jueves, 30 de octubre de 2014

[ Cine ] ( Crítica ) Serena

Mal de amores entre los árboles




Un film de época que adapta la novela homónima de Ron Rash  donde se cuenta una gran historia de amor y poder con dos de las estrellas más ascendentes de los últimos años como son Jennifer Lawrence ( quizás la actriz con más carisma de la actualidad : saga los juegos del hambre, winter’s bone, el lado bueno de las cosas ) y Bradley Cooper ( la citada el lado bueno de las cosas, los guardianes de la galaxia, su próximo film con Clint Eastwood de director : el francotirador ) que ya habían trabajado juntos anteriormente con mucho éxito y a las órdenes de una directora europea, Susanne Bier,  con unos trabajos harto destacables como Hermanos ( 2004), after the wedding ( 2006 ) o la oscarizada in a better world ( 2010 ) ; toda esta unión de talentos debería dar una película muy destacable y a tener en cuenta, pero todo lo contrario: Serena resulta ser una historia previsible, aburrida y muy mal llevada tanto por sus actores como por su guionista y la propia dirección, plana y vacía.


Nos situamos en el año 1929, en las colinas de California, donde el magnate George Pemberton  ( Bradley Cooper ) está haciéndose de oro gracias a la tala de árboles, si bien cuenta con la oposición de una parte de la sociedad personificada en el personaje del sheriff  McDowell ( Toby Jones ) los cuales quieren construir un parque natural. El personaje también sueña con poder viajar a Brasil donde tiene compradas grandes extensiones de tierra y cazar a una pantera ( ¡! ) como finalidad en su vida. Pero todo dará un vuelco cuando conozca a Serena ( Jennifer Lawrence ), una chica sin familia que conoce la vida de los aserraderos y parece actuar como un hombre con su actitud dura y poderosa. Ciertos giros dramáticos unidos a la lucha por mantener el negocio harán que las hermosas colinas sean testigo de la perdición de sus intrusos.




Toda esta unión de factores en su parte artística debería proporcionar una cinta dramática y poderosa pero este film aún no se ha estrenado en Estados Unidos, a pesar de la notoriedad de sus protagonistas, y nos llega con varios años de retraso a nuestro país y tras el visionado se entiende: estamos ante una historia mil veces vista, mal construida donde sus actores nos ofrecen sus peores trabajos hasta la fecha, incluso se desaprovecha a secundarios que siempre responden bien como son Toby Jones, Sean Harris o Rhyan Ifans ( quizás lo más destacable del reparto ) y donde su directora no sabe como dar interés a este previsible drama con una dirección plana y sin fuerza.



Un relato de poder, ambición y mal de amores que construye personajes antagónicos con los que no se puede congeniar pero tampoco entender: Bradley Cooper poco puede hacer con su personaje de magnate ambicioso que lo perderá todo por amor pero el caso de Jennifer Lawrence es incomprensiblemente desestabilizador con una interpretación horrible donde no sabe dar entidad a su personaje y en sus momentos más dramáticos cae en una sobreactuación que ahuyenta al espectador. Además la construcción dramática de los protagonistas no tiene lógica interna: el personaje de  sueña con poder vivir y trabajar en un hábitat natural virgen pero su negocio es el de destruir dicha naturaleza mientras que el de la presuntamente dolorosa y afligida Serena decidió no querer a nadie debido a su trágico accidente pasado pero acaba perdiendo la cabeza porque no podrá tener hijos ( sic ); no solo es que los actores sepan que hacer con estos papeles, tan mal escritos y desarrollados. Sumar la pérdida de química entre los propios actores, que tan bien funcionaron en el lado bueno de las cosas ( David O. Rusell, 2013 ) y el resultado es negativo.



El trabajo de Susanne Bier tras las cámaras no ayuda pues no sabe sobrepasar la historia tan floja a la cual en ningún momento le sabe imprimir fuerza más allá de ciertos planos aéreos para demostrar la belleza del entorno donde se sitúa la acción; incluso momentos más aparentemente resaltables como lo que atañe al personaje de Ifans y su profecía o ese final con presuntos aires místicos que debería dar un final mítico al protagonista se desaprovechan. No sabe construir bien las escenas de tensión . A eso hay que sumar la pésima labor de dirección de actores y la banda sonora de , que empieza siendo melódica para acabar siendo casi tan tediosa y pesada como la propia historia. Desde luego la cinta está muy por debajo de los trabajos anteriores de la directora de origen danés y demuestra como una vez más un interesante director foráneo pierde su punto de vista y calidad en su marcha a trabajos norteamericanos ( no es la regla usual, pero se suele cumplir este hecho)


Serena se queda en un quiero y no puedo, una unión de talentos desaprovechados en una historia totalmente previsible y por ello aburrida, un paso atrás de sus actores y una cinta para (no ) ver y olvidar.


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