Ese purgatorio llamado Hollywood
La meca del cine puede ser un mundo creador
de sueños y bellas imágenes, pero también de ahí pueden surgir las peores
pesadillas, el lado oscuro de las personas sale a la luz llegando a vivir
relatos sórdidos y criminales, algo que se ha visto en muchas películas: desde
la locura de en el crepúsculo de los dioses ( Billy Wilder, 1950 ) a los
tejemanejes de el juego de Hollywood ( Robert Altman, 1992 ) o esa entrada (
literal ) en el infierno personal que fue Mulholland Drive, bajo la personal
mirada de David Lynch. Ahora tenemos otra oscura y extraña mirada sobre lo que
supone vivir en ese falso mundo de glamour y el estrellato como camino a la
perdición ilustrada por otro personal director como es el canadiense David
Cronenberg.
Una antigua actriz de renombre, Havana Segrand ( Julianne Moore ) venida a menos y que además va a encarnar un papel en una nueva versión de una famosa película protagonizada por su propia madre; un chófer de limusinas con ansias de ser escritor y/o actor ( Robert Pattison ); una joven Agatha ( Mia Wasikoska ) que vuelve a la ciudad y que esconde sus pecados en forma de quemaduras corporales bajo las ropas que tapan su cuerpo y que será la amante del chófer y la asistente personal / esclava de la actriz; un terapeuta de estrellas ( John Cusack ) casado con Christina ( Olivia Williams ) y que tienen como hijo a una estrella del cine con los mismo modales y costumbres que Charlie Sheen ( Evan Bird , uno de los niños de la serie The Killing, versión USA ), los cuales además son familia de la asistente y Carrie Fisher interpretándose a sí misma, esta es la peculiar fauna que protagoniza este ( tortuoso ) “ Camino a las estrellas”, en irónico uso del título.
Cronenberg continua con sus relatos
“realistas” después de haber creado un universo tan personal como enfermizo y
malsano en sus anteriores películas y después de las soberbias una historia de
violencia, promesas del este y un método
y la correcta adaptación de Cosmópolis (de la cual hay una cita irónica
directa: Robert Pattison, el protagonista de aquella, aquí es un triste
conductor de limusina ) nos trae su visión de lo que supone Hollywood y su cara
oculta, según el guión de , con unos argumentos que suenan más a ser el punto
de vista del guionista que no del director, si bien el maestro canadiense se
guarda un par de escenas marca de la casa. Un relato lleno de momentos
excesivos y enfermizos, si bien el punto de vista lo veo demasiado inconexo a pesar
de la dureza de ciertas escenas, no veo una unidad homogénea: a ratos es un
tenebroso relato sobre un mundo lleno de fantasmas, donde los personajes ven
muertos como el niño de el sexto sentido, otros un relato sobre la disfunción y
rotura del núcleo familiar, la soledad en un mundo lleno de fama, incluso hay
ciertos momentos que hacen que el drama extremo caiga en el humor involuntario
( el final de la familia , por ejemplo ),
aunque hay momentos de puro humor negro ( la visita al hospital del inicio ).
Aún así, tratándose de la cinta más floja de Cronenberg ( quizás un peldaño por
encima de Cosmópolis ) de los últimos
años, hay detalles llenos de interés: la visión sobre la familia es realmente
incómoda, como la relación entre el matrimonio y la de sus hijos; como la
muerte de un niño pequeño da la felicidad a una desequilibrada y solitaria mujer
que además sufrió abusos sexuales…¡de su propia madre! La visión sobre la
industria es realmente sórdida, donde jóvenes consumen drogas y matan a su
co-protagonista porque creen que les está robando escenas o una actriz que
quiere emular a su propia madre en el papel más famoso de ésta ( en un elemento
de doble lectura, tanto como símbolo de la política de nuevas versiones o
remakes que aflora últimamente como de las relaciones familiares, tema central
de la cinta en su finalidad ) si bien no llega a ser tan degradante y enfermiza
como esa obra maestra de Lynch e incomprendida como fue Mulholland Drive.
Cronenberg nos da un relato lleno de personajes incómodos, con una dirección de
actores soberbia, si bien podría haber llegado más lejos con un guión más
pulido.
Julianne Moore está fantástica como esa
desequilibrada actriz ,llena de cambios de humor pasando de la tristeza a la
rabiosa felicidad, incluso se atreve con escenas atrevidas como el de la escena
del lavabo, que recuerda a otro momento arriesgado como fue el de su monólogo
en vidas cruzadas (Robert Altman, 1994 ); Mia Wasikowska tiene un papel frío
como su India de Stoker en un rol que me recordó al de Rosanna Arquette en Crash, (
donde lo que no vemos nos afecta más que lo que se muestra; Cronenberg juega
ambas opciones, y triunfa en las dos ), atentos al diálogo entre Moore y
Pattinson en la limusina; Evan Bird tiene un papel repudiable pero totalmente
conseguido como ese asqueroso niño prodigio; en cambio me falla el dramatismo
excesivo de Olivia Williams y el correcto papel de John Cusack. Pattinson está
en un rol muy secundario.
Maps to the stars es una historia incómoda
con una visión enfermiza del mundo hollywodiense por un lado y la estructura
familiar por otro, con momentos muy destacables si bien su resultado final
podría haber sido más satisfactorio; aún así, Cronenberg sigue con su punto de
vista quirúrgico y sabe donde cortar, aunque esta vez algún corte sea más o
menos profundo de lo que debería….
No hay comentarios:
Publicar un comentario