Ésta es
la historia de un chico antisocial y sin ganas de vivir ( Paul Dano); ésta es
la historia de un chico que se enamora de la chica inadecuada; ésta es la
historia de un cadáver solitario ( impresionante Daniel Radcliffe );ésta es la
historia de la amistad más extraña,
emocionante e inesperada; ésta es la historia de cómo una suerte de peos y
otros gestos escatológicos pueden ser el motor para vivir, un canto a la vida y
a la amistad.
Sitges
vuelve a hacerlo, abrazando ( y premiando ) a una película “extraña”, denostada
en otros festivales como Cannes pero que aquí sabe destacar el valor humano de
su historia, con un punto de partida tan estrambótico y surrealista que parece
imposible llegue a buen puerto pero es, gracias a la valentía de sus actores y
el desparpajo de su guión y puesta en escena, que consigue que estemos ante un
relato encantador y vitalista.
Con un
Daniel Raddclife que sigue luchando por desprenderse de su papel de Harry
Potter y que aquí nos regala una interpretación basada básicamente en lo físico
– es irónico que un ser muerto sea tan expresivo y vital – y un Paul Dano en su
racha de encadenar personajes extraños pero a la vez atractivos; un acabado
visual y narrativo deudor del cine indie más actual – la importancia de la
banda sonora como catalizadora de emociones – y el crear escenas “épicas “ de
momentos que serian bochornosos sobre el papel, así swiss army man es la peli
más vitalista y humana vista este Sitges 2016, y de un culto cuasi instantáneo.
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