( Series ) ( Crítica ) Hannibal – Temporada 2

Un bocado delicioso

 

ATENCIÓN: El siguiente artículo contiene SPOILERS, avisados estáis

Todo acabó como empezó, pues como recordareis en el 2x01 se iniciaba con la escena final de esta temporada, una sesión donde su creador y equipo de guionistas han ido a por todas, reinventando un personaje icónico de la literatura moderna como es el doctor Hannibal Lecter a la vez que se ha homenajeado a toda su saga literaria ( si bien el punto de partida de la serie son los personajes del primer libro de Thomas Harris donde aparecía el caníbal refinado, el dragón rojo )  y a la serie de films que han adaptado dicha saga. Con una profundidad y un acabado visual muy destacable a la vez que una atmósfera enfermiza y un contenido muy extremo para ser una serie de un canal en abierto, desde su inicio Hannibal ha ido a contracorriente luchando por la renovación debido a su baja audiencia, si bien factores como que esté producida por una productora extranjera ( la francesa Gaumont ) y el excelente recibimiento crítico han hecho que la serie sea renovada por una tercera temporada. No creo que se llegue a cumplir el plan de su creador Bryan Fuller ( que desea tener siete temporadas ), por ello en esta temporada han sido tan osados en su planteamiento dramático y últimas consecuencias, pensando que no habría un mañana. Ahora sí podemos decir que hay un punto y seguido, o más bien aparte, un nuevo inicio tras ver el final de la temporada.

 

Y es que ya fue llamativo los primeros episodios, con un intercambio de roles respecto a la iconografía de los personajes, con Will Graham encerrado acusado de ser un asesino en serie caníbal y el doctor Lecter como nuevo consultor del FBI y psiquiatra del propio Will. Así nos encontramos a Will dentro de esa cárcel sacada directamente de el silencio de los corderos de Jonathan Demme mientras lucha por su libertad y demostrar que todo es un plan maestro de una mente más brillante que nadie, un macabro plan donde el status quo está variado y nadie saldrá ileso del mismo. Una de las imágenes de esta temporada es ver al antes asesor del FBI Will con la máscara característica que vistiera el personaje encarnado por Anthony Hopkins en aquella sensacional adaptación de la segunda novela; y no será el único homenaje/cita a aquella novela y posterior adaptación pues se recupera al personaje de que tanto recuerda al oscarizado papel de Jodie Foster. Es más, esta temporada tendrán lugar citas a los principales momentos de la saga literaria, como la persecución del doctor Frederick Chilton ( si bien con un reverso en la manera ), un banquete a costa de cierto presunto asesino que recuerda a la cena de y con Ray Liotta en Hannibal ( Ridley Scott, 2009 ) así como la entrada en escena del clan con el pérfido Mason ( un enfermizo y soberbio Michael Pitt ) y su séquito de trabajadores italianos y la piara de cerdos asesinos o el asesinato con silla de ruedas quemada que recuerda a cierto momento de el dragón rojo. Hannibal es capaz de ser fiel a la mitología de su prosa pero a la vez nos da una nueva cara de sus personajes.

 

Porque la descripción de Hannibal es capaz de seguir el patrón establecido pero a la vez expandir el personaje, el cual además de ser tan inteligente que es capaz de manipular a todo aquel que entra en contacto con él, además de que en la interpretación del danés Madds Mikelsen además juega con el elemento físico, al atraer al sector femenino con sus armas de seducción ( como la doctora Alana Bloom , antiguo interés amoroso de Will Graham, cae en sus redes ), el juego de miradas y gestos e incluso su fuerza y destreza física ( su pelea en el episodio final ). El mismo buen doctor será incluso considerado como un DIOS, al ser capaz de decidir por las vidas de los principales personajes, como la esposa de Jack Crawford; juez y verdugo en la misma persona en ser superior al resto, incapaz de ser capturado ( si bien en ciertos momentos debemos seguir las leyes del show, hacer un “pequeño salto de fe”: la escena de la cena y la confiscación de pruebas )  Incluso aquel que intenta huir de él como su propia psiquiatra (excelente aportación de Gillian Anderson ) no puede hacerlo: ella es capaz de confesar que ve inocente a Will pero no puede dejar a Hannibal.  Pero Hannibal a pesar de su superioridad tendrá que salvar obstáculos, como ese celador del psiquiátrico que estará a punto de acabar con su vida por petición de Will ( “ tu mandaste alguien a acabar conmigo y yo hice lo mismo”; ¿una reformulación malsana del famoso QUID PRO QUO ? ) o Jack Crawford, que gana mucho protagonismo en esta segunda entrega de episodios, convirtiéndose en el principal enemigo de Hannibal Lecter, debido a su interferencia con la situación de su esposa así como la pérdida de un miembro de su equipo y el demonio que le persigue en forma de su antigua alumna/aprendiz Miriam Lass ( acaso igual que el binomio Abbigail y Will ). El buen hacer del actor Laurence Fishburne y su presencia física dan un combate singular y atractivo para con Lecter.

