El nuevo procedimental de NBC continúa su
andadura potenciando sus logros y a la vez con ciertos defectos, podemos
observar cual será el esquema de la serie también. Por un lado tendremos la
persecución del criminal/terrorista de turno mientras que por otro se irá
desarrollando la relación entre Remington y la joven agente del FBI.
En este segundo episodio vemos como el
criminal Raymond Reddington ( el cual tiene una nueva prisión: ¡un barco! ) consigue finalmente su pacto después de
vaticinar un accidente de tren que es
obra de un terrorista que enmascara asesinatos bajo accidentes de diversa
índole, el “Freelancer“ ( los guionistas ya podrían haber buscado un nombre más
potente…) el cual ha sido contratado por el líder de un grupo de tráfico de
mujeres para acabar con la vida de Fiorona Campo ( Isabella Rosselini, la cual
está muy envejecida ), una activista pro derechos humanos. Así Remington entra
en el tablero de juego aportando su propio equipo ( el silencioso Deme y la
economista ) a los cuales se une la agente de la CIA Margot Malik , aportada por la jefa del FBI. Por otro lado veremos a indagando en la
fascinación de Remington por Elizabeth mientras intenta saber si su marido le oculta
secretos o todo es una treta del terrorista.
The Blacklist se presenta como una serie
decidida a potenciar sus armas, contando con un ritmo endiablado en su
narración y con el carisma insuperable de James Spader, bien apoyado por la
actriz Megan Boot, quien sale airosa de este cara a cara que tanto y tanto bebe
de el silencio de los corderos ( Jonathan Demme, 1991 ). No se puede acusar a
la propuesta de ser aburrida, más al contrario, así asistimos a un relato que
como ya comenté en la review del piloto bebe de muchas otras series, pero lo
hace con ganas de hacer disfrutar al espectador. M eresulta también llamativo
la formación de ese operativo que lidera Reddington, formado por el “obligado”
componente multirracial. Por el lado negativo citar esos horribles CGi que
apoyan la acción ( el helicóptero del inicio o el accidente de tren ), si no
tienes dinero no lo muestres ; o el síndrome de cámara al hombro que acompaña a
las escenas de acción ( en este caso una persecución a pie, la cual es algo
inverosímil pues se sitúa en un edificio controlado y vigilado por varias
agencias del orden y el villano escapa tranquilamente y solo perseguido por un
hombre …. ) la cual es muy mareante y no ayuda nada a la escena.
De momento no parece que haya una trama sobrepuesta
más allá del misterio entorno a la joven agente del FBI y los secretos que
esconde, de los cuales en este segundo episodio
se sigue citando pero no se comunica nada nuevo; es más, la trama que se
desarrolla sirve para demostrar como la mentira es una parte importante de la
historia: mentiras que cuenta Remington, quien ha estado oculto de la sociedad
y oculta sus cartas; mentiras entorno a la vida de la agente ( que cada vez más me recuerda a la
protagonista de Alias y sus problemas familiares ), como su novio o su
infancia; incluso mentiras entorno al personaje de Fiorona Santo, en lo que
muchos pueden acusar al guión de ser tramposo en este sentido, si bien el
escrito se hace uso de la suspensión de la incredulidad para conseguir que la
trama sea directa y trepidante. El aspecto sobre la identidad del líder del
grupo que trata con personas nos da una versión negativa del ser humano, en un
apunte mordaz si bien la historia solo quiere ser un thriller de acción ansioso
y entretenido y sin entrar en política pero ¿ qué opináis de la asociación de
los Estados Unidos con un peligroso terrorista para conseguir objetivos
comunes? Algo que el gobierno norteamericano nunca ha hecho….
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