domingo, 23 de septiembre de 2012

(Crítica) Mátalos suavemente

America is not a country, it's a fucking business





Nuevo trabajo conjunto del tándem Andrew Dominik y el actor y productor Brad Pitt, quienes adaptan una novela de George V. Higgins , "El Balzac de los bajos fondos de Boston ",  escrita hace tres décadas pero que parece describir perfectamente la situación de la sociedad actual.

La trama sigue a dos lossers que apenas sobreviven ( unos estupendos  Scoot McNaary  y  Ben Mendelhson ) que reciben el encargo de atracar una timba de póquer vigilada por Markie Trattman ( Ray Liotta ). La mafia contratará, a través de su representante ( Richard Jenkins, eterno secundario ) a Jackie Cogan ( Brad Pitt ) un asesino a sueldo escrupuloso y acertado que " mata suavemente " ( título muy musical para el film ) a sus víctimas  como declara en uno de los muchos y excelentes diálogos del film, a que encuentre a los dos ladrones y solucione el caso. También aparecerán en breves papeles Sam Shepard como Dillon, el compañero de Jackie, y el grandioso James Gandolfini como Mickey, otro asesino a sueldo.


La unión entre Dominik y Brad Pitt vuelve a ser una sorpresa artística, pues tras este aparente thriller mafioso nos encontramos con uno de los más DEMOLEDORES Y CONCIENZUDOS  relatos sobre la crisis económica ( y social y humana, me atrevería a añadir ) que está viviendo la sociedad actual. 

Higgins, el autor de la novela original, era antes periodista que escritor y de ahí se nota el realismo de la sociedad en la que vivía, como sus thrillers eran sino descripciones de los principales hechos políticos en los años en que estaban escritos. Dominik, muy acertadamente en la escritura si bien algo demasiado "cargante" en la descripción visual, adapta un relato escrito hace 40 años describiendo perfectamente en sus diálogos y usando como banda sonora del relato en off  variados discursos políticos de George Bush y el ascendente    ( y futuro presidente )  Barak Obama, describiendo la crisis económica que también hace mella en el ambito mafioso.

La mejor metáfora para mi gusto es el breve personaje del SOBERBIO James " Tony Soprano " Galdonfini como Mickey, otro asesino a sueldo venido a menos, que debe bajar sus precios para poder seguir trabajando y a la vez tiene una crisis matrimonial aumentada con su gusto por el alcohol y las prostitutas; un ser necesitado laboralmente pero que, ante las adversidades económicas, aumenta sus defectos sociales y humanos perdiendo el encargo por el que había sido llamado y algo más, la dignidad.


El relato se inicia con un prólogo montado con los discursos de John McCain y Barak Obama intercalados con la acción, un recurso muy acertado pero que, lástima, se repite en varias fases del relato llegando a ser algo cansino, machacante, pues la tesis del film, un camino muy arriesgado pero totalmente triunfante una vez aceptado, ya nos ha sido descrita con anterioridad. Para más inri, el relato sonoro se acompaña de carteles de los políticos, teles que muestran visualmente dichos discursos, etc.La información nos llega por dos canales, cuando ya había sido construida en el inicio. Otro apunte interesante es el de que la mafia no esté controlada por un individuo sino por un comité, el mundo del crimen organizado como empresa en el siglo XXI.

Calles vacías, gente sin empleo, perdedores que no saben donde caerse muertos, Dominik acompaña su tesis social-económica en un thriller rodado con su interesante y magnético estilo visual donde hace de los travelings ( ver la primera paliza al personaje de Ray Liotta en su caravana, en un travelling lateral con la acción fuera de cámara que recuerda a cierta escena del film de aventuras de Sidney Pollack las aventuras de Jeremiah Johnson ( 1972 ) ) y la cámara lenta como recurso estilístico en sus violentas escenas de tiroteos.Destacar la escena de la segunda paliza a Ray Liotta, rodada con mano maestra y que me recuerda a la que, para mí, es la mejor escena de una paliza a un individuo: la que recibe Marlon Brando en el excelente film de Arthur Penn la jauría humana (The chase, 1966 ). El ritmo vuelve a ser "especial" en un relato muy hablado y que, pese a sus 97 minutos de duración, puede costar entrar y seguir el ritmo. Junto a un particular sentido del humor negro, casi sátira ( el trafico de perros de raza, la explosión del vehículo...).

Pero al igual que su anterior y excelente  el asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford, la historia gana muchos enteros en su parte final, con el clímax y sobretodo esa escena final entre Brad Pitt y Richard Jenkins, pura química y diálogos soberbia, donde acompañamos a ambos personajes en un bar mientras ven el discurso de la victoria de Obama y Pitt ( un Pitt que convence en su papel de asesino ), ante su enfado,  lanza la máxima que encabeza esta opinión, demoledora y acertada: " América no es un país, es un puto negocio ".



Otros secundarios acompañan el relato enriqueciéndolo con su presencia como el cameo del veterano Sam Shepard, el eterno secundario Richard Jenkins y un felizmente recuperado Ray Liotta ( otro que tiene experiencia en esta clase mafiosa como es la seminal Uno de los nuestros ). Breves papeles que se comen la pantalla, sobretodo el roba-escenas Galdonfini, en un thriller moderno, social y tan acertado como arriesgado.

2 comentarios:

  1. PELICULÓN! Me encantan estas películas pausadas con explosiones de violencia.
    El film sobre los bajos fondos más apocalíptico que he visto jamás

    ResponderEliminar
  2. Andrew Dominik nos ofrece en 'Mátalos suavemente' un thriller intenso, con ritmo, repleto de escenas vibrantes y diálogos frescos, con humor y drama, una película de factura clásica pero que debe gran parte de sus hallazgos a contemporáneos como Tarantino o Michael Mann. La escena entre Brad Pitt y Tony Soprano, James Gandolfini, es soberbia. No es una obra maestra pero defraudará a pocos. Un saludo!!!

    ResponderEliminar