 

 

Pero el movimiento más osado y audaz de la serie es la reconversión del personaje de Will, principal antagonista de Lecter y que tras solucionarse su presunta culpabilidad por ser el destripador de Chescake Cheasapeake se acabará convirtiendo en confidente y compañero de fechorías del doctor Lecter, será reconvertido en ese ser oscuro y malvado que simboliza esa especie de humanoide con astas de ciervo ( en uno de los muchos elementos metafóricos de la serie: destacar la apariencia de Frredie Lounds como una especie de demonio en el 2x12: ¿ un comentario malicioso sobre el papel de ese falso periodismo de internet ? ), abrazará los actos violentos y la sensación tras provocar una muerte, como vemos en el 2x07 ( episodio firmado pro Vicenzo Natali y donde vemos como un ser nace literalmente desde las entrañas de un caballo, símbolo del propio nuevo nacimiento del nuevo Will )  incluso caerá en el ritual de la carne al probar uno de los suculentos platos firmados por Lecter a partir de una de sus victimas…. Si bien al final será capaz de abrir los ojos y ver como todo es una manipulación de Lecter para conseguir sus planes, sobretodo a partir de su interacción con esa enfermiza casta familiar liderada por Mason Verger ( ojo al aspecto visual y la forma de hablar del personaje entorno a la sobreactuada con contención interpretación de Michael Pitt, lo que hace que la serie gane mucho interés y ya deseamos recuperar el personaje en el futuro ), pero el destino final está firmado por Lecter y nadie puede salir indemne de su red de poder y persuasión, solo hay un camino final para la libertad.

 

Un entorno visual fascinante y malsano

 

Si en su propuesta argumental Hannibal ha sido arriesgada y valiente no puedo dejar de destacar su aspecto visual y técnico, donde nos encontramos ante una de las mejores series actuales a nivel visual y sobretodo su nivel de violencia, lo que hace que siga flipando ante como este canal en abierto, la NBC, es capaz de mostrar tales extremos de gore. Este aspecto  ha sido muy criticado pero en mi opinión la serie es realmente violenta pero a la vez es capaz de extraer belleza de esas escenas, por muy enfermizo que resulte esta definición: ver ese cadáver del cual nace un árbol o la disección en láminas de cierto personaje femenino. Incluso en ciertos momentos el show es capaz de ser repulsivamente gráfico y a la vez destacar su uso de la elipsis, algo muy palpable en la escena en el corral de Mason Verger y el posterior castigo que se auto-infringe Verger…..

 

 

 

 

 

Contando de nuevo con la dirección en ciertos episodios de nombres como David Slade ( quien definió el estilo visual del producto en el episodio piloto y que está demostrando sus mejores armas en la televisión ) y Michael Rymer, la serie ha tenido la buena idea de contratar al director canadiense Vicenzo Natali ( Cube, Cypher ) para dos episodios, el 2x08 ( donde se introduce el personaje de Jeremy Davies, el cual se está encasillando en personajes nerviosos y algo idos, como demuestra su labor en Perdidos y Justified ) y el 2x10.

 

El barroquismo visual, sobretodo en las escenas de recreación de los asesinatos unidos a la oscura fotografía y esa omnipresente y nerviosa música ( en uno de los mejores acompañamientos musicales de una serie actual: me recuerda a las declaraciones de Frank Darabont cuando le pidió a Bear McCready un acompañamiento sonoro más que una banda sonora al uso ) obra de y que parece una parábola sonora de los cuchillos que tan bien controla Lecter, hacen que ver Hannibal sea una experiencia por momentos avasalladora e hipnótica a pesar su alto nivel de violencia que puede echar hacia atrás a muchos.

 

Un futuro nuevo por delante

 

Así se nos ha quedado el cuerpo tras ver el season finale con ese ajuste de las tramas y un nuevo rumbo para el protagonista en una compañía para nada esperada y ahora habrá que ver hacia donde camina nuestro buen doctor y cuales serán sus nuevas aventuras tras estas dos temporadas tan homogéneas. Desde luego hay alguna trama que se ha quedado abierta deliberadamente si bien tengo mucha curiosidad por ver cuales son los planes de Bryan Fuller y sus guionistas así como ver si tendrá de nuevo el beneplácito de la cadena para ser renovada, o si bien la misma intensidad de esta temporada que por momentos parecía ser el final de la serie.

 

Después de un primer plato sabroso  y un segundo delicioso, veremos si la tercera temporada se convierte en un postre o más bien ( todos lo queremos ) un tentempié en un menú que ha sorprendido a propios y extraños.