“ Y el Todopodero se vengó de él y lo puso en
manos de una mujer”
La Venus de las pieles adapta la
controvertida obra del escritor austriaco Leopold von Sacher-Masoch
de 1870 donde a través de una historia de amor llevada a sus últimas
consecuencias (1) se puede decir que apareció por primera vez
el término SADOMASOQUISMO. Ahora Roman Polanski adapta el texto, de nuevo en
una nueva fusión de teatro y cine, como ya pasó con su anterior y cínica Un
dios salvaje, y nos da un vehículo perfecto para su pareja protagonista, Mathieu
Amalric y Emmanuelle Seigner ( esposa del propio Polanski).
A través de un diálogo constante que comienza
como una comedia de equívocos, la presentación del personaje de Vanda en sus
primeros 15 minutos es arrollador en este aspecto donde vemos como el
escritor cree estar ante la presencia de
otra aspirante a actriz sin talento alguno y como primero se fija en ella por
su atuendo ( Vanda va vestida con un conjunto muy ligero de ropa en plan sado )
pero después la función ( que es como mejor podemos describir a los 70 minutos
restantes ) se tornará en un tour de forcé de la actriz que demuestra conocer a
fondo la obra adaptada, se atreverá a realizar modificaciones que mejoran la
adaptación así como demostrará un intelecto superior ( e inesperado, al menos
por el autor ) y como a su vez lo psicoanalizará ( estupendo el momento en que
el autor se tumba en sofá como si fuera un diván mientras responde a las
preguntas de su improvisada “ psiquiatra”….) y definirá cuales son sus motivos
secretos para adaptar ese polémico escrito.
Polanski vuelve a adaptar una obra teatral en
una fusión de elementos afines tanto al propio teatro ( la posición de los
actores en la escena, que define su personalidad, o el juego metafórico con las
luces ) como al cine en una fusión interesante localizada en un solo espacio y
donde no se abandona ( excepto en ese travelling inicial y final, como si de un
viaje emocional sin retorno se tratara para el sufrido autor teatral ) y que
asemeja a su anterior un dios salvaje,
además del peculiar humor dado a la historia. A su vez se ayuda del uso de elementos
cinematográficos como el uso de la música de un juguetón Alexander Desplat ( la cual acentúa el tono sarcástico/ satírico de
la acción ) y elementos afines a ambos campos como son la dirección de actores,
con un (muy) comedido Almaric y una muy se(n)xual Seiger, en el que puede ser
su mejor papel o el uso de esa tormenta como metáfora de la tormenta emocional
que va a recibir el protagonista masculino ( el recurso es utilizado en dos
ocasiones concretas: la primera aparición de ella y el momento en que él
definitivamente cae en el poder de persuasión de la actriz y se intercambian
papeles ).
Porque esta Venus de las pieles es un retrato
muy feminista, en un sentido personal de la figura que tiene Polanski del ser
femenino como dominante del masculino, la cual no duda en usar sus armas para
conseguir sus objetivos y que emparenta esta cinta con lunas de hiel o la dama
y la doncella, si bien en este caso el personaje más “negativo” es el del autor
teatral del cual la protagonista mediante sus variadas armas ( tanto físicas
como intelectuales ) desmonta y demuestra como el objetivo de esa pretendida
adaptación de una obra cultural no es más que el recurso para poder sentir
sentimientos escondidos en la psique del hombre; como está atado a una relación
“normal” y/o clásica y parece que esa interpretación de la obra significa lo
que de verdad querría sentir ( y opina )
sobre el género femenino y su función última ( destacar la vestimenta que usa
Vanda para presentarse ) así como la búsqueda de nuevas experiencias y como,
poco a poco, él cae en sus redes y es capaz de incluso travestirse ( se
intercambian los papeles; él es el protagonista femenino de la obra y ella la
dominante ) sin que el film caiga en el ridículo. Es más, el tono adoptado por
Polanski, casi de farsa ( ese baile final, que también sirve como lectura
crítica hacia los autores que, con sus armas en forma de conocimientos culturales
creen estar por encima de los demás ) ligera, si bien esconde una lectura
feminista personal y con una presencia constante del elemento sexual, algo que
la emparenta con otras tres cintas feministas ( a su manera; aquí hay debate )
como son anticristo, Melancolía y el díptico Nymphomaniac de Lars Von Trier en
su llamada “ Trilogía de la depresión “. También podemos ver en el personaje de
Almaric un trasunto del propio Polanski y como él está hipnotizado por la
figura de la mujer ( su esposa ) si bien no quiero llevar a comentarios
negativos y/o enfermos sobre los gustos del director polaco-francés, y más
sabiendo su historia pasada….
