José Sancho ha fallecido hoy domingo, víctima de un cáncer, en Valencia, en la Fundación Instituto Valenciano de Oncología, a sus 68 años, tras una dilatada carrera cinematográfica, televisiva y teatral.
Pepe Sancho, nacido en Manises (Valencia) en 1944, debutó en el cine con El hombre de la diligencia (1964), iniciando así una longeva carrera que le ha hecho valedor de un merecido reconocimiento. Participó en algunas importantes películas españolas, como ¡Ay, Carmela! (1990), Libertarias (1996), Carne Trémula (1997), de Pedro Almódovar, por la que ganó el Goya al mejor actor de reparto, o Los lobos de Washington (1999). Cierto es que también participó en una de las infames producciones de la Fantastic Factory -Arachnid (2001)- o en esa obra de culto (si alguien la encuentra, por favor, que la comparta con el mundo) llamada Kibris: La ley del equilibrio (2005).
Fue en el teatro, su mayor pasión -¡participó en más de 100 obras!-, donde Sancho dedicó sus últimos esfuerzos. El diciembre del pasado año dirigió y protagonizó la obra Los cuernos de Don Friolera, de Valle-Inclán, y tuvo que abandonar los ensayos de La amante inglesa poco antes de su estreno, este pasado mes de febrero, debido a una paresia aguda de una cuerda vocal, lo que le provocó una afonía que le apartó del escenario.
Pero su gran reconocimiento mediático se produjo gracias a la televisión, donde participó en innumerables obras ya clásicas en la historia de la pequeña pantalla española, como Teatro de siempre, Ficciones, el mítico Estudio 1 (siempre ligado al teatro) o, cómo no, Curro Jiménez, donde dio el salto definitivo a la fama gracias al personaje de "el estudiante". En los últimos años su nombre apareció en algunas de las series con mayor seguimiento mediático: Cuéntame cómo pasó, Hispania, la leyenda e Imperium, y la miniserie Un burka por amor. Pero sobre todo, por encima de otros trabajos más populares, debe ser recordado por Crematorio, escrita y dirigida por Jorge Sánchez-Cabezudo, la brillante serie de Canal+ basada en el libro de Rafael Chirbes sobre la especulación inmobiliaria en España. Un libro, y serie -con nivel HBO, sin exagerar- que ya anticipaban, quedándose incluso cortos, el nivel de corrupción y depravación alcanzado por aquellos que más tienen y más quieren, y que últimamente parecen salir hasta de debajo de las piedras en nuestro país. Pepe Sancho encarnó a Rubén Bertomeu, un constructor que, huyendo de sus orígenes agrícolas, creó un imperio de la nada, con métodos no siempre legales y colaborando con personajes nada recomendables. Una joya de la televisión española, repleta de personajes complejos, magníficamente escritos e interpretados, donde Pepe Sancho alcanza los mejores momentos de su carrera televisiva y cinematográfica.
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