Seguramente cuando se escriba en los próximos
días sobre Grand Piano muchos invocarán al uso de la tensión hitchkoquiana, una
referencia obvia, por otro lado : en uno de sus populares films, el hombre que
sabia demasiado ( del que llegó a hacer un auto-remake ) era un instrumento
musical, concretamente unos platillos, el detonante para la consecución de un
asesinato durante un concierto… si bien
antes que citar al maestro del suspense
yo citaría al tercer trabajo de Eugenio Mira como una refundación del
cine de Brian De Palma, Mirá realiza un trabajo eminentemente visual que lo
conecta directamente con las filigranas características de De Palma: véase el
plano secuencia inicial que sigue al traslado del piano, elemento definitorio
del suspense y macguffin de la historia, los varios y variados travellings que
siguen la acción durante el concierto con una cámara que no para quieta,
llegándose a introducir (literalmente, en un movimiento de cámara a lo David
Fincher ) dentro del propio instrumento musical. Así Mira toma ejemplo de un
director que realizó varias obras donde homenajeó/plagió/ se basó en la carrera
del director inglés, se basa en un trabajo de narrativa de un director que a su
vez se basó en otro. Es lo que tiene el arte, hay que mirar a los maestros para
aprender ( o intentarlo ), hay un comentario en la propia cinta sobre como el
alumno ( el personaje de Elijah Wood- los directores De Palma- Mira ) es
incapaz de actuar tan bien como el maestro ( Hitchcock como referencia obvia ).
Mira en su tercer trabajo tras la
sorprendente e inédita The Birthday (
¿ cuando se podrá considerar de culto la cinta protagonizada por Corey Feldman?
) y la deficiente Agnosia ( un drama
de época onírico que quiso volar muy alto y se quedó en poca cosa ) trae su
nuevo trabajo, de nuevo a Sitges como sus dos anteriores cintas, con la
producción de Rodrigo Cortés, quien está vinculado como productor a las cintas
de género: ya produjo Emergo de por ejemplo, y basado en un guión de Damien
Chazelle. Elijah Wood vuelve a protagonizar una producción española tras los
crímenes de Oxford de Alex de la Iglesia y la reciente Open Windows de Nacho
Vigalondo.
La trama presenta el dilema de un joven
pianista Tom Selznick ( Elijah Wood, adecuado para el papel ) quien está casado
con una importante actriz, ( Kerri Bishé ) y vuelve a los escenarios después de
estar cinco años fuera de ellos debido a una actuación defectuosa ( lo que
provoca bromas y comentarios negativos de sus compañeros ) tocando el piano de
su fallecido maestro ( cameo de Jack
Taylor ), del cual ha desaparecido su fortuna,
y durante la actuación se ve amenazado por alguien que le obliga a
realizar una actuación perfecta si no quiere que él o su esposa sean
asesinados. Además la pieza que debe cerrar dicho concierto es una obra
imposible de tocar, “ la quintette”.
Grand Piano supone un pequeño ejercicio de
estilo que resulta atractivo debido al virtuosismo de su director mediante el
uso de la cámara y la cantidad de grúa que hay en la misma, superando un guión
sencillo y lleno de trucos para hacer que el protagonista abandone el concierto
o crear suspense que llega a crear secuencias muy cogidas por los pelos (
Selznick y el teléfono móvil ), hay que dejar la mente en blanco para
disfrutar, además de contar con un villano que el espectador más atento ya
sabrá quien es desde los títulos de crédito y una sorpresa argumental que
también se vislumbra muy pronto: el clímax final ( alargado, deficiente y sin ningún
suspense, no cumple con su objetivo; Mira tiene un problema con los finales, si
no mirar como acaba Agnosia ) si bien en el mismo hay un afortunado gag como
ese “ break a leg” que veremos como se salva en la versión doblada. Eugenio
Mira incluso nos regala una coreografía muy llamativa en el asesinato de cierto
personaje y como se evita el momento “gore” con una acertada elipsis con un
instrumento musical de cuerda. Aunque si se obvian esos trucos ( sin ir más
lejos, ver como la oscarizada Argo también usaba tretas de guión para crear esa
sensación llamada suspense; un elemento artificial el cual narradores como
Hitchcock lo hacían natural ) la propuesta es altamente entretenida, apenas
llega a los 90 minutos y el ritmo es bastante elevado, contando con unos
actores correctos, desde el asustadizo y nervioso Elijah Wood ( cuyo rol es muy
característico a él: como trasmite el nerviosismo y la pesadez, un poco como
Frodo y su carga con el Anillo ), Kerri Bishé o Allen Leech, que es uno de los
protagonistas de Downtton Abbey. Por otro lado la labor del villano pasa
desapercibida por no decir desperdiciada. Destacar la fotografía de , en los
diferentes movimientos de cámara o el uso del rojo como metáfora del miedo y la
desesperación ( algo que procede de The birthday: de aquella también recupera
el uso de espacios como los pasillos o los sótanos ) y la música de Víctor
Reyes, como la propia banda sonora es motor del suspense y de la acción, en un
proyecto para lucirse y donde el joven compositor de Salamanca habitual de
Rodrigo Cortés lo aprovecha.
Grand Piano será un éxito popular de público,
pues méritos tiene dentro de su intrascendencia, y además como se dice dentro
del propio film, en el momento en que Tom falla una nota ( a conciencia )no
pasa nada, porque aunque sea un error “
el público no lo sabe “·.
Muy de acuerdo con todo lo que dice, pero no llega explicar cual es su versión del final. Yo tampoco lo he entendido. ¿Que sale del piano, dinero, joyas, la llave que se deja entrever? En ese caso ¿para que sirve esa llave? Parece que hayan dejado abierto el enlace de una segunda parte.
ResponderEliminarlo que hay en el piano es la llave de la fortuna de Patrick ya que solo el y el protagonista podían tocar la pieza final de la película, seguramente se la enseño y así le dono su fortuna, o así al menos lo entiendo yo.
EliminarQue asco!! y si se equivoca lo mata?!?!?!!?
ResponderEliminarMe gustó el suspenso....la historia....el final...consecuente con la película.si hubiera que poner nota de 1 a 10 sería un 5 hay escenas que estuvieron de más.. .
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