El divertido mundo de la publicidad
Dentro del marco de las nuevas series CBS
presenta una nueva comedia que supone el nuevo proyecto de David E. kelley (
Ally McBeal, el abogado ) y donde se intenta crear una sitcom sin risas
enlatadas ( menos mal ) uniendo a dos generaciones de actores bien diferentes
como son el cómico Robin Williams ( en su vuelta a la televisión tras ) y Sarah
Michelle Gellar ( carne de fans tras Buffy y últimamente fracasando con The
ringer ). Así la oposición entre la comicidad extrema y cuasi estresante (
parece que le han dejado via libre a Williams ) choca con la “seriedad” ( o
falta de talento: tache lo que proceda ) de la popular Buffy parece ser la
jugada maestra de Kelley.
Algo pasa cuando la promo es más divertida que el piloto....
La trama se centra en una empresa de publicidad de Chicago llamada Lewis
Roberts & Roberts, dirigida por Simon Roberts (Robin Williams; Flubber,
Jumanji). Simon tiene un carácter entrañable y encantador, lo que hace que
consiga contratos con facilidad. Pero para equilibrar la balanza está su hija
Sydney (Sarah Michelle Gellar; Buffy, The Vampire Slayer), que es una joven
estirada dispuesta a mostrar la parte seria de la empresa. El problema empieza
cuando su mayor cliente tiene pensado despedirles, por lo que tienen que buscar
la manera de aferrarlos a la empresa.
Evidentemente, lo conseguirán y es gracias al alocado carácter de uno y a
la seriedad del otro. Padre e hija no trabajarán solos, tendrán la ayuda de
James Wolk (Mad Men) y Hamish Linklater (The Newsroom) que darán vida a unos
publicistas que trabajan para Simon. James será Zach, un joven bastante promiscuo,
y Hamish será Andrew, un joven muy serio que parece sobrar bastante en la
trama. Por último, el grupo se cierra con Amanda Setton (Gossip Girl) que
interpretará el papel de Lauren, asistente de Simon.
La serie es algo así como un Mad Men cómico (
mirar la reunión con los ejecutivos de MacDonlads que, salvando las distancias,
me ha recordado a esos discursos apasionados y humanos de Don Draper en la
serie de AMC ) , viviendo el día a día de una empresa de publicidad moderna
dirigida por quien parece un niño embutido en el cuerpo de un joven, casi como
en Big ( Nora Ephron, 1988 ), y para lo que las muecas y la energía de Robin
Williams casan a la perfección. El simpático jefe chocará con su seria hija
mientras cuenta con la ayuda de James Wolk ( la revelación de la sexta temporada de Mad
Men y lo mejor del piloto, gracias a su química con Williams y sus momentos
musicales; sin ir más lejos, tenemos unas tomas falsas durante los créditos finales con esos momentos ). El piloto busca el éxito rápido
y la risa fácil, de manera equivocada al menos en este primer episodio, e
intentando contentar a todo tipo de público, desde el más veterano gracias a la
presencia del popular cómico hasta el más juvenil con ese uso continuo de
canciones pop o el cameo de turno ( en este caso, la cantante Kelly Clarkson )
y si bien introduce a los personajes y vivimos una primera situación de choque,
apenas obtenemos nada más. Me ha gustado la química entre Robin Williams,Amanda Setton y James Wolk mientras que Sarah Michelle Gellar me sigue chirriando, la introducción de canciones pop que ilustren
esos travellings aéreos de la ciudad me sobran y el tono paterno-filial de la
serie tampoco me apasiona, si bien es algo habitual de las nuevas series USA (
sin ir más lejos, mirad The Michael J. Fox Show ).
Y hablemos de Robin Williams, principal
reclamo de la serie: ¿ donde empieza el personaje y acaba el cómico? Gracias a
la energía y entusiasmo de su humor, se come al resto de actores y por momentos
la serie parece un ONE MAN SHOW, por lo que no sabemos hasta que punto dicho
personaje cogerá entidad o será devorado por la comicidad y ¿sobreactuación? de
Williams. Su labor es a la vez lo mejor y lo peor según te guste su tipo de
humor o no.
Habrá que ver como evoluciona la serie, para
quedarse con ella o no; de momento como piloto ha buscado el camino fácil y con
el piloto puesto si bien por suerte tenemos a un cómico capaz de arrancarte una
sonrisa y al instante partirse de risa; puede que la serie no te guste pero
Williams es una jugada maestra si se le da espacio.
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