viernes, 5 de diciembre de 2014

[Cine] ( Críticas ) Magia a la luz de la luna

Amor en conserva




Vuelve Woody Allen con su cita anual, fiel a sus premisas para alegría de sus fans. Uno de los más ilustres directores neoyorquinos por excelencia, junto a otros como F.F. Coppola o Martin Scorsese y que, debido a la recepción más positiva de sus trabajos fuera de su país, le ha llevado a una aventura europea por diversas capitales europeas, con resultados muy desiguales. Influenciado de manera clara y asumida por cineastas europeos como Ingmar Bergman, el director norteamericano ,por momentos alejado de su calidad media más que contrastada, Allen nos ha dado cintas excelentes que rozan la maestría como Match Point o  Midnitht in Paris ( Oscar al mejor guión original ) o Blue Jasmine, cintas simplemente correctas como Scoop, el sueño de Csandra  o directamente mediocres como Vicky Cristina Barcelona ( con un incomprensible Oscar para Penélope Cruz incluido ). Su última aventura es Magic in moonlight, la cual podemos colocar fácilmente en un punto intermedio de ese grupo calificativo. Después de una gran película toca una correcta o directamente floja, en este caso estamos en un punto intermedio pero con más aciertos de los que afloran a primera vista.




 Stanley ( un excelente Colin Firth ) es un mago “ racionalista “  que trabaja bajo el disfraz de Weing Lee Soo y que será alertado por su amigo de que una médium, Sophie ( una radiante Emma Stone ) está sacando el dinero a la gente acaudalada de la familia Catledge, encabezada por la madre, Grace ( Jackie Weaver, Animal Kingdom ), incluso se ha comprometido con el hijo, Brice  (un divertido Hamis Linkater , The Newsroom ). El mismo, que es ateo en cuanto a la creencia de ese Más Allá, dejará su aparente perfecta vida laboral y marital para desenmascarar a ese fraude pero quizás sus creencias sean debatidas…..




El último relato de Allen es una simpática y sencilla historia de amores y desamores, donde se usan temas ya tratados por el director y guionista como la presencia de la magia y los Médiums, con el Más Allá de por medio ( Alice, La maldición del escorpión de Jade, Scoop ), el debate de su protagonista por no aceptar esas creencias que el mismo rehúsa así como la belleza de sus imágenes en un relato de época,  engrandecidas por la labor en el vestuario de Sonia Grande y la calidad luz de tonos otoñales de Darius Khondji, el cual consigue una de las cintas más elegantes y bellas del director, a la altura de su anterior Midnight in Paris.





Eso son motivos que engrandecen una de por sí muy simple historia donde al inicio de la misma se puede intuir fácilmente cual será el final de la propia historia, incluso el momento del primer giro dramático es demasiado forzado o repentino, pero que gracias a la labor de unos actores en estado de gracia, como suelen ser los trabajos actorales con Allen, salvan esos escollos. Ahí tenemos a los protagonistas, con unos enormes Colin Firth y Emma Stone, ambos brillantes como el testarudo y serio mago que no tiene fe en unas creencias diferentes de las suyas y no acepta el plan bajo el que cae  ( cuando él mismo se dedica a engañar a la gente ) y Stone como una sencilla chica que se dedica a lo que se dedica por poder subsistir si bien “odia” esa clase acomodada ( ver sus miradas ante las patéticas canciones que le canta su rico prometido ). Rápidamente se establece una irrompible química entre ambos actores, destinados a no entenderse y ser polos opuestos ,con un final esperado que se viene arriba gracias a la puesta en escena de Allen, quien con un golpe de genio resume ese final con la repetición de un sonido venido del otro mundo; un punto y final para dejarte con una sonrisa en la cara en un film tan simpático y sencillo como intrascendente pero que demuestra lo bien que su director y guionista dirige actores y escribe diálogos; ojalá otros estrenos tuvieran estas notas positivas….



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