a la más fantástica alucinación.
 

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