(Crítica) Hannibal 1x05 Coquilles

En busca de lazos familiares

 ATENCIÓN: El siguiente artículo contiene SPOILERS, avisados estáis

 

Después de saltar un episodio en su emisión en Estados Unidos ( aunque éste se ha podido ver en otros países o en la web de NBC América ) a mi entender de manera errónea, pues cada capítulo sirve para profundizar en los personajes principales, incluso en este quinto episodio hay un referencia directa al anterior ( la conversación en el granero entre Crawdford y Will ) incluso podríamos decir que es una continuación directa de aquel, donde nos proponía un discurso sobre las familias de los protagonistas y aquí vemos como esos lazos familiares formado entre ellos tienen consecuencias en sus relaciones.

 

A la vez se profundiza en la relación entre Crawford y su esposa, la cual está muy agrietada como pudimos ver en aquella dura escena del cuarto capítulo. Los secretos que hay en dicho matrimonio, y como Lecter se inmiscuye en ellos a la vez que provoca una discusión entre un cada vez más desorientado Will ( ahora padece de insomnio ), con un provocativo caso de un asesino que mata a criminales para purgarlos y convertirlos en ánegeles ( literalmente ), en una curiosa variante del castigador o vigilante, en versión original ( que suena muy bien ).

 

 

Y es que, episodio tras episodio, la estructura narrativa del guión se ve muy trabajada, pues los casos del asesino en serie de turno tienen motivaciones o elementos que atañen a los protagonistas: la soledad, la ruptura del núcleo familiar o la búsqueda del mismo, el cáncer en este episodio.

 

Además el caso de la semana, con ese extraño individuo que padece de un tumor cerebral y como éste le provoca visiones donde ve a criminales como si de trasuntos del Motorisma Fantasma fueran ( sic ) y como purga sus pecados transformándolos en algo así como ángeles, sirve como guiño visual a una de las escenas más míticas de el silencio de los corderos (Jonathan Demme, 1991 ), la huida de Hannibal Lecter. Como ya comenté la unión entre escenas oníricas y realistas casan perfectamente, siendo uno de los símbolos de identidad del show, el cual es fiel a sus bases pero a la vez innovador y arriesgado.

 

Pero también tiene la serie tiempo para desarrollar a sus personajes secundarios: desde esos impagables criminólogos y sus conversaciones pasando por Jack Crawford y su señora, interpretados por un recuperado Laurence Fishburne  ( quien ha tenido una carrera cinematográfica bastante anodina los últimos años: su papel en Predators sin ir más lejos es horrible ) y Gina Torres. Así presenciamos una crisis en un matrimonio roto y dolorido, donde ambos actores están fantásticos y el show se sirve de este drama: ver como el sagaz doctor Lecter aprovechará dichos problemas para provocar una discusión entre Crawford y Graham, a la vez que conocemos otra habilidad de Lecter como es su delicado y fino olfato.

 

También destacaré el episodio porque supone el debut como director del prestigio Guillermo Navarro, director de fotografía habitual de cineastas como Guillermo del Toro ( sin ir más lejos, ganó un Oscar por su maravilloso trabajo en el Laberinto del Fauno en 2006 ) y que se muestra seguro en la dirección, con una buena combinación entre el drama humano del matrimonio Crawford y el aspecto truculento de ese justiciero enfermo. La serie está resultando ser todo un acierto en su elección de directores, desde el artesano Peter Medak pasando por un “recuperado” David Slade quien tenía en su haber un par de cintas de género bien recibidas pero que se vendió a la saga Crepúsculo y ahora, después de su labor en la serie de NBC, tiene nuevas ofertas para volver al cine.