jueves, 8 de noviembre de 2012

Tráiler de "The Grandmasters", de Wong Kar Wai

El magnífico director chino, autor de obras maestras como Happy Together (1997), Deseando Amar (2000) o 2046 (2004), por nombrar brevemente algunas de sus muchas aportaciones, vuelve a rodar en China tras su paso por Estados Unidos con My Blueberry Nights (2007), que curiosamente es una coproducción chino-francófona y no estadounidense, con uno de sus actores fetiches, Tony Leung (el bueno, recordemos que hay otro que no es tan bueno, con todo el respeto).


El film, un drama biográfico, narra la vida del maestro de artes marciales Ip Man, que entre otros hitos, fue maestro de Bruce Lee. El trailer nos vende la película mostrándonos un apabullante despliegue visual (el director de fotografía es el francés Philippe Le Sourd, no el habitual e ilustre Christopher Doyle, que últimamente colabora en frikadas maravillosas como Underwater Love), una deliciosa obsesión por los detalles, épica y mística, más que una aproximación realista a los hechos. El leitmotiv del tráiler, una multitudinaria pelea bajo la lluvia (y aproximadamente un 80% de los planos del tráiler montados a cámara lenta) pueden provocar en más de una persona un primer rechazo al film: cualquier escena de gente ahostiándose bajo una aguacero a la velocidad del Barça intentando entrar en el área del Celtic nos remitirá a cierta trilogía ya clásica y cuya influencia se puede considerar... gastada, cansina, tópica. Pero ello no nos debe hacer olvidar que su guionista y director merece toda nuestra consideración, volviendo a un género que ya tocó, aunque más como excusa que como motor principal, en Ashes of Time (1994).

Aún y así no deja de ser sorprendente que tras varios años sin rodar una película, tan sólo algunos cortos para películas corales, Wong Kar Wai decida presentarnos la historia de Ip Man, cuando esta fue ya contada recientemente en otra película de gran éxito, Yip Man (2008), de Wilson Yip, siendo interpretado su personaje principal por uno de los mayores badass que quedan en pie, Donnie Yen. El film, que cuenta con una secuela y una precuela sin los responsables originales, es una enorme y divertidísima película de artes marciales, con unas coreografías excepcionales a cargo de Sammo Hung. En su contra, por ponerle algún defecto obvio, peca de simplista en su planteamiento político y moral, extremadamente nacionalista, los chinos son muy muy buenos y los japoneses muy muy malos. ¡Pero qué ostias!¡Qué ostias!

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