En un mundo tan loco, revolucionado y
violento como el que vivimos no hay un punto medio, una brújula moral que
indique hasta que punto deben llegar los canales de información, en sus
múltiples variantes – periódicos, webs, programas de noticias, etc – a la hora
de informar, ¿ cual es el límite en la visualización de actos violentos ?
Cierto es que la audiencia tiene derecho a ver lo que sucede en el mundo y en
sus problemas ( guerras, atracos, violencia de género…) pero claro el debate
entorno a que mostrar y que no siempre está ahí. ¿ Hay que distribuir imágenes
gráficas sobre, por ejemplo, las consecuencias de una matanza étnica ? ese es
un ejemplo tan válido como otro cualquiera y, aunque la moral periodística
tendría que estar muy clara, el mundo en el que vivimos se nutre y vive el día
a día con esos contenidos no apropiados, la violencia vende y todos lo sabemos.
Esa es la tesis principal de Nitghcrawler,
debut como director del guionista Dan Gilroy ( The Fall, el legado de Bourne ) , quien nos cuenta la historia de Louis Bloom ( un sensacional y nervioso Jake Gyllenhaal
) el cual es un vividor sin empleo fijo que un día, por casualidad, se topará
con un accidente automovilístico en la autopista y como aparece de la nada una
furgoneta con un “periodista” freelance, Joe Loder
( un demasiado breve Bill Paxton ) el cual se dedica a grabar imágenes de cara a vendérselas a canales de
noticias. Eso abrirá los ojos del aprovechado
el cual contratará a un ilegal para que sea su mano derecha y se
dedicará a perseguir escenas criminales usando un equipo de radio para escuchar
los canales de la policía para poder captar imágenes y venderlas al mejor
postor, tomando como cliente fijo al canal de noticias dirigido por Nina Romina ( una recuperada Renne Russo ). Pero llegará
demasiado lejos en su afán de notoriedad y éxito, viéndose implicado en medio
de asesinatos y otros delitos, sin freno para su cámara y su intromisión en el
trabajo del cuerpo de la ley.
Nitghcrawler es un film harto interesante,
lleno de temas delicados y actuales, cuyo principal leit motiv es el comentado
en mi primer párrafo sobre la frontera de lo que un canal de noticias puede
emitir, que es información visible y que excede lo mostrable. Además
encontramos otros temas como la profesionalidad de los empleos hoy día, donde
alguien sin estudios ni experiencia puede colarse en un mundo profesional solo
usando su “encanto”, o los trabajadores ilegales que operan en suelo
estadounidense, capaces de realizar cualquier empleo aunque éste ponga en
peligro sus vidas, de cara a poder vivir el Sueño Americano, del cual este film
es el reverso oscuro de esa promesa de una vida y una profesión digna.
Con el protagonismo de ese individuo
llamado Bloom , encarnado con nervio y un
carisma absorbente aunque lleno de los peores ejemplos de lo que debería ser un
ser humano ejemplar por Jake Gyllenhaal, su rol demuestra como su afán de
éxito, dinero y popularidad no tiene límites en sus acciones. El actor de
Brokeback Mountain realiza una transformación física donde ha perdido mucho
peso de cara a hacer su personaje más llamativo, como si fuera una serpiente
capaz de morder a cualquiera con tal de conseguir su objetivo, una muestra de
su vida nocturna donde parece que nunca duerme, además de sus muecas
llamativas. Una actuación tanto física como psicológica, donde el interprete es
capaz de que nos veamos absorbidos por su energía, seamos compañeros de sus
fechorías y sus aventuras nocturnas (estamos ante un film que ocurre
generalmente de noche; el día solo sirve para mostrar los pecados cometidos a
la luz de la luna) y aún así no nos caiga mal; el mejor ejemplo es como capta
el interés, primero profesional y luego personal de la manager del programa de
noticias, encarnada por Renne Russo, en el papel de otra triunfadora a
cualquier precio y que no le importa luchar por ese material tan polémico que
le trae; es la misma cara de la moneda que el protagonista, aunque sin ser tan
“descarado”. Desde luego que la nominación al protagonista le ha sido robada,
pues el actor lo da todo, es uno de esos roles que marca.
En un lugar intermedio se ha de citar el rol
interpretado por Marco Rodriguez, el cual es casi una metáfora de nosotros como
espectadores, el daño colateral que no se tiene en cuenta su integridad física
y que parece el baremo moral de la historia; como a pesar de no tener perspectivas
de éxito ( es un ilegal con una actividad laboral futura nula ) es capaz de
involucrarse profesionalmente con y, a
pesar de ser contrario a lo que se dedica, intenta ser el mejor en esa etapa
negra de su vida. Su existencia dará lugar a algunos de los momentos más
violentos y dolorosos de la cinta, como su destino final, el cual no es sino el
esperado por el espectador atento y una extensión del discurso del guionista.
Porque los aciertos de Nightcrawler se
encuentran más en su guión que no en su puesta en escena, donde es capaz de
presentar esos dilemas morales a través de la descripción de sus muy
interesantes personajes – el monólogo final de
es definitivamente la cara B de ese American Dream – e ideas tan interesantes
como el uso de la cámara como un instrumento mortal ( casi “plagiando” la idea del asesino protagonista de el fotógrafo del pánico de Michael Powell ). Su puesta en escena es eminentemente
nocturna e imbuida por la energía que inspira el protagonista, si bien por
momentos el director parece caer en su propio mensaje y sobreexplotan lo visto
en su tesis, aunque hay que aplaudir momentos con un buen uso de la elipsis
como el atraco al restaurante o la escena del atraco a la casa.
Nitghcrawler es un muy buen film, con temas
interesantes si bien no es nada novedoso porque el mensaje de la violencia como
sinónimo de éxito ya se explicó mejor en Network un mundo implacable de Sidney
Lumet ( 1974 ). De todas maneras el trabajo de sus protagonistas, destacando a
Jake Gyllenhaal, le otorgan un interés creciente, te deja huella.
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