(1) El protagonista, Severin von Kusiemski, cuenta la historia de su relación con Wanda von Dunajew, al narrador de la historia, después de que éste a su vez le contara su conversación en sueños con una Venus cubierta de pieles, posiblemente inspirada por el cuadro colgado en el despacho de Severin, que retrata a ésta Venus y su sirviente. Severin cuenta como se había enamorado de una mujer, Wanda von Dunajew, a la que extorsiona para conseguir que le trate como su esclavo, en formas cada vez más humillantes: “El dolor posee para mí un encanto raro, y que nada enciende más mi pasión que la tiranía, la crueldad y, sobre todo, la infidelidad de una mujer hermosa”. Wanda, enamorada, aunque reluctante acepta su petición: “Tengo miedo de no poderlo hacer; pero lo ensayaré por ti, bien mío, a quien amo como nunca amé a ninguno”. Severin describe sus sensaciones durante esta etapa como "suprasensuales". Llaman la atención los detalles fetichistas como la vestimenta de cuero o piel asociada a la dominación e incluso la firma de un contrato de sumisión. Por otro lado, Severin convence a Wanda para que le sea infiel, pues considera que no hay castigo mayor para un hombre que ese. La relación toca a su fin cuando en una de sus infidelidades Wanda encuentra un hombre por el cual le gustaría dejarse dominar. Wanda, dubitativa al principio, se va corrompiendo progresivamente por la sexualidad masoquista de Severin, hasta el punto de disfrutar con lo que anteriormente la turbaba: “Es usted un corruptor de mujeres, Severin”.
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ResponderEliminarDeben haberse dado cuénta de que el sitio es un teatro viejo sin marquesina de llamado a ninguna obra,edificio medio derruído cuyo letrero de TEATHER le falta una letra...no se sabe si murió de hambre amarrado o lo soltaron ,el viráge súbito de las personalidades invirtiéndose hace pensar que Maria Cecil la esposa que llama ,contrata a Vanda y es ella la que llama a ambos y le da el escrito ...venganza?
ResponderEliminarPor momentos parece por los indicios que sólo parte de la imaginación del director (protagonista ) ya que como menciona Gonzalo el teatro al comienzo aparece como una imagen enfática donde se visualiza que hay una presentación suspendida y los carteles del teatro en mal estado. Aparece luego una mujer misteriosa que a todas luces parece sacada de un grotesco y vulgar punto de ver el sadomasoquismo. Él al comienzo dice una frase a su novia por teléfono que él interpretaria mejor el.personaje de Wanda von dunajew que las actrices mediocres que audicionaron. La interpelación que le hace la.mujer de polanski sobre los temas tratados y su base social es un magnifico análisis y diálogo enriquecedor que sobrevuelan toda la trama
ResponderEliminarBuenas noches gente, espero se encuentren incandescentes y piroplasticos.
ResponderEliminarExiste una variacion transmutacional de esta historia, sepultada en los anales de la misma, por carecer de atencion popular. Anterior a don Sacher-Masoch . . . y relatada desde el lado frances de la europa imperial.
Aunque el juego estrategico del placer tambien prevalece, intacto y humedo, el rey de reyes vuelve a ser el Control . . . 1.800, un siglo de guerras precoces diluvia sobre el mundo, y alguien escribe "Agustina de Villeblanche o la estratagema del amor".
¿ El Control es Placer ? . . . no conviertas a la más libertina de las muchachas en la mas fiel y virtuosa de las esposas, segui jugando con el celular, aquel nectar sagrado oh salve venus ¡¡