miércoles, 10 de octubre de 2012

(Crítica - Sitges 2012 ) Antiviral

Los nuevos dioses

Cada año Sitges sirve como plataforma de descubrimiento de nuevos directores que tienen mucho que decir, jóvenes artistas que a veces con presupuestos mínimos pero con mucho trabajo y talento practican un cine de género valiente, respetuoso para con los clásicos tocando temas profundos; hablo de gente como Lucky McKee, Rian Johnson ( quien trae a Sitges su epopeya de scifi y acción Looper ), Ti West, Richard Kelly, etc. Este año toca el turno de alguien que ya causó impresión en el pasado festival de Cannes y que tiene protagonismo gracias a su nombre y procedencia: hablamos de Brandon Cronenberg, hijo del maestro David Cronenberg.


En un futuro próximo los fans de celebridades llegan al punto de incubarse los propios virus que han contagiado a sus ídolos, creándose industrias que negocian con el mercado de las bacterias, así como un mercado negro donde además se puede comer carne genérica a partir de de células de tu personaje favorito. Syd ( un estupendo Caleb Landry Jones, Banshee en X-Men: First Class ) es un técnico de una gran empresa que “piratea” las muestras de virus, pasando las cepas por su propio cuerpo, con especial predilección por las enfermedades de la modelo Hannah Geist ( Sarah Gadon, miembro del reparto de un método peligroso y Cosmópolis, de David Cronenberg ). Una lucha entre empresas corporativas por el control de la cepa del virus que ha acabado con la vida de la modelo así como el progresivo avance del mismo virus en el cuerpo de Syd desembocarán en el peor escenario posible....


Cronenberg hijo nos trae un drama de ciencia ficción ambientado en un futuro próximo donde tras un envoltorio y temáticas que recuerdan enormemente al cine de su padre ( la peor etiqueta que arrastrará este interesante debut ) como la mutación de la carne así como la comunión entre carne y tecnología ( llegados a este punto no hace falta decir el paternalismo de Cronenberg para con el concepto de Nueva Carne ), su punto de vista en esta peculiar ciencia ficción, la dirección fría, quirúrgica, con esos espacios en blanco que centran la mirada del espectador ( fijarse también en las grandes instantáneas de las celebrities y como ese blanco las realza ) así como el contraste de la blanquitud con el rojo de la sangre. Pero el director usa el relato para hablar de temas más universales como la fama efímera, la búsqueda de esta fama sin ofrecer nada a cambio, la eterna juventud, el culto a las personas famosas como si de nuevos dioses se trataran.


Brandon Cronenberg desprende una gran soltura en su debut, con una dirección inteligente, hablando de los temas que quiere tratar sin que éstos se superpongan a la acción. también es algo más abierto, no tan abstracto como pueden ser las obras de su padre ( a su pesar, su gran influencia: vemos ecos de Cromosoma 3, Videodrome, Crash ); para ello tras exponer su tesis el film adopta el relato de thriller corporativo para llegar mejor al público. Además el inteligente uso de la escenografía y fotografía ( con el ya comentado predominio del blanco y el rojo ) así como los elementos más científicos tengan un aspecto vintage, hacen que sea un relato más cercano al espectador, una ciencia ficción cercana y realista.

Apoyándose en el excelente protagonismo de Caleb y en secundarios de lujo como Malcolm McDowell (cuyo personaje tiene una línea de diálogo que eleva la trama a un concepto metafísico, con la concepción y/o unión de los términos religión y fama ), Brandon habla de profundos temas en un envoltorio de sci fi atrayente, realista. Destacar el avance dramático del protagonista que pasa de ser un técnico que trafica con los virus de los famosos para descubrirse que él mismo es un fan.

Sorprende ver lo bien tratados que están las temáticas del film, con un punto muy enfermizo como es el tráfico de los virus, modificados genéticamente para que no sean contagiosos de tus ídolos así como esa carne sintética hecha a partir de ....células de las propias personas..(¡!), en una especie de "canibalismo cultural/mediático".

Pero no todo son aciertos en Antiviral: encontramos un exceso de metraje en su parte final, después de haber expuesto de manera más que clara los temas antes citados el director vuelve una y otra vez a escenas quizás innecesarias, alarga la temática recargando la película ( la parte final donde el protagonista está enfermo y en manos de la compañía rival; el nuevo ingenio creado por éste )

Un interesante debut que nos da a seguir la carrera de este incipiente nuevo director que, si consigue evitar la etiqueta “hijo de” y encontrar su propia voz, nos puede dar gratas sorpresas en el futuro.

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