(Sitges 2013 ) The Green Inferno

Para comer: estudiantes norteamericanos bien sazonados

El año pasado se estrenó en Sitges 2012 Aftershock, producción de Eli Roth ( uno de los hijos de Sitges, pues aquí debuto con la simpática Cabin Fever y fue uno de los padres del Torture Porn con la saga Hostel ) dirigida por Nicolás López ( Promedio Rojo, Santos )  donde se quería hacer una película catastrofista de terror a partir del terremoto de Chile, consiguiendo uno de los peores films visto en Sitges en mucho tiempo. Ahora se cambian las tornas y López produce para que Roth ruede su particular homenaje/ reciclaje al  estilo Tarantino ( aunque sin su inteligencia y acabado visual y argumental ) al cine de terror gore italiano de los años 80 con Holocausto caníbal de Umberto Lenzi  Ruggero Deadato; el título del film de Roth remite al nombre que tenía el documental que estaban rodando los estudiantes en la película de Lenzi. A su vez también se cita ( tranquilos: Eli Roth incluye una serie de films en los que se basa y/o homenajea durante los títulos de crédito finales ) como Caníbal Feroz ( 1981 ).

El film, que viene vendido como la experiencia más fuerte de este Sitges 2013 ( algo descafeinado, pues después del jaleo con A serbian film y la finalización de la nueva ola de cine francés extremo, apenas tenemos experiencias " fuertes" en Sitges hay que decir ) sigue a una joven estudiante norteamericana idealista, llamada con mucha intención Justine ( la chilena Lorenza Izzo )  que se une a un grupo activista de cara a parar a un equipo de excavación que está destruyendo el Amazonas para conseguir gas. Conseguirán, en parte, su objetivo pero acabarán en las manos de una tribu indígena caníbal.

La cinta de Roth no es nada sutil, ahí tenemos ese prólogo donde ya vemos como la mano del hombre blanco acaba con la naturaleza, ese plano de la excavadora, o el dibujo que realiza de sus protagonistas, a los cuales durante 40 INTERMINABLES minutos nos describe de la manera más burda y plana posible; ya sabemos que hay que tener personajes que el público odie para que luego cuando mueran disfrutemos y/o aplaudamos, así nos lo enseñó el cine de terror de los 80, pero no hace esa descripción deficiente: los mismos actores son realmente horribles y ya no es necesaria esa descripción, los odiamos a todos desde el inicio. Muchos de los actores están reciclados de Aftershock, como Ariel Levy o Nicolás Martínez ( "el pollo" ). Toda la cinta es burda, rodada en digital, y en su pretendida ironía ( es interesante el apunte crítico de que los jóvenes estudiantes norteamericanos esnobs se piensan que con una manifestación y unas fotos en las redes sociales pueden conseguir beneficios sociales como parar la destrucción del Amazonas ) no se acaba de conseguir debido al guión y la manera de narrar de Roth, el cual se piensa que es directo pero en verdad es deficiente. Aún así, destacar esa escena final muy irónica ( precedida del milésimo susto gratuito, nada necesario ).

Y una vez hay ese accidente de avioneta es cuando comienza la verdadera película, la que todos los aficionados al cine de terror-gore quieren ver ( ojo al momento vómito, impagable ) y después de aligerar el número de personajes con unas muertes , algunas de ellas tontas casi, empieza el menú con las prácticas de esa tribu indígena que cogerá  a los supervivientes y hará de ellos su comida diaria. Hay momentos gore sí pero se esperaba mucho más: quizás lo más recordado sea la muerte del personaje encarnado por Aaron Burns, como se le sacan los ojos y la lengua ( los cuales sirven de aperitivo para esa bruja anciana )  y luego se le descuartiza y cocina. Habrá más muertes y desmembramientos, obra de los FX clásicos de Gregg Niccotero y su equipo, sazonados con humor negro ( ese cadáver repleto de maría y los efectos en la tribu ) y escenas escatológicas ( el dolor de estómago de una de las protagonistas ), dando un segmento igual de burro, divertido y sin segundas lecturas, todo lo que el aficionado espera, aunque creo yo que esperábamos mucho más y el gore y algún gag aislado es lo que nos queda. No causa la impresión que consiguió Lenzi en su holocausto caníbal , y su pretendida crítica social se queda en algún apunte y escena aislada.

Eli Roth se desvela como un tipo inteligente, que sabe conseguir sus amistades ( como la que mantiene con Quentin Tarantino, el cual le apadrinó Hostel y luego Roth ha sido actor para el genio de Knoxville ; Cabin Fever estaba apadrinada por David Lynch, igualmente ) y que podemos decir definitivamente que es una especie de Robert Rodríguez ( 2 ): un director bastante escaso en el acabado de sus films ( lo mal aprovechado que está el rodaje digital en The Green inferno, por ejemplo ) que sabe reciclar sus bases como son el cine de terror y de serie B más desconocido y que sabe lo que la audiencia quiere, es el alumno inteligente de la clase aunque no por ello tenga que ser el mejor. 

Un menú refrito que a muchos gustará y a otros les sentirá mal, eso es The Green Inferno.

P.D. : En el colmo de lo cool, ved los títulos de crédito finales donde junto a los nombres de los actores y miembros del cuerpo técnico podemos obtener sus direcciones de Twitter.

(1 ) Por la que incluso se creyó que era una snuff movie y que había matado realmente a sus actores, por lo que fue a juicio y tuvo que demostrar, con la comparecencia de los mismo, que era todo ficción.

( 2 ) Hay otra conexión con el propio Robert Rodríguez, pues el actor Aaron Burns de The Green Inferno, es técnico de FX en varios trabajos de Rodríguez como la saga Machete.