martes, 12 de febrero de 2013

(Crítica - Sitges 2012) Siete psicópatas


¿Parodiando? los géneros clásicos americanos con clase (e inteligencia)



(Productor): Oh, Escondido en Brujas parece dirigida y, sobretodo, escrita por Tarantino; ponte rápido y escribe un nuevo film que sea un thriller inteligente con un cast llamativo y diálogos chispeantes.

Martin McDonagh: Ok, pero con las ganancias de mis obras de teatro no me hace falta y soy bastante perro a la hora de ponerme a escribir; hablando de chuchos, ¿qué te parece la historia de un guionista de Hollywood que está en blanco y tiene como amigo a un secuestrador de perros de gente adinerada? *

Esta podría ser, de manera totalmente ficcional, la posible conversación que tuvo los productores de cara a conseguir un nuevo film del guionista y director Martin McDonagh tras su exitoso debut ( entre la crítica y los premios: nominación al Oscar al mejor guión original incluida ) con la simpática y muy recomendable Escondido en Brujas (2008). Y es que se ha hecho de rogar el nuevo film de su director tras su estimable debut.

Por ello, y rodeándose de un cast de lujo, donde repite Colin Farrell (en una sobria interpretación) tras su divertido rol protagonista en el primer film de McDonaugh. En esta ocasión está rodeado de Sam Rockwell ( muy enérgico, aunque sin llegar a la sobreactuación ), Christopher Walken, Woody Harrelson, Viola Davis, Tom Waits, Abbie Cornish, Olga Kurylenko, Zeljko Ivanek y Harry Dean Staton. Un reparto fabuloso para un thriller curioso en su punto de partida pero con un poso cinematográfico elevado detrás. McDonagh, ante la incertidumbre sobre qué escribir, nos presenta un relato que, bajo la apariencia de un thriller post-moderno ( a la medida de Guy Ritchie, aunque mejor escrito ) tenemos una cinta metanarrativa donde se invocan a varios géneros clásicos del cine norteamericano clásico como son el cine de gangsters, thrillers con psicópatas o el western en un mix metaliguístico como si Tarantino y Charlie Kaufman se unieran en un futuro proyecto.



Y es que no es muy difícil ver en Martin ( Farrell; mirar como comparten nombre propio, así como el propio director ha confesado que ha añadido claves autobiográficas ) a un alter ego del propio director y guionista, donde éste no sabe sobre que escribir y va recalando escenas inconexas con la excusa de un relato protagonizado por siete psicópatas diferentes donde se homenajea como parodia esos géneros cinematográficos comentados. Y como esos relatos, que son ficción ( ¿ o no? ) pasan a crear otra obra de ficción ( el nuevo guión ). O yendo más lejos como en su clímax final el antagonista de la historia ( algo no muy difícil de saber quien es ) relata como será el cierre del guión, es decir, describe el tiroteo que clausura tanto la historia del guión como de la propia película en sí ( en un duelo al más puro estilo del western ). Así la cinta pasa de ser un divertimento muy bien escrito y entretenido a ser un film complejo con varias referencias dentro de su estructura de guión, como una ninoska o muñeca rusa.


Cada relato concerniente a un psicópata es una historia dentro de la historia aunque a veces esas ficcionales tramas son en verdad hechos que afectan a personajes del propio film ( como la identidad de Walken, otra sorpresa no muy sorprendente para quien esté atento ). Así tenemos la historia del cuáquero o la de un sorprendente Tom Waits, uno de los hallazgos visuales de la cinta, conejo en mano y a la caza de otros asesinos en serie, como ( el real ) Zodiac, perosnaje retratao en ese excitante thriller seventies, Zodicac, obra maestra absoluta y repudiada de David Fincher. En el mismo prólogo, donde asistimos a una conversación casual entre dos asesinos de la mafia ( en un homenaje/ parodia del popular show de HBO Boardwalk Empire: los protagonistas de la escena son dos fijos de la serie, los actores Michael Pitt y Michael Sthulbarg ) sobre asesinatos cinematográficos con herida en los ojos y son muertos por el psicópata del Joker, en la escena más tarantiniana del relato.


La cinta cuenta con una gran narración apoyada en unos fabulosos actores, desde Colin Farrell que se siente muy bien en su papel ( recordándome a su labor en Cassandra’s Dream de Woody Allen o la propia Escondido en Brujas ) hasta un efervescente Sam Rockwell y unos secundarios de lujo que aportan calidad como son Woody Harrelson y sobretodo Christopher Walken, protagonista de una tierna e inesperada historia de amor, relato que se apoya en otra suculenta y curioso relato amoroso en manos de ese dueto formado por un impagable Tom Waits, todo presencia.. Además de estar muy bien escrito, sus propias referencias a sí misma como a otros géneros le dan un plus añadido, si bien como inconveniente podría citar un metraje algo alargado sobretodo en su parte final donde las cartas han sido puestas sobre la mesa y las (escasas) sorpresas ya descubiertas.


Aún así asistimos a un festival para el cinéfilo, un relato más complejo de lo que parece y donde los amantes tanto del thriller post-moderno como de las complejas estructuras de guión urdidas por genios como Charlie Kaufman ( por eso su cita a él no es baladí, podemos fijarnos en el debut como director del guionista en la fallida y pesada, además de inédita en España, Synecdoche New York, como ejemplo para este guión ) disfrutarán de lo lindo.

*Imágenes de actualidad nº 332 mes de febrero de 2013, pág. 82-83

2 comentarios:

  1. ¿"Synecdoche, New York" fallida y pesada? Difiero visceralmente, tiene una estructura perfecta donde Kaufman vomita todo lo que tiene dentro, su obsesión por la obra redonda. Lo que pasa que como director no se acerca a la brillantez visual de Spike Jonze o Michel Gondry.

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