[Series] ( Crítica ) Black Mirror 3x00 White Christmas

Felices y solitarias navidades

Black Mirror, con su creador Charlie Brooker a la cabeza, se han superado: con el especial de navidad emitido ayer día 16 en Inglaterra y a la espera de nuevos capítulos, Brooker con la complicidad de un reparto extremadamente adecuado para este conjunto de mini-historias y la dirección de Carl Tibbetts ( quien ya dirigió el 2x02 White Bear ), amplían el discurso de la serie de una manera triste, dramática y directa, el como la evolución de la tecnología y sus gadgets provoca la soledad del ser humano, su ensimismamiento en sí mismo y la individualidad rompiendo el concepto de sociedad en plural.

A través del largo diálogo que se da entre el carismático Matt ( un adecuado Jon Hamm, expandiendo sus dones de Don Draper y el poder de su palabra ) y el enigmático Joe Potter ( Rafe Spall, La Vida de Pi, Prometheus: la sorpresa del episodio ) en una aislada cabaña ( pero cuyo decorado esconde pistas para el espectador atento ) vemos como la implantación de elementos tecnológicos para hacer más fácil tu vida ( la conexión online del propio ser humano, que permite a Matt ver lo que ve su cliente de cara a ayudarlo a ligar ) o la clonación de tu mente para crear una recreación virtual de tu mismo que te controle el hogar y las tareas diarias, como ocurre con Greta ( una fugaz Oona Chaplin, Juego de tronos ) provocan el aislamiento de cada uno de los personajes, incluso en un futuro donde el individuo, de manera física, puede ser bloqueado de manera que no pueda ver ni comunicarse con nadie, al estilo de Facebook y otras redes sociales.... Los terribles secretos que ocultan los protagonistas saldrán a la luz en medio de un día de Navidad.
 

Triste y terriblemente real, este White Christmas es quizás uno de los episodios más redondos de la ficción creada por Charlie Brooker, donde sus ideas sobre la tecnología y el drama humano conjugan de manera realmente aterradora. Bien es cierto que el aire de thriller que se le da a la historia en cierto momento puedo parecer impuesto, pero eso no hace más que expandir el misterio hacia el personaje de Joe, excelente interpretado por Joe Spall. Antes ya hemos asistido, a modo de prólogo, al terrible final del negocio ilegal que controla Matt, convirtiendo lo que parece una asistencia vital en un gran hermano enfermizo y donde contamos con el protagonismo de Natalie Tena ( otra actriz de origen español y miembro del cast de Juego de Tronos de HBO ). Las escenas inconexas , como las de Matt y Greta tendrán un significado en la historia final de Joe.

Con un trabajo actoral donde el diálogo es tan sugerente como las imágenes, y donde vemos el arte de Jon Hamm con esos personajes embaucadores y magnéticos mientras asiste a su verborrea un triste Rafe Spall, la labor actoral es realmente espléndido. Pero esto no se queda ahí, pues el guion de Brooker sigue tan afilado como siempre siendo capaz de unir ideas ya expresadas en episodios anteriores y como el drama humano provocado por esa tecnología ( algo vislumbrado en The Entire History of You, por ejemplo ) de una manera más homogénea. Aplaudir además la puesta en escena, destacando la escena de la cabaña o sobretodo ese clímax, que cierra la historia de Matt y ese estupendo plano de Joe solo en la cabaña....

Con uno de sus episodios más redondos, Black Mirror nos trae las navidades más tristes y dolorosas que te puedas imaginar, irónico que se centre la historia de esos seres solitarios en un día tan familiar... Esperando con ansias más episodios, donde Brooker nos pueda mirar y criticar con sus dardos envenenados, los cuales (casi) siempre aciertan.