lunes, 14 de noviembre de 2011

MIDNIGHT IN PARIS

Cualquier tiempo pasado fue mejor


Woody Allen sigue fiel a su cita anual, allá donde le produzcan; después de su cuarteto londinense, con la soberbia Match Point, la correctita Scoop y las simpáticas Cassandra’s Dream y nunca conocerás al hombre de tus sueños; su aventura barcelonesa (con parada en Oviedo) en la decepcionante Vicky Cristina Barcelona rodó en Francia Midnight in Paris. Actualmente rueda en Roma.

Proyecto muy publicitado debido a la presencia en el cast de Carla Bruni ( en un papel corto y correcto), se trata del mejor trabajo de Allen de los últimos años, junto con Match Point.
Después de un montaje de postales de París ( lo peor del film, aunque obligatorio, suponemos) nos cuenta las vivencias de Owen Wilson ( uno de los mejores alter ego que ha tenido Allen) quien está de viaje en París con su prometida ( Rachel McAdams) y sus suegros; allí se encontrará con unos amigos de su prometida ( un genial Michael Sheen, haciendo de pedante snob americano y su novia) con los cuales tendrán intercambios culturales.
Wilson es un guionista de éxito de Hollywood ( en films comerciales y vacios) el cual sueña con escribir una novela. Mientras prepara su futura boda ( razón por la cual sufre ataques de ansiedad, los cuales espera que se paren una vez pase la boda…) y su domicilio en Beverly Hills, él insiste en mudarse a París para vivir una vida bohemia, para disgusto de su novia y suegros.
Tras una noche donde Wilson cae borracho, será recogido por un taxi antiguo el cual le transporta al París de los años 20 donde entre bares, fiestas, alcohol y tabaco conocerá a Francis Scott Fitgeral y su mujer Zelda, Hemingway,Cole Porter,Pablo Picasso y su amante Adriana ( una dulce Marion Cotillard) de la cual Wilson caerá enamorado, Dalí (un desbocado Adrien Brody) y Luis Buñuel (protagonista de dos de las mejores secuencias del film : primero Wilson les intentará explicar a él, Dalí y otro surrealista sus viajes espacio-temporales y posteriormente le recomendará el argumento del futuro film el discreto encanto de la burguesía), etc

Allen a través de un realismo mágico en uno de sus films más bellos gracias a la fotografía de Darius Khondji y el acompañamiento musical de jazz de la época, nos habla de la idea de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Wilson no está contento con su situación personal actual y quiere vivir en el ambiente de los parisienses años 20 pero finalmente nos dará la clave del film: tras una pesadilla-chiste ( en la cual Wilson sufre un ataque de ansiedad pero como vive en el pasado no tiene pastilals pq no se han inventado aún…) llega a la conclusión de que cualquier pasado es mejor debido a que el presente es insatisfactorio, hay altibajos.
Con un excelente Owen Wilson como su alter ego y una galería de ilustres secundarios ( en escenas llenas de apuntes culturales, los cuales no son nada cargantes) Allen nos invita a la reflexión y a esbozar una sonrisa en cuanto a resoluciones amorosas (ese bello plano final)

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