Me tengo que tragar mis palabras, como en
tantas otras ocasiones; después de una vuelta deficiente debido a giros
dramáticos forzados y una narración desigual ( siempre bajo mi opinión ) este
segundo capítulo nos ha devuelto la mejor cara de este nuevo Sherlock Holmes,
con un episodio vibrante, sorpresivo y emocionante.
Y es que sus creadores han sabido coger los
elementos dramáticos, que a mi parecer fueron demasiado “forzados” ( o incluso
necesarios, en ese episodio ) del anterior capitulo y aprovecharlos para crear
un nuevo status y dar un empaque que aquí SÍ funciona, y de que manera: viendo
como nuestra pareja de detectives está destrozada y como afecta a cada uno, a
la vez que aparece un nuevo y pérfido personaje,Culverton Smith , encarnado con suma maestría y
mal rollo por el siempre excelente Toby Jones.
Así vemos como Watson va cambiando de
terapeutas intentando mitigar su dolor mientras Holmes se busca su propia
terapia…a base de drogas ( impagable el momento en que el yonqui con el que
comparte laboratorio huye de su casa: “ está más demente que yo, que ya es
decir “ ) con su sumerge en viajes
psicotrópicos intentando ahuyentar el dolor de las pérdidas provocadas por sus
acciones , mientras eso también afecta a la pérdida de sus “poderes”
deductivos, como es incapaz de entender lo que su mente procesa más rápido que
su razonamiento, mientras nadie ni siquiera el gobierno británico ( en la
figura de su hermano Mycroft, mucho más presente esta temporada como ya dije )
y lo drones que usan para vigilarlo, son incapaces de mantenerlo a la vista
siempre. Y en una visita ( ¿ real? ) con la joven deducirá que su padre el
millonario y filántropo es en verdad un asesino en serie, y como tres años
atrás dijo que “ mataría a laguién, pero no recuerdo el nombre: era una sola palabra
“, y como él se aprovecha de su status
social y sus contactos para pasar desapercibido.
Un cara a cara realmente adictivo y vibrante,
donde veremos con protagonistas heridos anímicamente y separados y con una gran
amenaza silente a sus espaldas, donde hay que pararse un momento en la
actuación de Toby Jones: con una risa exagerada y “jokeriana” ( ojo al detalle
de esos dientes sucios ) y esas maneras en su tono de voz ( desde la
conversación inicial con ese suero para olvidar o la visita al ala infantil de
ese – su- hospital o el clímax final), muy similar a la actuación de como Moriarty, aunque sin caer en esa (
necesaria ) sobreactuación, pasando de la amabilidad y educación a ser un ser
perverso y demoniaco en apenas unas líneas de diálogo y dando uno de los
mejores antagonistas de Sherlock, todo un reto a superar.
Pero además de tan importante y feliz
hallazgo en este villano tenemos un acabado visual y una narración prodigiosa y
atractiva, que bebe de la reciente y exitosa Doctor Strange ( protagonizada ¿
casualidad ? por el propio Benneditch Cumberbatch ): ver las escenas en el piso
con Holmes totalmente drogado caminando por las paredes, el aire onírico de
ciertos pasajes del relato e incluso una frase que casa muy bien con las
historias del señor de las Artes Místicas marvelita:
-
“ Las drogas han abierto puertas en mi mente hacia otro mundo”
El episodio se congratula con los fans de
esta reinvención/ modernización del mito literario; y si apuntaba que cambios
drásticos como en personajes de Mary Watson me chocan , aquí nos encontramos
con una sorpresa final que da un giro total y muy agraciado ( a ya un episodio
muy redondo de por sí ), como si nosotros los espectadores hubiésemos
compartido ese viaje alucinógeno con el protagonista y no hubiésemos visto la
verdad con la introducción de un personaje que promete una tuerca final
demoledora para un season ( ¿ series ? ) finale muy esperanzador. Que pase ya
esta semana, queremos estar al lado de esta necesaria pareja
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