martes, 22 de julio de 2014

( Cine ) ( Crítica ) El amanecer del planeta de los simios

Emotividad y ( profunda ) emoción en el fin del mundo

 

 

Muchos reparos hubo en el momento en que se anunció la filmación, a manos de un debutante,  de una precuela que narrara el origen de todo lo que ocurriría hasta llegar a los hechos vistos en el planeta de los simios ( Franklyn J. Schaffer, 1968 ), clásico de la ciencia ficción ( literaria primero y fílmica después ) pero tras ver el origen del planeta de los simios ( Rupert Wyatt, 2011), se aplaudió esa mezcla de drama intimista y ciencia ficción anticipativa, en un relato sencillo que no simple y que supo sacar jugo de un reparto variado y curioso pero muy funcional y de donde sobresale con creces Andy Serkis en su creación del simio César, verdadero protagonista de la nueva saga ( 1 ). Ahora, tras el éxito crítico y comercial, nos encontramos con una secuela que derivará en saga ( supongo que trilogía : no veo más camino para alargar la presunta nueva saga ) que coge los aciertos y esquemas argumentales de la primera película para aumentarlos y crear una cinta superior, más profunda y directa aún, a lo que se le debe mucho a la dirección de Matt Reeves ( Cloverfield, el remake de déjame entrar USA ) y a la labor de su reparto, con Serkis como líder de esta exitosa secuela.

 


Reves, el cual recordemos fue contratado semanas antes de empezar el rodaje y tuvo que rescribir el guión por completo, proporciona una historia más emocional aún que la primera parte, incidiendo en el concepto de familia como núcleo de la sociedad : como el personaje de James Franco creaba ese virus para poder salvar a su padre del alzheimer, como educaba a un César bebé como un familiar; aquí tenemos a César como padre de familia y como patriarca de todo el clan simio por un lado y a  Malcolm ( Jason Clarke ) como padre con un hijo dubitativo ( Kodi Smit-McPhee )  y pareja de la doctora Ellie ( Keri Russell ) ; no es extraño la comparación de la relación familiar entre César y su “rebelde” hijo ( lo que dará pie para la escena más emotiva de la cinta: el reencuentro en la casa donde creció César ) y  su hijo ( si bien la relación entre los simios está mucho mejor dibujada, como explicaré más adelante ). Por ello el guionista y director se toma casi una hora de  metraje para explorar la nueva situación mundial ( ojo a los títulos de crédito donde, en pocos minutos, vemos como se expandió el virus a nivel mundial : un ejemplo de narrativa eficiente ) y presentar el dilema, tan sencillo pero no simple, que llevará a la explosión de violencia final. Esta primera parte del film quizás peque de lentitud si bien el retrato que se hace sobretodo de César y su evolución como personaje hacen que valga la pena pagar ese peaje, porque lo que veremos a continuación demuestra lo bien construido que está el guión ( con ciertos peros: el dibujo de algunos personajes ) y sobretodo las ideas claras de su director a la hora de filmar, demostrando tanto buen pulso narrativo como creador de planos para el recuerdo ( 2 ), mirad su prólogo narrado con imágenes y sin diálogos ( método que se repetirá en el tercer acto ) mostrando al clan simio cazando.

 


El conflicto presentado sirve tanto como centro de un relato apocalíptico como de un drama entorno a un padre sobrepasado por los acontecimientos, un líder a su pesar que ve como no puede convivir en paz con los que son a la vez sus creadores como sus enemigos, un ser dubitativo que también peca de errar, por lo que este César es desde luego el eje central y unos de los (anti)héroes más fascinantes del cine presente, un personaje gris y lleno de dudas que debe ceder ante sus propios principios ( ese “simio no mata a simio” que dará pie a esa escena culminante del clímax ) así como su comparación con el líder humano, por eso funciona el personaje y la historia tan bien como motor narrativo, incluso cuando está fuera de plano por cierto giro de guión – citar como la cinta se abre y se cierra con un primer plano de los ojos de César, si bien esa mirada esconde una evolución - . Si bien se profundiza en ese efecto emotivo y emocional ( para nada maniqueo: en otras manos esta historia hubiera sido incluso tramposa ) expandiendo las ideas de la cinta precedente, tampoco se debe obviar como el retrato del resto de personajes queda por debajo de su profundo protagonista: a pesar de la buena labor de su reparto el dibujo de personajes como el de Gary Oldman ( algo escaso, si bien el talento del actor inglés nos regala una escena soberbia: su explosión en lágrimas ante la visión de unas fotos perdidas ) o sobretodo Kirk Acevedo ( Fringe ) como antagonista humano ( 3 ). Por la parte de los simios, donde el trabajo de captura de movimientos ya no necesita más alabanzas ( un realismo absoluto en las acciones de los simios ) se nos presenta el principal “villano” de la historia, la cual necesita crear uno para poder hacer evolucionar a su protagonista, teniendo a Koba como rival de César y la otra visión del mismo dilema.

 


La creación del dilema original derivará en un clímax final gobernado por el ( esperado: no hay que olvidar que estamos ante un estreno veraniego con cierto aroma a blockbuster ) combate humanos vs primates, si bien aquí el director no se olvida de sus personajes y su finalidad, además de demostrar como ya he apuntado, un gran poder narrativo: citar el asalto a la torre donde se encierran los humanos, iniciado con ese espléndido plano de los simios saliendo de la niebla ( y que recuerda a cierto plano de la delgada línea roja de Terrence Malick ) o el combate narrado en paralelo con la cura de César; la importancia de las armas, elemento de avance igual que el fuego ( no es casual la abultada presencia y uso de ese elemento en la película ). Incluso ese final combat entre los dos simios, si bien es algo consecuente sigue siendo bien usado para acabar de perfilar al protagonista y dar pie a su nueva forma de pensar: los personajes por encima de la acción, así como la idea de que no hay paz para un conflicto destinado a pasar sí o sí.

 


El amanecer del planeta de los simios consigue, con los mismos aciertos y punto de vista narrativo, superar a la anterior entrega y hacer una secuela de un reboot que era una precuela de un clásico un nuevo punto álgido en una nueva saga que, si bien no era del todo necesaria (la primera entrega ya enlazaba bien con la seminal el planeta de los simios ), ahora deriva en una cinta comercial pero que no olvida de ser profunda e inteligente, un ejercicio de narrativa y gran construcción fílmica con un excelente protagonista. Miedo me daba esa esperada tercera entrega, pero sabiendo que tendremos a Matt Reeves de nuevo, ahora la espero con ansia. El blockbuster del verano, pero con alma y calidad juntas.

 

 

 

 

( 1 ) No es gratuito que en los títulos de crédito finales de la secuela dirigida por Matt Reves que aquí revisamos su nombre aparezca el primero y en letras mayúsculas, debido al enorme trabajo de creación de personaje tanto emocionalmente como físicamente ( la captura de movimientos) , un “arte” el cual le debe mucho a la labor del intérprete de Gollum en la saga de el Señor de los Anillos .

 

( 2 ) En una dirección que demuestra lo que ya había apuntado en sus dos cintas anteriores, y similar a la mostrada por Gareth Evans  en la nueva Godzilla , si bien aquí Reves además de saber proporcionar planos impresionantes y muy recordables también se preocupa de crear una historia protagonizada por personajes….

 

( 3 ) En un personaje plano pero necesario para crear el dilema moral si bien se cae en un agujero de guión para continuar la historia: ¿ como se le deja volver a la comunidad simia después de provocar el conflicto ? Se nos comenta que es necesario para reiniciar la presa, pero luego no participa en dicho trabajo….

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