(Cine ) ( Crítica ) El Hobbit: La desolación de Smaug

El Hobbit 2 ( de 3 ): La ¿ desolación? del fan

 

A Peter Jackson le pasa un poco como a Smaug, el cual se queda envelesado ante la brillantez del oro y las riquezas, al director neozelandés se les escapa la mano en su desmesurada adaptación de la popular ( e infantil, recordemos este punto ) novela inaugural de su luego gran y exitosa saga, se deja llevar por su ego desmesurado y su afán de abarcar demasiado y con una proporción desmsurada, la peor crítica para esta segunda parte de su adaptación es, al igual que la primera parte, su alargada duración, en un proyecto que podría haber sido adaptado en un film ( largo ) o a lo sumo en dos películas y que ahora pasará a ser una trilogia ( o un film cortado en tres ) de nueve horas. El Hobbit es el oro de Jackson y éste pierde el control de sí mismo al igual que Smaug.

 

 

Porque esta desolación de Smaug es una cinta que, sí, tiene momentos épicos, buenas ideas de puesta en escena, grandes secuencias pero también momentos parados, casi muertos, escenas alargadas y momentos anticlimax; porque en definitiva este pseudo remake de las Dos Torres ( igual en estructura, incluso en personajes: vease esa pareja formada por el Gobernador encarnado por Stephen Fry  y su ayudante Alfrid ( Ryan Gage ) , esa especie de parodia de Lengua de Serpiente ) te deja con una sensación agridulce, es anticlimática incluso en su abrupto final ( ¿ hemos aprendido de los Soprano y su fundido a negro? ) donde se busca el cliffhanger en un recurso que funciona muy bien en las series pero el cine es otro campo y aquí debemos esperar otro año más para ver la ( presuponemos ) épica tercera cinta. Te deja con ganas de más, te corta el rollo, es una especie de coito interruptus.

  

La cinta comienza con un breve y sorprendente, por su sobriedad, prólogo donde conocemos como se puso en marcha el plan de recuperación de la tierra de los enanos y donde ya vemos una faceta inédita del mítico Gandalf en su afán manipulador. La cinta de Jackson sirve muy bien como puente en su creación de un mundo cohesionado con su posterior trilogia del Señor de los Anillos, ver la que puede ser la mejor escena del film, ese cara a cara entre Gandalf y el Nigromante ( alias Saurón: voz de Benneditch “ Sherlock” Cummberbart, quien también pone voz y movimientos al impresionante, y no por su escala sino por su buen uso, su humanidad aunque suene paradójico, dragón Smaug ), como se desencadenan momentos que ocurrirán en el futuro de la historia, el “Cameo” de Gimli o el papel del elfo Legolas , aunque aquí en una actitud muy diferente, chulesca, en sintonia con su padre   ( Lee Pace ). Pero también introduce nuevos personajes como esa elfa guerrera que parece un trasunto del Zelda de Nintendo, encarnada por Evangeline Lilly  ( Lost ) la cual da buenas escenas de acción y una interesante historia de amor ( interracial  ) aunque no con el personaje esperado, por suerte. La presencia de Jackson unifica todo su universo, pero también provoca ( aunque poco ) una cierta sensación de deja vú al no ver apenas nada nuevo, por ejemplo también comentar como la música de Howard Shore ya no impacta como en otras cintas de la saga. Además aquí no tenemos la sorpresa de la primera parte, ni su encanto ( se busca una pretendida oscuridad, norma no escrita de cualquier secuela ), ni sus “polémicos” 48 fps, otros de los motivos de la frialdad del film. Tampoco hay un sentido del humor tan bien usado ( en su gran mayoria ) como la primera parte. En cambio el director abusa demasiado de sus movimientos de cámara, marca de la casa o su sello personal, pero aquí abusado hasta el límite, por momentos se pide algo más calmado, la narración se resiente, algo a lo que tampoco ayuda el que la historia se bifurque en varias lineas narrativas no tan bien unidas, cuando un momento está llegando a su clímax se corta y se deja de lado para pasar a otro, y si bien hay saltos de escena muy logrados otros resultan desiguales, también hay cierta sensación de que hay mucho metraje descartado. A Jackson le pasa como con su remake de King Kong, su ego y ganas de dar más y más al espectador y al fan te acaba aturdiendo. Esta cinta con treinta minutos menos hubiera resultado muy satisfactoria. Este Hobbit 2 le ocurre como a tantas secuelas, las cuales te resultan insatisfactorias después del buen sabor de boca de la primera entrega, algo que no ocurre siempre, tres palabras: el imperio contrataca ( o el Padrino II ).

 

Pero aún así también hay que tratarla como una segunda parte de un gran film, hay logros en ella y muy buenas ideas: Martin Freeman me acaba de convencer con su Bilbo Bolsón, en un protagonista más llamativo que el posterior Frodo ( atención al desarrollo del personaje, como su perdida de estribos ante la posesión del anillo en el acecho de las arañas ), hay grandes momentos de acción como la huida en barriles ( uno de los mejores momentos del libro, y del film, intercalado como una larga coreografia de acción ) , la huida de las arañas, la ya comentada encuentro en Gandalf y el futuro Saurón ( donde se demuestra que con menos medios, Jackson está mucho más acertado en una corta secuencia que une mucho mejor que el resto de la cinta y su primera parte a las dos trilogias ) o el largo diálogo Bilbo-Smaug y su posterior persecución , desigual , pero con algunas de las mejores escenas de la cinta, como ese momento en silencio donde el dragón hace acto de presencia sabido por las monedas que caen del cielo ( las cuales están unidas a sus pieles ) o la contemplación de una enorme figura de oro, la perdición para el dragón.  También es interesante la presencia de ese ser humano encarnado por Luke Evans ( Fast & Furious 6 ) y que ya podemos decir que es el Aragorn o Boromir ( Sean Bean ) de esta trilogia, con esperado momento estelar en el fin de la trilogía o la vuelta de cierto gore ( muy leve, eso sí ) en los combates como las múltiples decapitaciones.

 

La cinta está llena de buenos momentos pero el resultado general no iguala, por unos motivos que otros, los resultados de su antecesora, y así se convierte en el camino lento e irregular que dará pie a la presuponemos épica final ( también habrá que ver que meten para realizar un film final de tres horas, porque pocas cosas quedan por contar ). Habrá que ver como finaliza y posteriormente ver la cinta en unión con sus otras doss entregas, si bien la Tierra Media vuelve a estar viva, con nuevos personajes y un director fiel a ella, quizás demasiado y de manera extrema, pero un fan al fin y al cabo y desde luego prefiero ver cintas así que otras que no sepan cuidar su material de base ni a su pretendido público.