miércoles, 18 de diciembre de 2013

(Crítica) ( Cine) Don Jon

Relaciones personales y contactos físicos en el siglo XXI

 

El individuo cada vez más parece depender de la tecnología: a pesar de suponer grandes logros tanto para la vida diaria como para el avance de la sociedad y la especie humana en general, estos hallazgos suponen contradicciones para el ser humano: no hay más que fijarse en la telefonía, internet y las redes sociales, elementos que nos mantienen conectados de manera “económica”, directa  e instantánea pero que, paradójicamente también nos privan del contacto humano. ¿ Quien no ha quedado con los amigos o la familia y, por momentos, parece que estemos más atentos al nuevo mensaje, foto o video que nos han enviado  a nuestros smartphones o tablets antes que por interesarse y practicar el noble arte de la conversación cara a cara ? Como se está eliminando el contacto, la interacción humana en pos de la perversión de las nuevas tecnologías y el contacto artificial, inexistente, vaporado.



 

Algo de esto podemos ver en el estimulante debut como director de Joseph Gordon-Levitt, Don Jon.  El joven actor, después de surgir en la popular sitcom cosas de marcianos ( 1996-2001 ) , ha sabido elegir bien sus papeles en cine y ahora ha saltado a la escritura y dirección con una nueva versión moderna del mito de Don Juan, si bien con ciertos apuntes sobre el amor, la comunicación entre personas y el sexo. Gordon Levitt se nutre de un estimulante reparto y una dirección entonada y nos proporciona un relato que también trata las adicciones, como esa terrible al sexo, donde recientemente hemos podido ver Shame de Steve McQueen y si bien hay algún apunte similar con la obra protagonizada por Michael Fassbender, podemos buscar ecos de cualquier film sobre las adicciones como días de vino y rosas ( 1962 )  de Blake Edwards  o el hombre del brazo de oro ( 1955 ) de Otto Preminger  . Gordon Levitt no busca crear un drama sobre los infiernos del sexo, si no más bien una suave mezcla con comedia, una dramedia como bien se ha creado en muchas series de televisión ( Weeds o con C mayúscula por ejemplo ).

 


Levitt interpreta a un joven de ascendencia italiana que dedica su vida al culto al cuerpo, las apariencias físicas y a poder triunfar con las mujeres noche tras noche tras las fiestas pero descubrimos que esos encuentros sexuales no lo satisfacen y encuentra la lujuria y el desenfreno en webs especializadas en contenido para adultos, los orgasmos que no se lo dan las mujeres se lo da el porno online. Pero será su encuentro con dos mujeres de diferente status, Una Scarlett Johansson en plan choni ultrasexual ( en uno de los mejores papeles de la voluptuosa actriz, junto a Her, donde pone la voz a un sistema operativo y ha sido propuesta para varias nominaciones a premios, incluido el Oscar ) y la madura Julianne Moore, una mujer curtida en la vida y herida en mil y una batallas, las que le harán cambiar sus hábitos.

 
 
 


Joseph Gordon-Levitt demuestra en su cuidada puesta en escena, la cual se nutre de una idea tan sencilla como resolutiva y eficaz, de buenas maneras e inteligencia en su trabajo: así el film, de unos escasos pero muy bien aprovechados 90 minutos, se basa en la repetición del día a día de su protagonista ( gimnasio solo – iglesia – comida familiar – discoteca – sexo con una mujer – masturbación con porno online - ) y como esas costumbres, las cuales retratan muy bien al personaje varían según la introducción en la historia de esas dos mujeres que tanto tendrán que ver en su vida. Lo que podía haber un relato “polémico” o cargado de manera gratuita de contenido sexual, su director lo salva de una manera muy correcta dándonos una historia con un personaje muy bien descrito y con una evolución muy interesante. Escenas como las confesiones al cura o las comidas en familia ( con especial mención a Tony Danza y Glenne Headly, que encarnan a sus padres  son dignas de mención, si bien también se puede criticar esa especie de happy end aunque nada gratuito ni definitivo. La buena dirección de actores y el montaje ayudan a dar un resultado satisfactorio, una de las pequeñas sorpresas de este (muy) irregular 2013 cinematográfico.

 


El joven Gordon-Levitt se destaca como un interesante guionista y director novel, a seguir: ahora está inmerso en una adaptación de esa obra maestra del cómic llamada The Sandman; ¿ lo bueno? que él está como productor ( y potencial protagonista e incluso director ) junto a su creador Neil Gaiman, lo malo es que David S. Goyer ( Blade III, Man of steel ) también está incluido en el proyecto.

 

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