lunes, 18 de junio de 2012

(Crítica) Promoción fantasma

Aquellos maravillosos 80





Comedia dirigida por Javier Ruiz Caldera tras su paródica Spanish movie ( 2009 ), donde nos cuenta la historia de Modesto ( Raúl Arévalo ), un profesor que tiene el poder de ver a los muertos, "poder" que le acarrera no pocos problemas laborales y personales. Recalará en el colegio Monforte donde hay cinco alumnos que fallecieron en el pasado y que serán ayudados por el profesor a conseguir sus objetivos para abandonar el colegio, evitando de paso que éste sea cerrado por presión de la consejeria de educación y las malas artes de Otegui ( Carlos Areces ).


La cinta, un mix de comedia de instituto generacional que bebe de títulos de John Hughes con una temática de ciencia ficción y terror barra el sexto sentido ( M. Night Shyamalan, 1999 ), que provoca no pocas sonrisas gracias sobretodo a sus actores, un excelente Raúl Arévalo ( uno de lo mejores actores del panorama español: ver su participación en Primos de Daniel Sánchez Arevalo ) y esa hornada salida de Muchachada Nui y que es ya imprescindible en cualquier título español: Carlos Areces ( quien vuelve a enseñar el culo: ¿ que sería de un título donde saliera el cómico sin estar éste desnudo, como bien ironizaba él ) y Joaquín Reyes ( en unas divertidas secuencias que comparte con Luis Varela, como dos psiquiatras, uno vivo y otro muerto , que intentan ayudar a Modesto ).

Somos fantamas, pero no gilipollas....

Los actores jóvenes están correctos, dentro del nivel generacional de este país: ¿ que esperas de una hornada de actores y actrices salidos de series como al salir de clase o física y química ? Lo importante para el director además de arrancarnos más de una sonrisa y hasta varias carcajadas ( las diferencias culturales, de vestir o la música que experimentan los fantasmas respecto a este siglo XXI; el personaje de Pinfloy, que falleció borracho y tiene resacas paranormlales.... o secuencias como la posesión de Manuela ( Silvia Abril ), la portera del colegio ) es realizar un relato generacional en la linea de tantos títulos de los años 80 por los cuales la cinta rinde homenaje y/o directamente amor.

Secuencias como el baile inicial, que se complementa con la secuencia final de otro baile de fin de curso, con esa fanfarria sonora compuesta por Javier Rodero y que puede despertar una sonrisa en boca del maestro John Williams; o las secuencias protagonizadas por los fantasmas, que pueden recordarnos a la comedia fantástica de los cazafantamas de Ivan Reitman... Todo un mix de homenajes, pero sincero y divertido a la vez y con un trio de protagonistas con buena química. Mucho es para tal como están los tiempos, poder pasar un rato agradable a la vez que nostálgico.

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